De una economía colaborativa a un sector profesional para inversores

La oferta de alojamientos en las viviendas era aficionada y se ha hecho comercial

Una turista rebusca en el pie durante un paseo por el centro de Sevilla.
Una turista rebusca en el pie durante un paseo por el centro de Sevilla. / Juan Carlos Muñoz

El 45,4%, de las más del millón de plazas turísticas que había en Andalucía en 2022 son viviendas de uso turístico (VUT), según el informe del Consejo Económico y Social de Andalucía, y esta cifra no depende ya sólo de aquellos románticos que empezaron cediendo habitaciones vacías de sus modestas viviendas y haciendo partícipe al visitante de sus modestas vidas. Mucho han cambiado los usos desde 2016, fecha de la publicación de la última norma que reguló las VUT en Andalucía. La oferta de alojamientos en las viviendas era aficionada y se ha hecho comercial, era provinciana y se ha integrado en dinámicas globales de inversión. El nuevo decreto andaluz asume que, lejos de ser un fenómeno de la economía colaborativa, las VUT "se han convertido en una fórmula más del sector hostelero" que la Junta "se propone profesionalizar con la figura de las empresas explotadoras de VUT", según explica el geógrafo Ibán Díaz Parra. "La norma actual, sin acotar el número de VUT por propietario, deja las manos libres a los grandes inversores".

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