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"Me encantaría volver a la política, pero no puedo"

Alejandro rojas-marcos

El ex líder del PA asgura que el andalucismo no ha muerto, ya que es la única opción que puede poner a Andalucía donde merece, pero admite que "está en una situación muy grave"

"Me encantaría volver a la política, pero no puedo"
José Joaquín León

14 de junio 2009 - 08:26

Sentado en su despacho de abogado en Sevilla, Alejandro Rojas-Marcos insiste en que ya no es el líder del PA, sino un profesional que trabaja en temas internacionales, apartado de la política activa. Pero sigue teniendo a Andalucía como pasión.

-Después de los pésimos resultados del 7-J ¿se puede decir que el andalucismo está muerto?

-El andalucismo no está muerto. No morirá nunca. Es la única opción política que puede colocar a Andalucía en el sitio que le corresponde. Pero no se puede ocultar que está viviendo un momento difícil. La situación actual es muy grave.

-¿Y a qué se debe este nuevo desastre electoral? ¿A los errores del pasado?

-Los errores del pasado habrán influido. Pero no es la única explicación. Todos hemos cometido errores en el PA. Yo mismo tendré mi responsabilidad y la asumo. Pero también digo que los andalucistas no han cometido más errores que otros.

-Pero en el PA se dedicaban ustedes a pelearse unos con otros, mientras en las elecciones perdían votos…

-La crisis del PA no se debe sólo a los errores. La explicación también está en el bipartidismo. PSOE y PP han creado un sistema bipartidista feroz, muy fuerte. Los partidos nacionalistas, en este contexto, sólo tienen sitio y se mantienen fuertes en las comunidades autónomas poderosas, como Cataluña y el País Vasco; o en las autonomías en alza, como Canarias, Cantabria y Baleares. La debilidad actual del PA es el reflejo de la debilidad de Andalucía, que está a la baja. Aquí la democracia se ha transformado en un régimen que se perpetúa a sí mismo.

-¿Y qué pueden hacer los andalucistas ante un panorama tan desolador?

-Insistir. Buscar nuevos cauces para que llegue el mensaje. La debilidad no es indignidad. Pero es difícil que llegue el mensaje, porque el PA está desubicado en este momento.

-¿Tienen espacio político?

-Sí, lo hay, pero es necesario que cambien las cosas. Ahora estamos en fuera de juego. Y vuelvo a decir que es por las circunstancias. Mire, en 1977 no sacamos ningún escaño, a pesar de que los andalucistas, después de los comunistas fuimos los que más luchamos contra la dictadura en Andalucía. Estábamos fuera de juego y salimos adelante. En 1986 también fracasamos, y después salimos adelante.

-Son las travesías del desierto. Pero ¿no teme que ahora se queden en el desierto?

-La situación del PA es más grave que nunca. Hace falta unidad del andalucismo. No digo unanimidad, sino unidad de acción, que todos vayamos a una, sin ambiciones personales. Tengo confianza en la cantera de los jóvenes andalucistas. La actual responsable del PA, Pilar González, está teniendo una actuación admirable, por sus valores, su ánimo y su capacidad de resistir. Tiene un gran nivel. Pero no soy yo quien debe decidir quienes son los líderes del andalucismo.

-Por si fuera poco, está UPyD, que se convirtió en tercera fuerza política en muchas ciudades y le quitó votos a todos…

-UPyD es una opción respetable, pero no me preocupa. No puede ser una alternativa al voto andalucista. Ese partido es todo lo contrario, es un símbolo del nacionalismo españolista. Lo que me preocupa es la debilidad de Andalucía como comunidad.

-¿No tiene la tentación de volver a la política activa? Algunos lo echan en falta.

-Me encantaría volver, pero no puedo, ni debo. Ver al PA así, tal como está, es muy doloroso para mí. Es como ver que le están pegando a alguien a quien quieres y no lo puedes defender. Pero, en estos momentos de crisis económica, no puedo. Soy responsable de un despacho profesional del que dependen más personas. Y además no creo que yo fuera la solución del PA. Las segundas partes son peores.

-¿La rivalidad de Rojas-Marcos con Pacheco se cargó el andalucismo?

-Eso me suena a prehistoria política. Ha pasado tiempo. Ojalá hubiéramos tenido espacio para muchas opciones andalucistas.

-¿Y cómo se lleva ahora con Pedro Pacheco?

-No me llevo de ninguna manera. Pacheco atentó contra mi dignidad personal y eso no se lo puedo perdonar. Pacheco para mí no existe. Presenté una querella contra él porque me difamó, y llegué hasta el Tribunal Supremo, aunque la desestimaron. No me importó. Yo no puedo consentir que se confunda libertad de expresión con libertad de difamación. En la política no vale todo.

-Aquel proyecto 'Andaluces Levantaos' de Clavero, Escuredo, Pimentel y Rojas-Marcos no continuó. ¿Pudo desembocar en un nuevo andalucismo?

-Nunca hubiera sido un partido. Pero pudo ser un embrión de plataforma no partidista. Se consiguieron cosas y fue un aldabonazo. El régimen del PSOE de Andalucía se lo comió. Yo fui declarado la oveja negra de los cuatro. El régimen respetó a Escuredo, a Clavero y a Pimentel, pero a mí no. El PSOE fue coherente. Yo también.

-¿Por qué dice que hay un régimen en Andalucía?

-Un régimen existe cuando un poder se perpetúa en el tiempo. La continuidad del PSOE es desproporcionada. Ha echado raíces. Cuanto más tiempo estén, más grandes serán las raíces. Es muy difícil la alternancia, porque han creado una red clientelar. Esta es la comunidad con más funcionarios, la Junta es la mayor empresa andaluza, muchísimos empresarios dependen de ella, presionan a los medios de comunicación... Hay una quiebra de las libertades.

-El PSOE volvió a ganar el 7-J en Andalucía. Como siempre. ¿Puede haber alternativa?

-Yo no veo opciones de cambio, de momento. Pero las habrá. ¡Si cayó hasta el Imperio Romano! ¿Por qué no va a caer el PSOE en Andalucía?

-Entonces preferirá que gane el PP…

-Yo soy de izquierda moderada. Nunca he sido de centro ni de derecha. Bueno, por supuesto, ante todo soy andalucista. Mi patria es Andalucía, pero respeto a España. No soy independentista. Me preocupa que la derecha llegue al poder en Andalucía, porque acabaría con algunas conquistas sociales, con algunas políticas de progreso que son acertadas. Sin embargo, más me preocupa todavía la esclerosis actual. Lo que hay ahora es un quiste.

-¿Quién es mejor Chaves o Griñán?

-¿Por qué tengo que escoger? En realidad, los dos son iguales. Los dos son el régimen. Chaves no era el factotum; el régimen no era sólo él, ni se acaba con él.

-¿Y a quién prefiere en La Moncloa? ¿Zapatero o Rajoy?

-A ninguno. No me atraen. La política española la veo vulgar. Hay demasiada ordinariez. Las cosas se hacen como por inercia. Aquí no hay un político original, con imaginación, alguien brillante como Obama.

-¿Obama sí le gusta?

-A Obama sí lo votaría. Tiene nivel. Nicolas Sarkozy también lo tiene, aunque no estoy de acuerdo con su política, pero no es vulgar. En cambio, Berlusconi es un político grosero.

-Volvemos otra vez aquí. ¿Por qué rechazó la Medalla de la Ciudad que le concedió el actual alcalde de Sevilla?

-Le pedí tiempo para pensarlo y al día siguiente lo leo en los periódicos. Tuvieron la indelicadeza de decirlo antes de que contestara. De todos modos, le iba a decir que no. No tengo nada que objetar, pero no me parece que me deban dar una medalla sólo por tener un cargo. Ser alcalde es un honor y una carga; pero no es un mérito en sí mismo.

-¿No cree que su actitud pudo parecer un poco de chulería?

-Ya estoy fuera de la política y no me afectan ese tipo de interpretaciones. Pero creo que la gente lo ha entendido. Me lo decían en la calle y así ha salido en algunas encuestas de periódicos digitales. No fui nada beligerante ni descortés. Al contrario, el alcalde me preguntó si iría al acto de entrega de la Medalla a los otros tres ex alcaldes y le dije que sí, sobre todo por mi amistad con Luis Uruñuela. Pero luego no fui invitado.

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