Doñana cumple 55 años tratando de asegurar su supervivencia
Las administraciones han alcanzado un acuerdo para proteger el parque del que agricultores y ecologistas expresan dudas
El espacio natural es Patrimonio de la Humanidad desde 1994, Reserva de la Biosfera (1980) y Sitio Ramsar (1984)
Estas son las claves del acuerdo sobre los regadíos de Doñana
Doñana celebra este miércoles sus 55 años de vida, una edad a la que llega tratando de asegurar su supervivencia en uno de los momentos más críticos de su historia marcado por la pérdida de biodiversidad como consecuencia de la escasez de agua. Fue el 14 de agosto de 1969 cuando el Consejo de Ministros aprobó la creación del Parque Nacional de Doñana; un espacio que, actualmente, supera las 54.200 hectáreas, rodeado de más de 70.000 hectáreas de parque natural que ha logrado un reconocimiento internacional que le ha valido, entre otros reconocimientos, el de Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco (1994), el de Reserva de la Biosfera (1980) y el de Sitio Ramsar (1982).
En estas cinco décadas, si bien el compromiso por su protección y conservación ha sido unánime y ha estado compartido por las administraciones y la sociedad civil, no ha dejado de hacer frente a amenazas que la han llevado al punto actual, momento en el que no son pocos los que alertan de que el espacio natural se encuentra al borde del colapso.
Acuerdo histórico
Este año pasará a la historia. El Gobierno central y Junta de Andalucía alcanzaron un acuerdo para garantizar la protección del parque y el desarrollo sostenible de su área de influencia, dotado con 1.400 millones de euros, en el que se recogen medidas tendentes a recuperar aportes hídricos históricos como el del Guadiamar o la reducción de hectáreas de regadíos para aliviar la presión sobre el acuífero.
Un acuerdo cuyas líneas de actuación ya están empezando a ejecutarse, aunque quizás no con la celeridad que algunos consideran, como es el caso de los propios agricultores, que consideran que las ayudas para la reconversión de cultivos o la restauración de terrenos deberían haber llegado ya. En cuanto a los ecologistas, el portavoz de la Oficina Técnica de WWF en Doñana, Juanjo Carmona, y el representante de Ecologistas en Acción en el Consejo de Participación de Doñana, Juan Romero, han alertado de que el espacio natural vive "el peor de su historia" como consecuencia del "colapso hídrico".
Los datos de administraciones como la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) o de las autoridades de investigación como la Estación Biológica de Doñana (EBD) alertan de una importante pérdida de biodiversidad tanto de flora como de fauna que evidencian, según Carmona, que "no es un problema ya de que llueva más o menos sino de la gestión que se está llevando a cabo", ha apuntado.
Carmona ha destacado que el acuífero es lo que ha sustentado a lo largo de los años la gran biodiversidad de los montes y los bosques de Doñana, al tiempo que las marismas lo ha hecho con las aves, "son los dos pilares, por ello hay que pedir al Gobierno y a la Junta que no solamente hagan los planes, sino que los ejecuten con urgencia".
Críticas por falta de voluntad
Entre ellos, no sólo ese último entre las administraciones, sino el Plan de Ordenación de Regadíos de la Corona Norte, conocido como Plan de la Fresa, ya que, en su opinión, "soluciones hay y se conocen, lo que no hay es voluntad y eso es una irresponsabilidad". Tanto Carmona como Romero coinciden en la necesidad de recuperar urgentemente los caudales del Guadiamar para que la marisma vuelva a recuperarse y, al mismo tiempo, cerrar pozos ilegales o llevar agua desde Mazagón a Matalascañas para revertir la situación el acuífero.
El representante de WWF ha advertido además que se trata de una situación, la de la falta de agua, que sufre y sufrirá no sólo el espacio natural, sino también la economía y la sociedad de la zona que "no se puede mantener sin agua y, por lo tanto, estamos en una situación muy grave de la que no somos suficientemente conscientes".
Romero, por su parte, ha insistido en esa necesidad de "encontrar el equilibrio en el uso del agua; por supuesto tiene que haber agua para los aprovechamientos pero tiene que haber agua para la vida de Doñana, que es la que tiene un interés público superior", ha apuntado.
En este punto, ha apuntado a medidas como adquirir fincas transformadas de las marismas, recuperar integralmente el estuario del río Guadalquivir, acometer un plan de restauración de los ecosistemas forestales de Doñana o corregir todos los puntos negros y amenazas para revertir la pérdida de biodiversidad.
Pero por encima de todo ello, desde Ecologistas en Acción consideran que "la actuación estrella pasaría por cumplir y hacer cumplir las leyes que protegen a Doñana". Sólo así, ejecutando las medidas que se saben eficientes, Doñana podrá seguir cumpliendo años y continuar siendo ese paraíso que hasta ahora ha sido para la biodiversidad y su gente.
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