Las principales debilidades de la economía andaluza
Radiografía
La economía andaluza tiene algunas carencias graves y son lo suficientemente importantes como para que lastren en gran medida la deseada convergencia. De la resolución de estos condicionantes dependerá en gran medida el éxito del Gobierno andaluz.
El mayor freno para el despegue económico
Es una causa de debilidad y a la vez una consecuencia. La baja densidad empresarial, la preeminencia de sectores con poco valor añadido, el asfixiante peso de lo público, la menor pujanza innovadora y, en muchos casos, una formación no adaptada al mercado laboral provocan mayor paro y un nivel de vida más bajo. Y, al mismo tiempo, estos elementos actúan como frenos o pesos muertos de la locomotora económica. A fecha del tercer trimestre de 2018, Andalucía todavía tiene una tasa de paro del 22,85% frente al 14,55% nacional, que se eleva al 46% entre los menores de 25(33% en España). A fecha de 2016, la renta disponible de los hogares asciende a 11.589 euros frente a los 14.781 de media (19.195 en el País Vasco, por ejemplo) y el PIB por habitante es de 18.557 euros (25.064 a nivel nacional).
Muy numeroso y que compite con el privado
De las tres comunidades autónomas más pobladas, Andalucía es la que proporcionalmente tiene un mayor sector público: el 23% del tejido productivo. Esto es casi el doble que Cataluña, la más cercana en tamaño, donde representa el 14,5%. Con Madrid hay menos distancia, donde el 18,1% de los asalariados trabajan para las administraciones o sus sociedades instrumentales, pero es cierto que el grueso de la Administración del Estado concentra muchos empleos en la capital. Los economistas que mejor conocen el tejido productivo andaluz señalan desde hace años que la elefantiasis pública que tiene Andalucía, creada en gran parte por los órganos de dependen de laJunta, señalan que la gran reforma pendiente en la comunidad es la de la eficiencia de la Administración, porque compite además con lo privado.
Una industria que crece, pero insuficientemente
Andalucía ha entrado en una fase de reindustrialización de su actividad económica, con tasas de crecimiento que han superado habitualmente el 4%”, afirmaba un informe presentado por Cesur hace tan sólo unos meses. Un crecimiento que ha permitido que la industria supere actualmente el 12% del peso de la economía andaluza, desde el 10,7% que suponía en 2013. Sin embargo, el objetivo es alcanzar al menos el 20% y colocarse al menos cerca de la media de industrialización española. Eso significaría más puestos de trabajo de calidad, mejor pagados y menos expuestos a los ciclos de la economía. Algo importante porque entre 2008 y 2018 el sector manufacturero perdió el 15,1% de la ocupación. La diferencia entre 237.500 trabajadores actuales y los 279.800 que había al principio de la crisis.
I+D+I: más palabras que inversión y hechos
La Silicon Valley de Europa tendrá que esperar. Con más del 90% de empresas con menos de 10 trabajadores es prácticamente imposible innovar eficazmente.En Andalucía, la innovación está más centrada en el ámbito organizativo que en el productivo. De este modo, sólo empresas de cierto tamaño y éxito empresarial como AGQ Labs o Cosentino tienen el I+D+i como una prioridad. Así, la inversión en innovación ronda el 1% del PIB andaluz, casi medio punto de la media española, que ya de por sí no es muy alto. En el plano positivo se encuentran las numerosas startups que están eligiendo Andalucía por los bajos costes y buena climatología, ya que por su carácter tienen facilidad para ubicar su sede en cualquier lugar del planeta. También hay que destacar a los emprendedores andaluces que aprovechan esta nueva línea de negocio para no tener que emigrar.
La cultura empresarial no termina de calar
Los datos del INE no dejan lugar a la duda: la densidad empresarial en Andalucía es menor que en el resto de España.Mientras en el conjunto del país hay una empresa por cada 13,9 habitantes en el sur hay una por cada 16,5. Aquí, en términos relativos el número de empresas es más escaso y paradójicamente el número es mayor cuando las empresas son micros, es decir, de menos de diez trabajadores. De las 509.137 empresas registradas en Andalucía, 419.112 responden a este perfil.Son compañías fundamentales como base del tejido empresarial pero no suelen ser tan productivas como las medianas y las grandes.Por eso, para que la región pueda crear empleo, el crecimiento de esas pequeñas empresas es esencial. Hacen falta, pues, muchas empresas más –se habla de 100.000– y con un mayor tamaño.
Muy lejos de las tasas catalanas y madrileñas
Todos los servicios de estudios económicos y la patronal coinciden en que Andalucía necesita más empresas y de mayor tamaño. El Directorio Central de Empresas del INE certifica que Andalucía sólo tiene dos empresas con más de 5.000 trabajadores, diez veces menos que Cataluña –la siguiente autonomía en población. Madrid también multiplica por 34 esa cifra, aunque hay que tener en cuenta que la capitalidad del Estado atrae a muchas empresas a ubicarse en esa comunidad. La distancia también es grande en empresas más medianas –entre mil y cinco mil asalariados– con esas dos comunidades. Tener empresas grandes favorece al conjunto del sector productivo, según los expertos. Concentrar empresas medianas es una de las fórmulas para ganar en eficiencia y competitividad respecto a otros territorios.
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