La declaración de Granada sale adelante aunque excluyendo la inmigración
La frontal oposición de Hungría y Polonia al pacto migratorio deslucen el resultado de la cumbre informal del Consejo Europeo
La UE insistirá en mediar entre Armenia y Azerbaiyán, tras faltar ésta y Turquía a la cita de Granada
Granada/Los equilibrios siempre marcan el desempeño de la política europea. La cumbre informal del Consejo Europeo que se celebra este viernes en Granada concluyó con una declaración de los 27, pero para que el documento saliese adelante, fue necesario omitir cualquier referencia la política migratoria de la Unión Europea, tras la postura frontalmente contraria manifestada por los jefes de gobierno de Hungría y Polonia.
Hubo Declaración de Granada, pero los avances que se han logrado con el pacto migratorio ni se citan. Pese a ello, Pedro Sánchez, presidente en funciones del Gobierno del Reino de España y anfitrión de la cumbre por desarrollar en nuestro país y en el marco del semestre de presidencia rotatoria, aseguró que el resultado no se empaña, porque la reunión informal estaba centrada en arrancar la agenda estratégica de Europa.
El balance optimista no oculta que el texto queda cojo, porque uno de los dos grandes temas a tratar –ampliación del club comunitario e inmigración– tuvo que ser excluido en aras de un texto consensuado. Equilibrios para seguir adelante.
Sánchez, en rueda de prensa conjunta con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión, Ursua von der Leyen, defendió que aunque se haya omitido el tema migratorio, el trabajo de esta cumbre que se plasma en la declaración abre un debate trascendente sobre la Europa del futuro. Un debate de dilucidará el número de países de la UE , cuál será el proceso de toma de decisiones para ser más eficaces y, cuestión crucial, cómo se configura el presupuesto comunitario y se reparten los fondos cuando la Unión supere los 30 miembros.
Que la cuestión migratoria era un obstáculo que podía dar al trate con la declaración final eran evidente por las declaraciones gruesas que habían hecho en GRanda Polonia y Hungría. Viktor Orbán, primer ministro húngaro, llegó a afirmar que la Unión Europea había “violado” y “forzado” a su país y a Polonia a aceptar el Reglamento de Crisis del Pacto sobre Migración y Asilo, pese a que votaron en contra.
PAra restar hierro a la omisión de la cuestión migratoria en la Declaración de Granada, Sánchez enfatizó que la reunión de Granada era un Consejo informal que no estaba convocado para hablar de esa cuestión. Para él “lo relevante, el hecho importante en términos políticos”, es que el reglamento acordado “va a permitir el desbloqueo” del pacto entre el Consejo y la Eurocámara sobre esa materia migratoria.
Recalcó además, que para lo que se convocó la reunión informal de Granada fue para debatir principalmente sobre la autonomía estratégica abierta y la competitividad de la economía europea.
Y presumió de que España ha contribuido a ello presentando en la cumbre un documento en el que ha estado trabajando el Gobierno durante un año en colaboración con el resto de países comunitarios.
Un texto que aborda la digitalización, la soberanía energética ola agroindustria para identificar dónde están las principales dependencias y vulnerabilidades de la UE y ver cómo se puede reforzar su competitividad.
La Declaración de Granada es en definitiva un documento de partida para trabajar también en la amplición de la UE.
“De cara a la perspectiva de una Unión aún más ampliada, tanto la UE como los futuros Estados miembros deben estar preparados”, señala el texto ded la declaración.
Granada sienta las bases de lo que los países candidatos tienen que hacer: “Intensificar sus esfuerzos de reformas, especialmente en el ámbito del Estado de Derecho, en línea con la naturaleza basada en méritos del proceso de adhesión y con la asistencia de la UE”.
“En paralelo, la Unión necesita sentar las bases y las reformas internas necesarias. Fijaremos nuestras ambiciones a largo plazo y las formas de alcanzarlas. Abordaremos cuestiones clave relacionadas con nuestras prioridades y políticas, así como nuestra capacidad de actuar. Esto fortalecerá a la UE y mejorará la soberanía europea”, expresaron en la declaración.
Y claramente les tiende la manoa Albania, Macedonia del Norte, Moldavia, Ucrania, Turquía, Bosnia-Herzegovina, Montenegro y Serbia, al afirmar los 27 líderes reunidos en Granada que el futuro de esos países candidatos y sus ciudadanos se encuentra “dentro de la Unión Europea”.
Añade la declaración que la ampliación es “una inversión geoestratégica en paz, seguridad, estabilidad y prosperidad” y “un impulsor para mejorar las condiciones económicas y sociales de los ciudadanos europeos”.
Von der Leyen reiteró ante los periodistas que el proceso de adhesión a la UE se basa en los méritos que realizan los países candidatos, en referencia a los avances y reformas para cumplir con los requisitos del club comunitario. Y dejó claro que no hay “atajos” o una adhesión “automatizada” a la UE, pero recalcó que el trabajo para la ampliación deben hacerlo los candidatos y también el propio club comunitario.
Por su parte, Charles Michel, recalcó que también la UE debe estar preparada para la ampliación porque la adhesión de nuevos países tendrá consecuencias “en términos de prioridades políticas, de financiación, de organización de los procesos de toma de decisiones”, dijo.
España, a favor
Sánchez se mostró favorable a ampliar el club, con el argumento de que España entró en la Unión Europea en los años ochenta del siglo XX. “Cómo nos vamos a oponer a que otros países que están llamando a la puerta desde hace muchos años puedan integrarse en la Unión”, dijo.
Recordó también el presidente español que gobierna “un país siempre proclive y abierto a que haya ampliaciones hacia zonas que desde el punto de vista geopolítico y de la estabilidad del proyecto europeo son muy importantes”. Incluso citó expresamente a los Balcanes Occidentales.
Sin embargo, Sánchez sabe que le proceso no será fácil: “Es evidente que van a tener que responderse preguntas complejas, difíciles, que van a exigir voluntad política”, y se refirió a lo que pasará con los fondos europeos o a cómo se tomarán decisiones de política exterior o de política fiscal, ámbitos en los que ahora es necesaria la unanimidad de los Veintisiete.
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