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El expolio de los MIR

Los médicos residentes continúan con la huelga que iniciaron el lunes pasado contra los recortes en Salud. Varios afectados expresan el deterioro de los servicios.

Médicos residentes expresan en carteles la frustración que sienten como profesionales del SAS, en el Colegio de Médicos de Sevilla.
Noelia Márquez / Sevilla

25 de noviembre 2012 - 05:04

Jóvenes y dispuestos a grandes sacrificios. La huelga de los MIR continúa y cada uno, de media, ha perdido ya mil euros. Los residentes del SAS, entre los que hay médicos, psicólogos, farmacéuticos, veterinarios y enfermeros, no flaquean, de momento, en la medida de presión más contundente, la huelga indefinida. Encerrados durante el fin de semana en el Colegio de Médicos de Sevilla, residentes de Sevilla, Córdoba, Cádiz y Huelva celebran asambleas para acordar más protestas. Los recortes comenzaron en 2010, con una pérdida salaria del 7%, y desde entonces otros tres recortes más: el 5% que se aplicó a todos los funcionarios; la pérdida de las guardias y la paga extra; y la ampliación de la jornada. "Luchamos por nuestros derechos pero también por la salud pública", dicen. La aplicación de las 37,5 con carácter retroactivo y sobre las guardias ha sublevado a este colectivo contra el SAS. Un residente que atiende pacientes a diario en Cardiología muestra su nómina: 896 euros.

ALMUDENA BLANCO Residente de Psicología en el Hospital Virgen del Rocío

"Creo en la sanidad pública y por ello he invertido muchos esfuerzos para formarme, aprobar las oposiciones y trabajar. Desde que llegué al SAS he comprobado cómo los servicios públicos se degradan". Procedente de Oviedo (Asturias) Almudena realiza la residencia de Psicología Clínica en el Hospital Virgen del Rocío y desde el primer día secunda la huelga indefinida a costa de muchos sacrificios. "Me duelen en el corazón mis pacientes. No estoy en la consulta para atenderlos; pero con la huelga, lucho también por ellos". El examen PIR (Psicólogos Internos Residentes) es una dura prueba, ya que se presentan 26 psicólogos para cada plaza. Almudena dedicó tres años hasta aprobar el PIR para conseguir su sueño: ser psicóloga.

BEATRIZ JAUREGUI Residente en Cardiología en el Hospital Virgen del Rocío

"Desde el primer día, a los médicos residentes nos sueltan a nuestra suerte en el hospital. Somos médicos generalistas y durante la residencia nos especializamos, en mi caso en Cardiología. Necesitamos más formación y dedicación por parte de los tutores", explica Beatriz Jauregui, quien aún recuerda muy bien su primer día en Urgencias. "Era el primer año de mi residencia y me colocaron en la sala de preferentes donde se atiende a los enfermos más graves. Jamás olvidaré esa guardia. Me quedé sola ante personas muy enfermas. Es demasiada responsabilidad, que a veces nos sobrepasa. Los residentes somos médicos, nos hemos formado, pero aún tenemos que especializarnos y necesitamos el consejo de los veteranos; ése es el objetivo de la residencia, así está establecido en la normativa".

Beatriz exige al SAS que cumpla la normativa que regula los contratos MIR y que especifica la supervisión por parte de un tutor durante toda la residencia (cinco años en el caso de Cardiología), principalmente en el primer año.

"Es una responsabilidad enorme -insiste-, nos dejan solos ante los pacientes y esto, a veces, nos crea ansiedad. Tenemos la responsabilidad civil de cualquier error. Nos llevamos a casa la preocupación, cada vez que damos un alta". Beatriz secundará la huelga hasta el final. "Todos estaremos hospitalizados en un momento de nuestra vida y yo como paciente no quiero que se degrade más". Observadores privilegiados, los MIR hacen suya, de este modo, la lucha por la defensa de la sanidad pública, un "bien intangible" y "pilar de cualquier sociedad desarrollada".

LUCÍA MARTÍNEZ Residente de Medicina Interna en el Hospital Macarena

Lucía Martínez es residente de cuarto año, MIR veterana, y ha comprobado el deterioro de la sanidad pública en los últimos años. "He vivido cómo el sistema ha dejado de preocuparse de la formación de sus especialistas. Hace tres años, esta formación era de mucha calidad y los tutores se volcaban. Ahora, la mayoría de nuestros tutores son eventuales, les han recortado salario y jornada; están desilusionados porque se sienten maltratados por el sistema y ya no disponen de tiempo para enseñarnos". Aún así, Lucía comenta que "muchos tutores tratan de continuar con la transmisión de su conocimiento, fundamental en Medicina".

Las tutorías de los jóvenes médicos en los hospitales es un trabajo voluntario, sin remuneración y sin reconocimiento. El malestar generalizado entre los galenos en el SAS ha llevado a dimisiones en bloque entre los tutores. Un ejemplo de ello es el Hospital Infantil Virgen del Rocío donde todos los especialistas han dimitido como tutores de los residentes.

La cadena de los servicios sanitarios se rompe: "El residente necesita estar pegado al médico experimentado para aprender la práctica clínica, si no es así, la formación y, por tanto, la asistencia, se degrada", advierte. Todo no se aprende en los libros de Medicina. "A veces, damos altas con miedo", expresa con contundencia.

HÉCTOR ACOSTA Residente de Farmacia en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla

"El cabreo en el SAS es general, tanto con el Gobierno de España como con la Junta de Andalucía. Los recortes vienen de todas partes", explica Héctor Acosta, que realiza el cuarto año de la residencia como farmacéutico. "A mis tutoras le han recortado también pero ellas sacrifican su propio tiempo libre para dedicarlo a la formación nuestra". En el plazo de seis meses, este joven farmacéutico sevillano, que quiere ejercer en la sanidad pública, terminará su residencia. ¿Perspectivas para él y para sus compañeros? "Probablemente me iré fuera". La fuga de especialistas es un drama social ya que otros países disfrutarán de la inversión realizada en España. Los propios residentes lamentan el éxodo al que se ven abocados.

ELIA OLIVA Residente de Medicina Familiar en Pino Montano de Sevilla

"La huelga es una medida de presión pero también es un sacrificio, por ahora hemos perdido de media 1.000 euros, cada uno de nosotros, pero es necesario". Elia Oliva secunda el paro desde el primer día. "Tengo una hipoteca como muchos españoles; mi padre está en el paro, y mi madre trabaja ahora a tiempo parcial. Mi sueldo es el único que ha entrado en dos casas, en la mía y en la de mis padres, hace unos meses. Mi hermano tiene 25 años y está en el paro. Estoy perdiendo dinero con la huelga pero nuestra lucha no sólo es por los recortes salariales, es por la salud de todos", explica Elia, que ejerce en Pino Montano, el barrio de Sevilla en el que ha crecido. "Conozco a todos mis pacientes, compro el pan donde ellos", expresa con afecto. "Me encanta mi trabajo y siento por ellos no poder atenderlos estos días", explica. La principal preocupación de Elia con los recortes es la pérdida de formación: "Hemos sufrido muchos recortes salariales y sólo ahora hemos protestado, cuando vemos que además nuestra formación se deteriora. La huelga también la hacemos por dignidad".

JUAN MANUEL MORENO Residente de Medicina Interna en el Hospital de Valme de Sevilla

"Los residentes estamos por vocación. Tras siete años de mucho estudio, vamos al hospital sin mirar el reloj. Entro a las siete de la mañana y me quedo hasta las cinco de la tarde. El tiempo extra no lo reconocen", explica Moreno, residente de segundo año en Medicina Interna. "Cuando falta un médico adjunto por una baja o porque acude a un congreso científico, nosotros los MIR, nos encargamos de los enfermos. El sistema no nos reconoce".

"Nos han recortado muchas veces, en este Gobierno y en el anterior, con Rajoy con Zapatero. Ahora la aplicación de las 37 horas y media que aplica el SAS es otro recorte salarial encubierto, ya que no se trata de que trabajemos más, sino que nos descuentan de las nóminas las horas de las guardias, en lugar de ampliarnos la jornada ordinaria. Tenemos que luchar por nuestra sanidad", concluye.

ENRIQUETA QUESADA Especialista en medicina familiar y comunitaria

Entre 1998 y 2001 Enriqueta Quesada fue residente en el Hospital San Agustín en Linares (Jaén). "Cuando hice el MIR eran tres años de residencia. Los dos primeros eran de formación exclusivamente hospitalaria, y el tercero, en Atención Primaria. En el primer año hacíamos cinco o seis guardias en Urgencias; en el segundo las mismas pero en Urgencias de especialidades como Traumatología o Medicina Interna. En el tercer año de residencia realizábamos entre 4 y 5 guardias". La doctora Quesada ejerce ahora en el Centro de Alta Resolución de El Toyo (Almería). Antes los residentes "siempre teníamos al médico de referencia de servicio para cualquier duda". A diferencia de los residentes de ahora que hacen guardias de 24 horas y se las pagan a 10 euros la hora con un máximo de cinco al mes; "nosotros las hacíamos de 17 horas, de las cuales la mitad eran de rotación para nuestra formación y las demás eran en las Urgencias", recuerda. "Nos pagaban muy bien. A parte de los 1.200 euros mensuales, cobrábamos por módulos de cinco guardias alrededor de 500 euros, y si superábamos las seis, se incrementaba". La doctora subraya que los residentes de ahora "son sustitutos de bajo coste. Los pobres están perdidos porque los adjuntos tenemos tanta carga de trabajo que tampoco podemos dedicar el tiempo que se merecen para su correcta formación". / Mar París

SEBASTIÁN DOMÍNGUEZ R3 de trauma en Almería

"Soy de Almería pero mi futuro lo veo en el extranjero". Sebastián Domínguez es residente de tercer año de Traumatología en el Hospital Torrecárdenas (Almería), y uno de los futuros facultativos que secundan la huelga indefinida desde el pasado lunes contra los recortes sanitarios. Domínguez asegura que "para llegar a este extremo hemos tenido que aguantar mucho. La gente piensa que sólo nos preocupa el tema del dinero pero no es así". Y lamenta que "después de seis años de facultad de Medicina, uno de preparación del examen del MIR y tres como residente, ahora resulta que nuestra función es tapar los agujeros que han quedado al reducir la jornada de algunos adjuntos al 75%". La indignación de Sebastián va más allá porque "nuestra formación ahora es lo último que importa. En teoría deberíamos estar siempre tutelados por un adjunto, pero esto no es así. Es más, trabajamos más de 38 horas a la semana. Nos han bajado un 10% de sueldo, hacemos dos tardes de guardia gratis a la semana, y en mi caso en particular cobro haciendo una especialidad quirúrgica igual que el primer año de residente". Sebastián insiste en que la situación debe cambiar. "No nos negamos a trabajar, pero es que nadie se ha sentado con nosotros para exponernos lo que ocurre y plantear una solución conjunta que sea positiva para la Administración y los residentes. Entendemos la situación actual, pero no hemos sido culpables de ella. Para nosotros ser médico no era esto. Y aún creemos que todo lo conseguido no se puede derrumbar tan fácil. No estudiamos medicina para ser millonarios, aunque está claro que la vocación por sí sola no paga el alquiler, las facturas y la letra del coche. Y cabe recordar que no hablamos de utopías sino de personas". / Mar París

PEDRO MOYA R3 medicina nuclear en Málaga

"No somos estudiantes, somos médicos. Estamos formándonos en una especialidad, pero ya somos médicos". Esa es la defensa que hace Pedro Moya. A él le falta un año y medio para ser especialista en Medicina Nuclear. Hace la residencia en el Hospital Clínico de Málaga. Como los demás compañeros, ve su futuro, como mínimo, con escepticismo: "Mi intención es irme fuera de España porque aquí no hay trabajo". Moya argumenta que los MIR constituyen una "mano de obra barata" y compara que, por hora, ganan menos que un pinche del hospital, una limpiadora o un celador. Es uno de los portavoces en Málaga de la coordinadora que ha convocado la huelga indefinida y argumenta varias razones para esa protesta: "La situación de los MIR siempre ha sido muy precaria. Tenemos que trabajar muchísimas horas para llegar a un sueldo normalito. Ahora, con la no renovación de contratos, tenemos más carga laboral. Además, con la forma en la que la Junta aplica el incremento de la jornada laboral, nos descuentan 10 horas de guardia. Somos los profesionales del SAS que menos ganan". / Leonor García

SALVADOR LÓPEZ Residente medicina interna Jerez

"Nuestro contrato dice que debe haber una parte asistencial y otra formativa, pero al final la labor asistencial es el 100% y la formativa tenemos que hacerla fuera de nuestra jornada. Hasta ahora no nos habíamos quejado, pero la forma de aplicar el aumento de la jornada laboral de 35 a 37 horas y media ha sido la gota que colma el vaso". Salvador López, residente de tercer año de Medicina Interna del hospital de Jerez, forma parte del comité de huelga y mantiene que en el último año han soportado, sin sacar las protestas a la calle, continuos recortes salariales. "La necesidad obliga y estamos de acuerdo en que todos tenemos que arrimar el hombro, pero es que ahora lo que están haciendo es una discriminación dentro del mismo colectivo". Dice que su sueldo base está en unos 950 euros "y aumentamos los ingresos con las jornadas de guardia. En un año nuestro poder adquisitivo se ha mermado en tres guardias, unos 450 euros y la aplicación de la ampliación de jornada es otro recorte encubierto". / G. M.

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