La campaña se coloca al borde de caer por el vertedero (de Nerva)
19-J
Teresa Rodríguez espera que las instalaciones puedan estar clausuradas esta legislatura
Nerva / Huelva/Al menos a la candidata de Adelante Andalucía a la Presidencia de la Junta, Teresa Rodríguez, quien demostró que son los partidos de izquierda los que más han madrugado a la hora de movilizar a los cabeza de cartel, o mejor dicho a las cabezas de cartel, ya que junto a ella, fue Inma Nieto de Por Andalucía, las únicas que se han pasado por Huelva. Faltan la mayoría, aunque será mañana cuando llegue la tercera mujer en liza, Macarena Olona la que congregará a sus simpatizantes en la plaza de la Merced, en lo que promete ser el acto más multitudinario de los llevados a cabo hasta el momento, no por Vox, que no hace ninguno, sino por todos los partidos que han dejado para la última semana (esperamos) los actos más significativos.
Teresa Rodríguez se dejó ver a primera hora de la mañana en las balsas de fosfoyesos. Allí, ataviada con un traje anticontaminación, necesario y poco propicio para un calor que ya a esa hora caía a plomo, abogó por “parar el proyecto de Fertiberia” para dicho espacio y “apostar por la regeneración” que es justamente lo que el plan pretende, aunque a su juicio se resume en “tapar con medio metro de tierra las balsas de fosfoyesos sin preocuparse por los efectos sísmicos que pueda sufrir la zona o las filtraciones subterráneas”.
Después se desplazó a Nerva con la cabeza de lista por Huelva, Lola Muñoz y mantuvo un encuentro con miembros de la Comisión por el Cierre del Vertedero de Nerva a quienes se puso “a su disposición”, así como a la de todas las instituciones de la Cuenca Minera, para que el cierre del vertedero se haga realidad con el próximo Parlamento de Andalucía que salga de las urnas del 19-J. Para Rodríguez “Andalucía no puede ser vista como un vertedero por el desarrollo industrial de otros. Ganar esta batalla también es una victoria para todos”. Tanto es así que incluso se atrevió a poner fecha: “haremos lo posible para que el cierre del vertedero de Nerva sea una realidad en los próximos cuatros años”, algo que fue acogido por el ecologista Juan Romero, aplaudió ya que en su opinión “ya hemos cubierto con creces la cota de solidaridad. Ahora toca revertir la situación”.
El resto de la campaña adolece de una falta de iniciativas que se escapen del reparto de propaganda o la visita a colectivos vecinales, como no se recuerda en convocatoria alguna. En el PP, lo más original fue la casualidad de la convocatoria del Comité de Alcaldes en plena campaña electora, a la que su presidente, Manuel Andrés González, añadió la segunda imagen ataviado con esos trajes que preservan la higiene en cualquier visita a empresa agroalimentaria que se precie. Le tocó en Cortegana y si hace unos días los culpables fueron los frutos rojos, en esta ocasión los jamones le obligaron a lucir bata y gorro blancos.
La coalición Por Andalucía encabezada por Alejandro García mantuvo una reunión con la rectora de la Universidad de Huelva, María Antonia Peña, para abordar las necesidades y preocupaciones de la institución de educación superior, seriamente perjudicada por el nuevo modelo de financiación. Tampoco tuvo tanto mérito, toda vez que hay que recordar que el candidato trabaja en la propia Universidad.
Mientras tanto, el PSOE aprovechó la visita del ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, en teoría, pero sólo en teoría, sin conexión alguna con la campaña electoral, para destacar el compromiso del Gobierno de España en defensa de los sectores productivos de la provincia con medidas como la nueva Ley de Pesca Sostenible, que está en trámite parlamentario y tendrá como ponente a la diputada nacional onubense María Luisa Faneca.
El resto más que previsible e igualmente aburrido que el resto de unos días que languidecen entre repartos de publicidad, donde se vio incluso a quien fue vicepresidente del Parlamento al que aspira ser reelegido, a calles y plazas en los que congregar a los pocos entusiastas que se acaban de dar cuenta, a la vuelta del Rocío, de que hay una campaña electoral en marcha y que las votaciones son a nueve días vista. En cualquier caso, tampoco deben sentirse demasiado culpables; ni siquiera sus propios protagonistas parecen habérselo tomado muy en serio.
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