Con el Estatuto en la mano y el empleo como bandera
Con el Estatuto en la mano, el pleno empleo es una obligación para quien gobierna. Con un millón largo de parados en la calle, urge aún más. Y el candidato de IU, Diego Valderas, lo recordó. Usó el Estatuto como guión de un debate en el que no quiso que esa responsabilidad recaiga en exclusiva en quien esté en el poder. Es de todos. De quien gobierna y de la oposición, de los agentes sociales y de los empresarios. Y aunque no dio ninguna pista de por dónde podría ir ese "gran pacto", se marcó un tanto. Porque quiso que el empleo quede al margen de la batalla. Que sea el terreno donde se arrime el hombro. Aunque con la derecha "requeté" se dé por perdido, más aún con su reforma laboral, y con el PSOE casi, porque negó el apoyo en el Congreso al plan de empleo de IU para crear 2,8 millones de puestos en el país, 500.000 en Andalucía.
Con el Estatuto en la mano, Valderas recriminó a Griñán que no bajara a la calle y no sólo no viera a los parados, sino que niegue que ha hecho recortes en unas políticas sociales tan consagradas en el documento que, con él en la mano, también impuso el compromiso de que, ante notario, se firme que no se meta la tijera en educación, sanidad y dependencia.
Y con el Estatuto en la mano, también planteó una ley de renta básica y transparencia en la vida política, esa que se ha visto empañada por el escándalo de los ERE y que ha resistido a la comisión de investigación en el Parlamento.
El único problema de tirar tanto de este texto es que muchos ni lo conocen. Lo que ayer eligió Valderas como hoja de ruta para salir de la crisis cosechó el más alto nivel de abstención de la historia de la democracia andaluza: sólo fue a las urnas el 36,5% del electorado.
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