Lo que le falta(ba) a Jerez

Como la política es un campo donde se piratean las ideas ajenas, al final resulta que es la derecha -y no la izquierda revolucionaria- la que está convencida de que bajo los adoquines está la playa, o bajo el albero de los terrenos de la feria. Ya no es una utopía, y por muy de secano que la ciudad sea, la orilla, la arena, los chiringuitos y el gachó de los camarones y los cangrejos y las patatas fritas y los barquillos pueden ser una realidad.

La alcaldesa de Jerez, María José García-Pelayo (PP), se lo cree. Y quiere que los demás se lo crean con ella. Como es candidata a la relección el próximo 24-M y se tiene como receptora de lo que entiende que son las ilusiones y las fantasías de sus paisanos, ha abanderado la efusión playera que siempre ha habido en la ciudad -paralela a la frustración que supone para algunos no contar con una propia- para en fecha de marcado acento electoral aventar que este verano, si ella sigue con el bastón de mando, Jerez tendrá playa. En el parque González Hontoria, donde este domingo por la noche comenzará la Feria del Caballo.

¿Cómo lo hará? Ni idea. No ha entrado en detalles. Pero como en invierno se montó el consabido tinglado de hielo para patinar, García-Pelayo pretende hacer algo similar con una costa autóctona en la que hacer windsurf, y los jerezanos se podrán quedar así en su ciudad disfrutando de su playa. Tal vez la alcaldesa haya pensado al promover esta idea que así acabarán las discusiones de pueblo, tan palurdas como quienes las protagonizaron y quienes las siguen manteniendo: recuérdese aquella bronca entre los alcaldes de Jerez y El Puerto, Pedro Pacheco y Hernán Díaz, secundada por sus respectivas pandillas de tarugos a cuenta del uso y disfrute de la playa portuense de Valdelagrana. En una pugna política de altísimo nivel -como acostumbraban ambos- el primero la bautizó como la playa de Jerez y el segundo, picado como una bizca, replicó que Valdelagrana quedaba hecha unos zorros por culpa de los jerezanos, que acudían a lavarse los pies. Ninguno prometerá nada para este 24-M.

Sí lo ha hecho García-Pelayo. Igual ha sido una ventolera. De levante, por supuesto, para seguir compitiendo con las demás playas de la provincia de Cádiz. O se ha dejado llevar por la nostalgia en un golpe de memoria histórica: Jerez tuvo playas cuando los tíos llevaban falda. Eran las playas de San Telmo, al sur de la ciudad, en lo que fue un estuario del río Guadalete. ¿Se las cargó un tsunami?

Bueno, la candidata del PP ha tirado ahora por lo imposible. Eso sí, prefiere la playa al norte, una zona más afín a su partido. Que hasta en el veraneo hay clases.