La segunda vuelta del pinchazo inmobiliario
Sevilla provincia
La deuda y las obras faraónicas durante la burbuja provocaron un vuelco electoral en Burguillos en 2011.
En los reportajes que las cadenas de televisión han hecho estos años sobre los equipamientos sobredimensionados en los que los ayuntamientos gastaron los volátiles ingresos del urbanismo, el pueblo de Sevilla que más salía es Burguillos: la que iba a ser la piscina climatizada con cubierta en forma de quilla y parking subterráneo, el esqueleto de un gran colegio -encabezó en los 90 la tasa de nacimientos de la UE-, el hotel La Alquería que hoy es del banco malo..., iniciativas de este Ayuntamiento de La Vega con 6.500 vecinos, pero que aspiró a más. Se necesita dinero para acabarlos y no se pagó gran parte de lo hecho. La sociedad municipal que los gestionó, Burguillos Natural, está en concurso de acreedores, con más de 48 millones en deudas a empresas.
Pero en el pueblo sorprende cierta comprensión. Hay vecinos que comentan que se puede terminar lo que falta, que la Junta podría asumir cosas, que el alcalde -con los empresarios protestando y un ERE en Burguillos Natural, el PP ganó por primera vez con mayoría absoluta en 2011-, se quejó de herencia, pero hubo dinero para despidos e indemnizaciones. A la pregunta de si no se veía venir todo esto, alguien responde: "No lo vio ni el señor del Banco Mundial". "Mala gestión pudo haber, pero tampoco está ninguno rico", dicen unos señores junto al centro Carmen Laffón, con el teatro también por acabar.
Ante el Ayuntamiento, el alcalde y candidato del PP, Domingo Delgado, explica a tres vecinas que pronto llegará el agua de Emasesa y acabarán las restricciones de ahora. Burguillos se surte de pozos que vacían en verano. "¿Pagaré más?", indaga una, y Delgado dice que un poco, pero lo compensará con el ahorro en botellas de agua. "Hemos hecho los deberes", hace balance: la deuda del Ayuntamiento -la de Burguillos Natural sigue en el limbo- ha pasado de 16,5 a 8,4 millones; queda una manzana, aunque se terminó la conexión a la red eléctrica de 400 viviendas nuevas que tenían luz de generadores. Pero hasta el alcalde parece preferir hablar menos de deudas que de gestión: parques y aceras, polideportivo, del acuerdo con Hacienda para recuperar ingresos o el PER, que no llegó seis años. "El pueblo mostró sensatez en 2011 y lo volverá a hacer", considera, pero advierte que, sin mayoría absoluta, el PSOE e IU no le dejarán gobernar.
Porque la inmersión en Burguillos revela que, pese a lo deseable, las relaciones entre partidos son malas. Los burguilleros que acceden a comentar cómo ven las cosas y la campaña, hablan de miedo, de vecinos enfrentados. La candidata de IU, Mónica Jiménez, culpa de la crispación al alcalde, que no deja intervenir en los plenos cuando la opinión no le conviene, dice, y asegura que miembros del gobierno han llegado a llamar a vecinos para preguntar por qué le han dado a "me gusta" a un comentario en Facebook. También le reprocha haber esperado a la campaña para repartir lotes con alimentos -hay un 40% de paro- , en otros sitios se hizo antes. El alcalde ciñe la crispación a las redes sociales, cuestiona la labor de la oposición y del PSOE de ahora por no hacer autocrítica, no romper con los responsables de la quiebra, que él ha llevado a los tribunales, con varios casos en marcha y algunas condenas ya.
Tras repartir propaganda, cinco mujeres, candidatas de IU, con dos bebés, toman un refresco en la Venta El Cruce, junto a la glorieta que se acaba de terminar dedicada a la Policía Nacional (el alcalde lo es, inspira un personaje de la película Grupo 7). La candidata a la Alcaldía llegó hace ocho años a Burguillos buscando un "pueblo pueblo", es gobernanta de hoteles, dos años en el paro. Explica que han sido cuatro años difíciles y que se ofrecieron a ayudar. Sobre los equipamientos fantasma, cree no se debieron hacer pero que no se pueden demoler ahora. Hay que buscar recursos, terminarlos, dar trabajo, y abrirlos a la comarca. Siete de las 50 primeras medidas "inmediatas" del programa de IU se refieren a reducción de impuestos y tasas. La número 2, Sonia Prada, sí creció en Burguillos y explica que, al principio, percibieron el que se creciera como algo positivo, para el comercio y las empresas, que se enriquecieron con otras personas, fue después cuando empezaron a tener un mal pálpito.
En la zona del mercadillo se suceden pancartas electorales, un par de mujeres apuntan que "podría haber sido bonito" (un Burguillos metropolitano) pero que "ha habido una mala gestión, si el dinero no se usó para lo que se tenía que usar". "Lo tendremos que pagar todos los españoles, sobre todo los burguilleros". El partido que tiene el mayor reto, por haber gobernado históricamente, es el PSOE, con nuevo candidato, Valentín López, que no está disponible el día del reportaje (trabajo y reuniones). Remite al responsable de campaña que queda en responder en un correo electrónico que no llega al cierre de esta edición. En el perfil de Facebook López habla de igualdad de condiciones, de "tolerancia" y de "humildad". El domingo, los burguilleros tendrán la segunda vuelta para valorar su pinchazo inmobiliario.
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