La deflactación del impuesto del IRPF anunciada por Moreno también beneficiará a las rentas más altas
El presidente anunció la rebaja para ingresos de hasta 35.200 euros pero por un efecto rebote también pagarán menos los superiores
Si se aplica una inflación del 8% una renta de 24.000 euros con dos hijos aportaría 168 euros menos y una de 100.000 267 euros menos, según los técnicos de Hacienda
La Junta no aclara de momento si se aplicará a los ingresos de 2022 o a los de 2023
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, anunció en su discurso de investidura del pasado día 20 que -aplicando la doctrina de su propio partido- deflactará el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF) en tres tramos de la renta, es decir, hasta 35.200 euros.
Fue una de sus promesas estrella, y quedó la sensación de que no era una rebaja generalizada de impuestos, sino que afectaba a rentas bajas y medias. Pero no es así: la deflactación -por su propia naturaleza- beneficia a todas las rentas, y, por tanto, también a las más altas.
Según los cálculos del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), si se deflactara el IRPF a un Índice de Precios de Consumo (IPC) del 8% -el previsto para 2022 por el Banco de España-, una persona con cónyuge y dos hijos y una renta de 15.000 euros anuales se ahorraría 119 euros. En la misma situación, otra con 24.000 euros aportaría 168 euros menos; y a partir de 35.200 el alivio sería de 267 euros. Incluso las rentas superiores a 60.000 euros, que marca el inicio del cuarto tramo, se ahorrarían esa cantidad a pesar de que su tramo no está deflactado.
¿Por qué el recorte también es para alguien que, por ejemplo, cobra 120.000 euros? Para hacer el impuesto progresivo y que no haya saltos entre tramos, el contribuyente aporta según bases imponibles y tipos marginales diferentes según su nivel de ingresos. Por ejemplo, imaginemos una renta de 75.000 euros. Los primeros 12.450 tributan en el tramo autonómico al 9,5%; de esos 12.450 hasta 20.200 (segundo tramo) al 12%; de 20.200 a 35.200 al 15%; de 35.200 a 60.000 al 18,5% y a partir de 60.000 (15.000 euros en total) al 22,5%. Eso quiere decir que una persona con una renta de 75.000 euros tributa al 22,5%, el tipo que le corresponde, solo en las cantidades que superen los 60.000 euros. Los primeros 60.000 euros tributan en tipos más bajos.
La deflactación del IRPF no es otra cosa que elevar un porcentaje (el previsto de IPC) las fronteras de los diferentes tramos. Por ejemplo, el de 12.500 pasa a ser de 13.446 (en caso de aplicarse un 8% de inflación) y el de 20.200 de 21.816. El tipo impositivo es el mismo pero se aplica sobre una cantidad mayor, por lo que la tributación resultante es menor. Volviendo al ejemplo anterior, la renta de 75.000 euros pagará un 9,5% por los primeros 13.446 euros y no 12.500; y así sucesivamente hasta 35.200 (que ahora serían 38.016 por el efecto de la deflactación). A más base imponible e igual tipo impositivo menos impuestos.
Así funciona el sistema: por qué todos ganan
La mejor forma de explicar por qué deflactar los tres primeros tramos del IRPF, hasta 35.200 euros, también beneficia a los que tienen más ingresos es con un ejemplo. Alguien con ingresos de 80.000 euros. Sobre su base liquidable (80.000 euros) se le aplica un tipo de un 9,5% para los primeros 12.450; un 12% para los siguientes 7.750; un 15% para los 15.000 euros siguientes; y un 18,50% para los 24.800 siguientes, hasta llegar a 60.000. De ahí resulta la cuota íntegra (8.950,75 euros en la escala actual) y a los 20.000 euros restantes sí se les aplica el 22,5%. Si las bases imponibles de los tramos bajos aumentan, el contribuyente con 80.000 euros de ingresos pagará menos por que se aplicará una rebaja a 60.000 de esos 80.000 euros.
En una renta de 75.000 euros, habría rebaja de impuestos para esos 38.016 primeros y la situación seguiría igual para los 36.984 restantes.
En cualquier caso, la medida sería beneficiosa para todas las rentas, más para las menores de 35.200 (en términos porcentuales, que no absolutos) y menos para las superiores a esa cantidad.
No es una cuestión menor, por otro lado, el momento en el que se aplicará la medida. No es lo mismo que afecte a los ingresos de 2022 (con una inflación prevista del 8% y que podría ser superior) que que se haga efectiva en 2023 (cuando la previsión es que se rebaje al 4%).
Desde la Junta no se responde, de momento, a esta cuestión. En Hacienda se afirma que "no se sabe aún" y en Presidencia que aún se están formando los equipos y que es pronto responder sobre el marco temporal y, por tanto, sobre cual será el porcentaje de las bases imponibles que se deflactará.
En su discurso de investidura, Juanma Moreno aludió a que la supresión del canon del agua, la deflactación del IRPF y la elevación de los mínimos personales y familiares exentos de pagar impuestos (no especificó en qué medida) supondrían un balón de oxígeno de 260 millones para las familias andaluzas "solo en 2023".
La mención de ese año da a entender que la deflactación se aplicará en 2023n ((otra pista es que la deflactación se va a incluir en la Ley de Presupuestos del año que viene), lo que significa que el ahorro, al ser previsiblemente más bajo el IPC (ver tabla), sería menor para las familias. Y también que el agujero en la recaudación no sería tan elevado. José María Mollinedo, secretario general de Gestha, asegura que "es inviable que se adopte una medida de este calado este año porque el impacto económico (en la recaudación) sería muy alto". Gestha calcula que a nivel nacional solo elevar los mínimos personales y familiares exentos supondría dejar de ingresar 1.800 millones y que el volumen al que asciende la deflactación podría llegar a 5.000 millones. Serían, pues, 6.800 millones en total.
Mollinedo asegura que la mayoría de las comunidades no se lo plantean y que en Madrid (Ayuso lo anunció hace unos meses) no está claro cuándo se aplicará.
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