Un Corpus político a 40 grados en Granada y con un oso panda por testigo
19J
Un fugaz encuentro entre Inés Arrimadas y Juanma Moreno, una invitación rechazada a La Gaviota y la aspiración del "robo" naranja al verde marcan el Miércoles de Tarasca
Granada/La feria es ese punto de encuentro en el que uno sabe cuándo y cómo empieza la jornada (salvo si ayer iba en autobús, que con la huelga, aparentemente ya desconvocada, no quedaba eso muy claro), pero no cómo ni cuándo acaba. Más o menos eso debió pensar más de uno cuando pasadas las tres y media de la tarde vio armarse un revuelo, cual bandada de gaviotas sobrevolando un banco de peces, por la portada del recinto de Almanjáyar. Todo ello a la par que se cruzaba un oso panda gigante, que pintaba poco a tenor del calor que hacía -¿a quién se le ocurrió ese disfraz para que alguien se pasee por el ferial a casi 40 grados?-, y que acabó fundiéndose con el olor a migas y arroz que había al otro lado de la calle, aderezado con aroma de naranja. Eso sí, sin llegar a mezclarse. El Corpus da para mucho y los políticos lo saben. Basta con haber echado un ojo estos días o con acordarse de la feria de 2019, la última antes de la pandemia, con aquella polémica toma de posesión de la Alcaldía de Granada aquel 15 de junio. Tres años después y otra vez la política marca el compás entre farolillos, rebujitos y palitos de ron.
Este Miércoles de Tarasca empezó a la hora del desayuno con una foto: la de Juanma Moreno, acompañado de la candidata del PP por Granada, Marifrán Carazo, y más miembros populares comiendo churros -sin chocolate, que el calor era excesivo ya a esa hora- en Bib-Rambla, a expensas de la llegada del desfile de la pública de las fiestas. Quizá eso de olvidarse del chocolate y tener libre una mano pueda servir como metáfora para eso que minutos después reclamaba el propio Moreno: el tener una "mayoría suficiente" que le permita no tener que hacer pactos con nadie y tener las "manos libres" para hacer una política "inclusiva, centrada y serena". Total, que Juanma Moreno quiere ganar y "no tener que negociar nada con Vox".
Con más calma y alejada del bullicio que aún aguardaba al desfile de la Tarasca, en la zona de Cárcel Baja hacia la Romanilla estaba la líder nacional de Cs, Inés Arrimadas, acompañada de la candidata por Granada del partido naranja, Concha Insúa. Para muchos, la visita de la presidenta del partido liberal fue una sorpresa y una coincidencia curiosa: hace justo tres años, el 15 de junio, Cs lograba la única gran Alcaldía que ha regentado, mientras que hace un año en estas mismas fechas, Cs cavaba su propia tumba municipal con un Luis Salvador portando el pico y José Antonio Huertas la pala, después de su ruptura con el PP que justo por estos días aún no se imaginaba que el órdago a Salvador terminaría por aupar al PSOE al equipo de gobierno y sentarlos a ellos en los bancos de la oposición. Ya se sabe el desenlace: Paco Cuenca es el alcalde, Salvador y Huertas están en gobierno y Cs se vio, desde Madrid -quitando a Edmundo Ball que sí asomó de alguna u otra forma, muchos aún recuerdan que Arrimadas que ayer si visitó la capital, entonces no se prodigó por estos lares- sin ningún concejal en el Ayuntamiento de Granada.
Sin embargo, la gracia de la jornada estuvo lejos del centro: en el recinto ferial. Y es que ya se sabe, entre sevillanas, jarras de rebujito y palmas se entiende la gente. Tanto, que incluso Juanma Moreno se cruzó en la portada de la feria con la líder naranja, que aguardaba al candidato a la presidencia y hasta ahora vicepresidente de la Junta, Juan Marín. Un rápido cruce de palabras, con el deseo de suerte por parte de ambos, y a continuar cada uno su camino. Así fue esa fugaz y casual coincidencia que terminó con Moreno dándose un baño de masas antes de entrar en La Gaviota, la caseta del PP donde tuvo lugar un restringido almuerzo -tanto que o tenías una X pintada en verde fosforito en la muñeca, a modo de sello (¿no era que Moreno quería alejarse de ese color?) o te quedabas sin entrar-.
Al fondo de esa calle principal, aguardaba la caseta naranja con una paella gigante y otra sartenada enorme llena de migas, hechas al estilo Marín (o eso bromeaba él) a que la comitiva encabezada por Arrimadas llegase pasadas las tres de la tarde. Eso sí, resulta curioso que la gran estampa fuera, más que la de la llegada, aquella que vivimos más de uno en la caseta de sus hasta ahora socios del gobierno andaluz: la del PP. Pese a ese encuentro efímero entre Arrimadas y Moreno, casi clandestino, la foto hubiera sido si Juan Marín también hubiera estado entonces. Y si Mahoma no va a la montaña... Allá que fue la montaña.
Hasta la puerta de La Gaviota, por la que habían de pasar para continuar su andadura ferial, se acercaron y pararon Arrimadas y Marín a la espera de que Moreno, que ya estaba dentro hacía unos 15 minutos, se acercara a saludar y se obtuviera LA foto. Pero no hubo manera de hacer salir a su ya exsocio de Gobierno y, pese a que sí que habrían sido invitados a pasar a la caseta del PP, decidieron continuar con su camino. Quien sabe si esa invitación a entrar era una metáfora de reválida, en cierto modo, pues fuentes internas del PP confirman que la opción más factible, en caso de no lograr la mayoría absoluta, sería tratar de sumar más de 55 diputados junto con Cs.
Quizá fuera por eso que en el seno interno de Cs se hablara de que, a tenor de las encuestas del partido, los naranjas se juegan en Granada el escaño con Vox, algo que hasta antes de los debates electorales se daba casi por perdido y ahora ya no tanto. Quizá el desplome de Vox -entre comillas, porque todo apunta que subirán más de lo que tienen ahora, aunque quizá no tanto como se esperaba- sea la esperanza naranja... Y azul y Marín lo sabía. Quizá por eso, justamente, el candidato de Cs, en su línea culinaria que inició con las torrijas, ayer también bromeó con la paella y las migas que se hacían para acoger su almuerzo con Arrimadas en la caseta naranja.
Mientras tanto, el PSOE dejaba casi vacía su caseta y se concentraba en la del Ayuntamiento, después de que el candidato socialista por Granada, Noel López, hiciera un llamamiento al voto de la juventud; Vox no asomaba por la suya; y la gente de Por Andalucía, encabezados por Alejandra Durán, disfrutaban de una parrillada de carne a la brasa en La Pecera, alejados del ruido. Así fue el miércoles de feria, en el que hubo Tarasca pero no tarascadas. La tensión, mejor para otro día. A bailar.
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