Más humanos, más cercanos

El candidato de IU difunde un vídeo para dar a conocer sus facetas más personales. Zoido luce camisa blanca y vaqueros para hablar de participación ciudadana. Espadas elige Triana para presentar su programa en apoyo a los artesanos.

Juna Ignacio Zoido, flanqueado ayer en Chapina por representantes de asociaciones vecinales y de discapacitados.
Carlos / Navarro / Antolín

17 de mayo 2015 - 01:00

HACE un lustro que lo dijo un ex alcalde socialista como Manuel del Valle: "A la política hay que darle una visión humana". Los tertulianos de entonces aún no hablaban con tanta intensidad (y barrila) del "desapego" o "desafecto" de la ciudadanía a la clase política, términos con un barniz técnico que camufla los verdaderos sentimientos de hastío, desconfianza y hartazgo que sienten los votantes desde que la corrupción ha tenido el efecto de una bomba racimo que ha estallado en todas las siglas y que ha generado el terrible efecto colateral de llevarse por delante la honorabilidad de un grandísimo número de políticos sin mácula. Esa humanidad es la que cada vez tratan más de explotar los que aspiran a ser o a seguir siendo algo en política. Cuanto más humanos, más próximos. El candidato de IU a la Alcaldía, Daniel González Rojas, difundió ayer un vídeo para dar a conocer su perfil más personal. Amigos, familiares y líderes del partido ensalzan las virtudes de este ingeniero informático que fue monaguillo del Museo en su infancia. Algo muy parecido vimos no hace mucho tiempo con Susana Díaz, cuando siendo secretaria de organización del PSOE andaluz, la televisión de Monteseirín le dedicó una larguísima entrevista para dar a conocer aspectos más privados, con primeros planos que reforzaban la sinceridad del mensaje y, por supuesto, con testimonios de allegados del partido, cofrades de Triana, camareros del arrabal, etcétera. La proximidad siempre mejora el juicio, máxime cuando los políticos de hoy están sometidos a un pimpampún no ya de los medios de comunicación que fiscalizan su gestión, como está obligado, sino del ciudadano de a pie de calle que está reacio a dar nuevos créditos de confianza.

Juan Espadas habla con toda naturalidad de sus aficiones en el tiempo libre y de su condición de creyente. Zoido dispone de biografía que narra los baches y éxitos de su vida. Y el candidato de IU difunde ahora un vídeo con el objetivo de "mostrar al candidato más allá de la política, visto desde la perspectiva de quienes se han relacionado con él en el marco laboral, personal e incluso de las redes sociales". Todos los testimonios coinciden en destacar de González Rojas que es "una persona muy trabajadora, constante, inteligente, íntegra y honesta", con "grandes valores solidarios" y que desde chico apostó por la "cooperación en vez de por la competición". El coordinador andaluz de IU, Antonio Maíllo, dice de él que es "un hombre cercano, comprometido, que sabe escuchar, que conoce los problemas de los barrios y de su gente y que, por tanto, es lo que necesita la ciudad".

Los dos candidatos principales, Juan Ignacio Zoido y Juan Espadas, eligieron Triana para la jornada electoral sabatina. El alcalde lució camisa blanca al estilo de Pedro Sánchez, secretario general del PSOE. El blanco es el color de la transparencia. Los vaqueros daban un toque de informalidad, de weekend, idóneo para alternar con los vecinos de Chapina. Muy cerca estaba Juan Espadas, en el Paseo de la O, para presentar sus propuestas para el sector de los artesanos. Zoido llegó a oír la melodía electoral socialista. Espadas se dejó ver por el mercado de Triana, que fue un atractivo gourmet antes de que se abriera el de la lonja. Estuvo arropado, entre otros, por Joaquín Díaz, el concejal trianero que ya no va en la lista electoral, pero que sigue comprometido con la agrupación socialista del barrio. Los mercados son un clásico de las campañas. Los políticos ven en las plazas de abasto el mismo efecto que las camisas blancas. Acentúan el lado humano, objetivo prioritario.

En la Plaza Nueva coincidieron militantes de Ciudadanos en bicicleta, procedentes de la Buhaira, con militantes de Vox que repartían propaganda electoral. Hubo alguna foto de confraternización entre el verde y el naranja, fusión de colores a una semana de las elecciones.

Y justo a siete días de las elecciones es cuando la percepción de los peperos mejora. Están convencidos de estar próximos a una nueva mayoría absoluta. El miércoles viene Rajoy a cerrar un mitin en el parque del Prado de San Sebastián, como las citas electorales de los años ochenta y noventa, cuando había reparto de bocadillos y otras prebendas. Atrás queda aquel mitin de Aznar en el Parque de los Príncipes, en Fibes o en la Cartuja. El PP apuesta por el Prado, adonde llegan los autobuses, el Metro, los taxis y los coches particulares. No se asumen riesgos, menos aún con el calor y la falta de entusiasmo que genera esta campaña electoral, que pierde pulso en la calle y lo gana en las redes sociales. No es lo mismo participar dándole a los botones del teléfono desde el sofá de casa, que yendo a mítines, pedaleando en las marchas en bicicleta y dando paseos por los mercados. Hay una diferencia notable entre la comodidad doméstica y los barzones.

El mismo Manuel del Valle dijo hace un lustro que en los mítines se dicen muchas tonterías. Que él mismo había dicho alguna que otra en cierta ocasión. Y por eso recomendaba indulgencia con los mensajes lanzados en el fervor de esos encuentros. El miércoles habrá que estar pendientes, como habrá que estarlo en el cierre de campaña de Espadas, arropado por Susana Díaz, la que suma ya tres fumatas negras en el Parlamento de Andalucía. Todavía no habemus presidenta.

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