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Cuarenta áreas degradadas necesitan una restauración ecológica prioritarias en Andalucía

Los ecologistas identifican las zonas sobre las que aplicar la normativa europea de regeneración ya en vigor 

Doñana, la Bahía de Cádiz y tres puntos de Jáen se consideran de orden preferente

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Lugar en el que el río Guadiamar vuelve a unirse con el Parque Nacional de Doñana. / Alberto Domínguez

Las organizaciones ecologistas disponen de un listado de unas 40 áreas en Andalucía que han experimentado con el tiempo una degradación biológica pero que siguen teniendo un potencial para volver a ser vergeles para la biodiversidad. Son zonas que se reparten por las ocho provincias andaluzas y cuya restauración puede servir a las administraciones para cumplir con la normativa europea que acaba de entrar en vigor y que obliga a los Estados miembros a regenerar un 20% de los ecosistemas para 2030. Las asociaciones SEO / Birdlife y WWF tienen identificados diversas actuaciones en humedales, ecosistemas costeros, forestales y rocosos sobre los que adoptar políticas de regeneración, entre los que destacan, por diferentes criterios, Doñana, la Bahía de Cádiz y tres puntos de Jaén.

No son pocos los obstáculos que ha tenido la Ley de la Restauración de la Naturaleza en el Parlamento Europeo. Es la primera norma de la historia de la Unión Europea que no sólo obliga a los países a conservar el patrimonio ecológico sino que prescribe la reposición, la restauración de las áreas que han perdido diversidasd ecológica. La oposición a la norma ha tenido entre sus baluartes a ciertas facciones del Partido Popular Europeo, el de mayor importancia en la Eurocámara. Carmen Crespo, tanto cuando era consejera de Agricultura como en su actual posición de eurodiputada, se ha mostrado contraria a la Ley de Restauración de la Naturaleza en los últimos meses por considerarla “dañina” para la agricultura, la ganadería y la pesca de los países miembro.

Más de 10.000 hectáreas costeras en Cádiz

Un reciente informe SEO / Birdlife ha identificado 15 zonas en Andalucía que han sufrido una alteración significativa de la biodiversidad a causa de la actividad humana o de fenómenos naturales. Del total de las 12.795 hectáreas clasificadas en las ocho provincias andaluzas, 10.522 hectáreas corresponden a un punto concreto, el ecosistema costero de la Bahía de Cádiz, incluido en los términos municipales de Puerto Real, El Puerto de Santa María, Chiclana de la Frontera, San Fernando y Cádiz. Esta área, junto a otras cinco repartidas en las provincias de Almería, Huelva, Jaén, Sevilla y otra más en Cádiz, es la que SEO / Birdlife califica como altamente prioritaria debido a su potencial ecológico.

Con mayor prioridad aún, “muy alta”, según la calificación de esta sociedad ecologista en el informe, figuran tres zonas de la provincia de Jaén, dos humedales y un ecosistema forestal. Se trata de las 32 hectáreas de la Laguna Grande (Baeza) y de las 358 hectáreas de la Laguna de la Herradura (Úbeda), así como de las 606 hectáreas forestales del Puerto de Las Palomas de Cazorla y La Iruela.

Para SEO / Birdlife, la entrada en vigor de la normativa de restauración de la naturaleza supone una “oportunidad histórica” para la recuperación ecológica del continente. Además de establecer los objetivos en materia de restauración, señala el organismo, cada Estado miembro deberá aprobar un plan nacional de restauración.

El estuario del guadalquivir y la relevancia de Doñana

El grupo ecologista WWF dispone de un informe preliminar sobre las medidas concretas que son dables de acometer en Andalucía para regenerar la riqueza biológica perdida. Aunque estará concluido a finales de año, la responsable del Programa de Aguas de WWF España, Teresa Gil, ha avanzado a este periódico la propuesta de diversas actuaciones en el estuario del Guadalquivir como acciones prioritarias del informe. El listado incluye, entre otros, la reconexión del caño de Guadiamar con la marisma de Doñana, el Brazo de la Torre, el Brazo del Este y el Cerrado Garrido –dos zonas donde WWF desarrolla ya sendos proyectos–, enfrente del centro de interpretación de José Antonio Valverde en Aznalcázar (Sevilla) y junto con Cochinato y la veta de Alí. El objetivo, asegura Gil, es crear un área de transición entre el parque natural y las zonas de explotación agrícola.

WWF también propone la adopción de medidas de regeneración en dos ecosistemas costeros de Huelva – la laguna del Prado de la Redondela y las marismas del Tinto–, la playa de Guadalquitón en Málaga, los olivares de Peñamelaria y la Reina en Córdoba y la Ribera de la Algaida y el Salar de los Canos en Almería, entre otros.

Gil afirma que la recuperación de los humedales andaluces precisa previamente que finalice la “sobreexplotación de los acuíferos” y, una vez así, que se proceda a la restauración de los cauces superficiales que se han canalizado, desviado y fragmentado”.

El ocio y el turismo frente a la despoblación de las zonas rurales

Una cuarta parte del territorio europeo podría mejorar la situación ambiental si se regeneraran los ecosistemas naturales, según un equipo internacional de investigadores, que ha concluido que el 70% de las áreas con más potencial para la “renaturalización” están en los países con los climas más fríos. Es un trabajo elaborado por investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales español y de la Universidad de Évora y cuyos resultados se han publican en la revista Current Biology. Los investigadores se refieren a la península ibérica como una de las regiones con más potencial para la regeneración natural, destacando que la “gestión rural” puede ser sustituida por una “gestión natural”, enfocada en la recuperación de los ecosistemas con una baja presencia del ser humano. Estos ofrecen posibilidades desde el punto de vista de las actividades económicas, basadas en el ocio y el turismo.

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