La educación andaluza mejora pero necesita mejorar

La educación en Andalucía sigue a la cola de España. Los principales parámetros a los que aluden los pedagogos y los economistas de la educación han mejorado a lo largo de la última década, es cierto, pero porque venían del fondo de un boquete sin fondo. Mejoran, es cierto, pero necesitan mejorar, siguen necesitando mejorar. 

La Asociación de Empresarios de Sur de España presentó ayer martes en Sevilla el informe Indicadores sobre el estado del sistema educativo en España y Andalucía, un estudio que radiografía las estadísticas consolidadas de una década a esta parte. Son estadísticas, son valores promedios, son tendencias, pero todas indican lo mismo. La evolución es al alza aunque, en comparación con el resto de comunidades autónomas, no consta un adelanto significativo. Extremadura, sin ir más lejos, ha protagonizado un salto que merece la glosa de los expertos. También el de Andalucía, pero menos, y por eso sigue a la cola de los parámetros más relevantes de cara a la consecución de una sociedad pujante en el aspecto laboral.

La enumeración de indicadores en la que la educación andaluza presenta unas cifras insuficientes, que necesitan mejorar, anticipa una reflexión desalentadora. La conclusión llega al final. La tasa de repetidores en la ESO es en Andalucía de un 9,2%, ocho puntos mejor que hace una década. Ese dato, sin embargo, representa el tercero peor de las comunidades autónomas, sólo por delante de Murcia y Castilla-La Mancha. Segundo dato: el porcentaje de la población andaluza de entre 20 y 29 años que ha completado el bachillerato y FP es en 2023 el tercero peor de España por delante de Murcia y Baleares. Ha mejorado 18 puntos con respecto a 2013, cierto, pero la mejoría de Extremadura, por ejemplo, ha sido de 23 puntos en ese mismo periodo. En tercer lugar: la tasa de abandono escolar temprano de Andalucía fue en 2023 la tercera más discreta de España, con un 17%, sólo mejor que las de Baleares y Murcia. La comparación con Extremadura tampoco resiste la estadística. El porcentaje de abandono escolar de la región vecina era hace diez años peor que el andaluz. Hoy es más de seis puntos mejor.

Estos tres parámetros educativos son fundamentales y adelantan, según señalan los estudiosos, una conclusión en el ámbito laboral. Lo explicó ayer Miguel Ángel Sancho, presidente de la Fundación Europea Sociedad y Educación, durante la presentación del informe en Sevilla. Sancho se refirió a un “trípode” vicioso. La repetición de curso provoca el abandono, el abandono conlleva la falta de graduados entre la población joven y todo lo anterior, subrayó el presentador del estudio, acarrea una alta de proporción de desempleo en relación al nivel educativo. Así reflejan los datos del informe: el paro en Andalucía es el más alto de las comunidades autónomas en la población que no pasa del bachillerato y FP, el segundo en la que ha finalizado esa etapa y el peor ente quienes tienen una educación superior. Es la conclusión.

La tasa más alta en los niños de dos años

Con respecto a las cifras de escolarización, la tasa neta de educación Infantil a los dos años en Andalucía en el curso 2022-2023 es la tercera más alta con el 80,3%, con un aumento de 22,7 puntos porcentuales en los últimos diez años, mientras que es la tercera más baja a los 17 años con un 79,8%, unas estadísticas que destaca Europa Press en una nota. Los especialistas educativos valoran cada vez más la escolarización en etapas tempranas con miras a una formación óptima de la población.

Las niñas son mejores en lectura y los niños, en matemáticas

El estudio recoge también los datos del PISA 2022, que indica que Andalucía vuelve a estar por debajo de la media nacional en las tres competencias evaluadas, matemáticas, lectura y ciencias, aunque ha disminuido la diferencia con los resultados en la edición de 2015. En competencia lectora, las niñas aventajan a los niños en 24 puntos y en matemáticas los jóvenes aventajan a las mujeres en once puntos. En España, la diferencia de puntuaciones entre estudiantes nativos o inmigrantes fue de 52 puntos. La diferencia en Andalucía fue de sólo 19 puntos. "Esto es significativamente más bajo que en la mayoría de las otras regiones y muestra que el estatus migratorio no tiene tanto impacto en el desempeño como lo es en otras regiones", apostilla el informe, según reseña Europa Press.