Zoido explota su debilidad
El alcalde se pronuncia a favor de sentarse a negociar con Ciudadanos tenga mayoría suficiente para gobernar o no. El partido de Albert Rivera asegura que no mirará con quién sino para qué se negocia y que esto debe ser el cambio. Espadas necesita dar un giro a su estrategia si quiere desempatar, pues del aspirante se esperan algo más que ideas.
El vídeo que ya se difunde en la web electoral de Juan Ignacio Zoido para pedir el voto resulta revelador. El alcalde, cual novio que pide una segunda oportunidad, se muestra con rostro de enamorado -de su ciudad- y dispuesto a hacer cualquier cosa para que ella sea feliz. ¿Pactar también? Se entiende que sí. El alcalde lleva días escuchando la misma pregunta y, en un ejercicio de sensatez, no se atreve a tirar de manual y decir que sale a ganar y a gobernar en solitario. Este martes no descartó sentarse con Ciudadanos, el partido que se ha convertido en bisagra para cualquier gobierno estable a partir del próximo 24 de mayo. "Todo aquel que venga a aportar y lo haga dentro de unas líneas que no se pueden traspasar, bienvenido sea, mientras más personas estén apoyando un proyecto más se enriquece la sociedad en general", apuntó.
De hecho, ya lo deja caer en su vídeo: juntos somos más fuertes. Se refiere a Sevilla, claro, pero ¿quién es Sevilla sino los sevillanos? Sean de la lista que sean. Zoido ha aprendido también en estos años, eso también lo admite. Y asegura que "solo nunca llegaría a su destino". Frases a quien algunos le buscan hoy doble sentido. Hay tantas interpretaciones como partidos, pero lo cierto es que a Zoido le está interesando en esta ocasión jugar con la ambigüedad. "Todo es posible", dice ahora. "Nada es imposible", era su lema en 2011.
A Zoido le ha faltado tiempo, le ha parecido poco para demostrar todo lo que quiere a la ciudad, dice en el vídeo. Para eso y quizás para preparar un programa que vio la luz el lunes, cuatro días después del inicio de la campaña y que desde ayer el alcalde no suelta de su mano. ¿Era una estrategia? Parece que no. Lo que sí puede ser una táctica es mostrarse humilde, sencillo y eso es más fácil de trabajar a pie de calle, en reuniones y encuentros fortuitos con los vecinos, lejos de los focos mediáticos, que en los atriles y hasta en los debates, que nunca han sido el fuerte del hoy alcalde.
Con la campaña ya iniciada, el candidato del PP se enfrenta ahora al reto de dar la vuelta a todo y sacar partido de esa debilidad que confirman las encuestas, aunque éstas no sean el evangelio.Y todo apunta a que, una vez que el partido parece estar en tablas, una sorpresa o un gesto de ésos que calan en el ciudadano puede ser decisivo para que la balanza se incline hacia un lugar u otro.
Eso también lo sabe el socialista Juan Espadas, consciente de que en el actual escenario muchos ciudadanos harán su apuesta a última hora, se decidirán en los últimos minutos. Por eso, a estas alturas, incidir en el trabajo que ha venido realizando en los últimos meses, o años, ya no es suficiente. Ganará quien ilusione. Y en eso tiene un máster el candidato del PP. Mientras que Espadas peca de prudente y se resiste a ir soltando propuestas concretas capaces de ser visualizadas ya por un electorado falto de todo porque muy poco ha visto, tangible, en este último mandato.
Dice Javier Millán, el candidato de Ciudadanos a la Alcaldía, que los grandes ya no tienen ninguna credibilidad. Pero tampoco, de momento, se ha escuchado que los nuevos hagan muchas propuestas. Y menos, estrellas. No se trata de prometer el oro y el moro, pero tampoco de quedarse con el personal anunciando, cuatro años después, un nuevo proyecto para las Naves de Renfe, como ha hecho Zoido en su programa electoral recién salido del horno. ¿Y el anterior? Ahora el solar abandonado en San Jerónimo es el lugar ideal para concentrar al pujante sector audiovisual en una ciudad que aspira a ser la meca del cine.
El PP no ve reparos en darle la vuelta a la tortilla, pues cree que lo importante es seguir el camino si no por la misma senda, por otra que se pueda trazar. Y por eso, también asegura que podría trabajar con cualquier otro candidato, siempre dentro de un límite, porque en definitiva eso permitiría que a todos les fuera mejor.
Esas líneas rojas tienen que ver con la austeridad, la transparencia y la eliminación de entes que sirvan para engordar la Administración, por ejemplo. En Ciudadanos ya asumen esa filosofía y, aunque evitan de momento alzar mucho la voz por eso de respetar el poder de la marca, creen firmemente que van a entrar en el Ayuntamiento de Sevilla, "con fuerza y para generar un cambio sensato". Y, haciendo un alarde de sentido común, tampoco miran con desgano al PSOE. Es más, tienen puntos de encuentro con este partido cuyo candidato, según comentan, se ha mostrado con el alcaldable Javier Millán mucho más cercano que Zoido.
De momento, la postura recomendada es mantenerse inflexible. Ciudadanos sabe que su gran nicho de votos está en la derecha, no hay más que ver los resultados de las pasadas autonómicas. Y Zoido es su principal rival. Luego, ya se verá. Y el PP demostrará si ha sabido rentabilizar esa debilidad y convertirla en fortaleza.
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