Los extranjeros reactivan el mercado inmobiliario en Marbella
Británicos, alemanes, escandinavos y rusos recuperan la confianza en la Costa del Sol para adquirir viviendas
Marbella está otra vez en el punto de mira inmobiliario para miles de extranjeros. Siempre ha sido un destino preferente, pero las dudas sobre la legalidad de las viviendas construidas durante la etapa de Jesús Gil como alcalde -con noticias sobre posibles derribos en los principales diarios europeos-, o el alto precio de algunos inmuebles hicieron que más de uno plegara velas y buscara otros destinos en el Mediterráneo. El mercado se está ahora reactivando de nuevo y, aunque no se ha alcanzado el nivel de la época de bonanza, se vislumbra que Marbella coge de nuevo el ritmo.
Los datos que manejan los promotores son positivos. El presidente de la Asociación de Constructores y Promotores de Málaga (ACP), José Prado, asegura que el año pasado se vendieron 3.625 viviendas en esta provincia a extranjeros no residentes, un 13,8% más que en 2011, tomando como fuentes al Instituto Nacional de Estadística, el Consejo General del Notariado y los propios empresarios. "Se vende Marbella y poco más y, por este orden, los primeros compradores son los británicos, seguidos de los rusos, los escandinavos y los alemanes", afirma Prado, quien destaca que los germanos eran antes los segundos, por lo que han perdido dos posiciones. En el conjunto andaluz, según los datos de los notarios, el año pasado se vendieron 8.800 viviendas a extranjeros no residentes, un volumen mayor que en 2011 pero un 23% menos que en 2007.
Pedro Rodríguez es uno de los promotores más conocidos de Marbella. Lleva 25 años en este sector y ha levantado urbanizaciones de lujo como Sierra Blanca. Este experto afirma que "hay un crecimiento indudable de ventas y una demanda creciente, aunque es verdad que partimos de niveles muy bajos". Desarrolla inmuebles de lujo y prácticamente todos son adquiridos por extranjeros. "Salvo un español, todos los demás que me han comprado son extranjeros", recuerda.
Las cosas le están yendo bien. Está a punto de terminar una promoción de 15 chalés adosados en Marbella que inició en plena crisis. El más barato cuesta 1,5 millones de euros y solo le quedan tres por comercializar. "Nos quedan esos tres y creo que conseguiremos venderlas antes de que termine el año". Sin embargo, casi es más llamativo el segundo proyecto inmobiliario que realiza en estos momentos. Son 16 apartamentos cuyas obras aún no se han iniciado y, según Rodríguez, "ya tenemos el 90% de ellos vendido directamente sobre plano". El más barato cuesta 1,1 millones de euros. Rodríguez destaca que "la gente está buscando propiedades de más calidad que en el pasado y, aunque también hay demanda de casas grandes y buenas, se están pidiendo apartamentos de calidad que estén bien situados y con un estilo más contemporáneo".
Los rusos han entrado con fuerza en la Costa del Sol, pero también otros mercados están mostrando cierta pujanza. Juan José González es abogado y preside la Asociación de Empresarios y Profesionales de Marbella (CIT). A su despacho llegan numerosos belgas, marroquíes, suecos, británicos o alemanes "aunque en los precios más altos de inmuebles los que más funcionan son los rusos y los árabes", menciona. González reconoce que "todavía no se ve una clarísima recuperación del mercado inmobiliario, pero sí estamos mejor que en 2011". En su opinión, se puede comprobar la reactivación de este negocio en el hecho de que "ha aumentado el número de transacciones y la plusvalía municipal por este tipo de operaciones".
González subraya que "Marbella es un lugar que atrae y no solo a los ricos riquísimos sino también a personas con un nivel adquisitivo alto" y confía en que este municipio salga antes de la crisis que otros en Andalucía. El clima es clave y Marbella se está convirtiendo, según el presidente de esta patronal, "en un lugar desde donde trabajar y llevar los negocios de cualquier parte del mundo".
Ricardo Arranz es otro peso pesado en el sector inmobiliario marbellí. Se hizo popular a escala nacional hace dos veranos al ser propietario del hotel Villa Padierna, en el que se alojó Michelle Obama junto a una de sus hijas y amigos para descansar unos días. No obstante, él se considera más urbanizador y promotor que hotelero. Arranz dice que "tenemos la sensación de que el mercado empieza a moverse y casi todo lo bueno y caro se ha vendido ya a los rusos". No obstante, sigue habiendo stock.
Este empresario señala que, en estos momentos, tienen cinco promociones a la venta y que en 2012 vendieron una decena de inmuebles. El 2013 está siendo más prometedor, hasta el punto que, según Arranz, en lo que va de este año ya han comercializado el mismo número de viviendas que en todo el ejercicio pasado. El futuro del sector pasa por dos elementos fundamentales. El primero es saber si el Gobierno, como anunció, dará permisos de residencia a los extranjeros que compren un inmueble. "No sabemos si la cantidad exigida será de 160.000 euros o de 500.000 euros. La verdad es que no se ha aprobado y que hay que establecer ya un criterio porque otros países como Gran Bretaña, Irlanda, Francia o Portugal han sido más rápidos a la hora de tomar una decisión", critica Arranz. José Prado, presidente de la patronal malagueña de constructores, destaca además que el 42% de las adquisiciones de no residentes superaron los 160.000 euros. El segundo factor es la financiación. Los bancos siguen amarrados pero, como señala Pedro Rodríguez, "están apareciendo fuentes distintas de financiación". Los grupos inversores también vuelven a mirar a Marbella.
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