“Los datos son el mejor antídoto contra el populismo”

María Andrés, directora de la oficina del Parlamento Europeo en España, y María Ángeles Benítez, directora de la representación de la Comisión Europea en nuestro país, defienden la lucha por la igualdad y la cercanía de la UE a los ciudadanos

María Ángeles Benítez y María Andrés, en Sevilla.
María Ángeles Benítez y María Andrés, en Sevilla. / Jose Ángel García
Carlos Rocha

12 de febrero 2022 - 06:00

María Andrés, que dirige la oficina del Parlamento Europeo en España desde hace más de un lustro, puso en marcha en marzo de 2018 ¿Dónde están ellas?,una iniciativa pensada para evitar que las conferencias, debates y eventos sobre asuntos europeos fueran protagonizadas únicamente por hombres. Desde entonces, decenas de entidades públicas y privadas han ido sumándose al proyecto, que garantiza la presencia de mujeres en estos actos y al que, el pasado jueves, se sumó la Junta en una firma en la que participó la consejera de Igualdad, Rocío Ruiz, en un acto en Sevilla donde también estuvo la directora de la Representación de la Comisión Europea en España, María Ángeles Benítez. Unos días antes, la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, advirtió que no volvería a ponerse en una fotografía de grupo donde ella fuera la única mujer.

–¿El anuncio de la ministra es casualidad o ha firmado en algún momento el ¿Dónde están ellas?

María Andrés: Fue una casualidad muy feliz. Hay una necesidad de crear referentes femeninos imponer la paridad en los centros de tomas de decisiones. Con la pandemia ha habido un retroceso en la visibilidad de las mujeres.

–¿Ha habido un retroceso?

M.A.: Ha habido un retroceso en los puestos de toma de decisiones y en actividades públicas. Las mujeres han tenido que luchar en primera línea contra el Covid porque son las que ocupan mayoritariamente los puestos de cuidados de mayores y de trabajadores sanitarios. Han sido ellas las que han renunciado, han dejado de ir a trabajar y han pedido más reducciones de jornada. En una crisis, una persona va a lo básico y saltan por los aires los extras, como la participación de conferencias. En 2020, se multiplicó por siete el número de paneles en los que sólo hubo hombres. Y hemos bajado del 49% de participación de mujeres expertas en 2019 al 41% en 2020.

–¿Para que una asociación forme parte de la iniciativa tiene que haber una mujer al frente?

M. A.: La realidad es que cuando se tratan temas de igualdad, al frente suele haber mujeres. Necesitamos trabajar en equipo. Necesitamos trabajar con nuevas sensibilidades masculinas y nuevas corresponsabilidades.

–Es la primera vez que hay dos mujeres al frente de la representación en España de las instituciones europeas y coincide con la presidencia del Parlamento y la Comisión de dos mujeres. ¿Qué significa esto?

María Ángeles Benitez: Es una señal de que los tiempos están cambiando y es una feliz coincidencia. Las mujeres vamos tomando posiciones en puestos directivos y somos la cara de la otra mitad de la población, la que enseñamos ahora. La imagen de la burocracia es la de un montón de señores vestidos con chaqueta y corbata. Ahora es totalmente diferente. La Comisión Europea procura predicar con el ejemplo y tenemos normas de paridad absoluta en los puestos directivos. Y estas normas son necesarias para dar ese empujón.

–La UE apuesta por la igualdad pero hay grandes diferencias entre los países.

M.A.B.: En Francia hay un 48% de presencia femenina en los consejos de dirección y Estonia tiene el 8%. Y Estonia es un país muy moderno y tecnificado. No hablemos de países como Bulgaría, Rumania, Polonia o Hungría, donde este tipo de cuestiones, por decirlo suavemente, no forman parte de la prioridad política. Eso lo solucionamos con muchísimo diálogo, insistiendo en las propuestas y con el impulso del Parlamento Europeo, que en estos temas va de la mano de la Comisión.

M.A.: El 23% de los europeos niega que exista una brecha salarial. Hay que hacer pedagogía: la brecha salarial es un hecho y existe.

–¿Hay un retroceso en las políticas de igualdad?

M. A.: Se está produciendo un retroceso en general. Hay una mayor politización de muchos asuntos por las sucesivas crisis. Los extremos, tanto extrema izquierda como extrema derecha, cada vez hacen más ruido y ponen en cuestión medidas sobre las que existía un consenso. Hay una involución a nivel europeo e incluso a nivel mundial. Por eso hay que visibilizarlo con datos. Lo que no se ve, no existe y el esfuerzo que hacen el Instituto Europeo de Igualdad es superimportante

M. A. B.: Todos los populismos, sin ninguna base factual, atentan contra los logros conseguidos. Y el mejor antídoto son los datos.

–No sólo niegan la brecha salarial, sino que incluso niegan la violencia de género. Y las estadisticas dicen que un tercio de las europeas han sufrido violencia sexual.

M. A. B.: Es escalofriante. Tenemos que luchar por mantener todo lo que hemos avanzado en igualdad. Tenemos que empezar a luchar por todas las nuevas formas de violencia cibernética, como el ciberacoso. Todo lo que pasa en la vida real, pasa en la web.

M.A.: Las sucesivas generaciones de jóvenes cada vez están mas empoderadas, cada vez nacen con una mejor educación en igualdad, pero hay nuevos micromachismos y nuevas formas de control de las que no se habla lo suficiente, como el control del móvil. Son referentes erróneos que se transmiten a mucha mayor velocidad por ese campo amplio que son las redes sociales e internet, donde se cosifica y sexualiza muchas veces a la mujer. Eso da lugar a un empoderamiento erróneo por parte de chicos muy jovenes.

–Uno de los problemas de las instituciones europeas es la lejanía con la que son percibidas a veces.

M. A. B.: Hay muchos esfuerzos en ese sentido. La gente tiene que poner cara a la Comisión Europea. No somos una entelequia, sino que hay gente detrás que trabaja por los valores que hemos tenido. Es difícil, porque no podemos llegar a todos los rincones de Europa, pero siempre estamos abiertos al diálogo y al contacto.

M.A.: Existe una mayor desafección hacia la política, en general, por la desigualdad que han generado las sucesivas crisis. Nosotros partimos con una penalización que es la lejanía real, la lejanía de los idiomas y el hecho de que seamos un sistema más complejo y diferente. Eso se combate con educación y a través de los medios de comunicación . Necesitamos una asignatura que enseñe a los chavales qué significa ser europeo. Pero hay una tercera pata, que es hacer Europa desde todos los niveles. Yo puedo desgañitarme, pero si el político local y nacional no explica cuáles de sus acciones, decisiones y fondos llegan desde Europa, nunca vamos a ganar esa batalla del relato.

M.A.B: En España confiamos más en el nivel europeo que en los niveles políticos nacionales. Europa son también los ministros cuando van a un Consejo de Ministros de la UE, pero luego llegan aquí y dicen “Europa dice..” o “Europa exige...” Ese tiempo ya ha acabado. Nosotros solos no podemos hacer llegar el relato.

–Los fondos europeos de recuperación pueden ser una buena oportunidad.

M.A.: Hemos aprendido las lecciones de la crisis de 2008. Europa ha respondido con eficacia y solidaridad y eso se percibe. Europa está sabiendo jugar en el tablero global. Pero estamos a mitad del partido y tenemos que demostrar que Europa funciona.

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