Una costa llena de viajeros ahorrativos
Las vacaciones siguen siendo algo irrenunciable para unos turistas que ocuparán el mismo número de camas en el litoral andaluz que el año pasado, pero que escatimarán en restauración y pequeños lujos
Seguirá siendo difícil encontrar un hueco en las playas andaluzas como cada verano porque, a pesar de la crisis, los empresarios del sector coinciden en que la ocupación será similar a la de 2008. Sin embargo, las camas estarán ocupadas por unos viajeros más preocupados y ahorrativos que el año anterior.
Las vacaciones son algo irrenunciable, pero la sombra de la crisis obliga a los turistas a apretarse el cinturón. Planear sus propias escapadas, ahorrar en caprichos y pequeños lujos, acortar la estancia, esperar a última hora a la caza de ofertas, elegir destinos cercanos o abusar de la amabilidad familiar son algunas de las tendencias que observan los expertos.
La mayoría de los profesionales del turismo se muestran esperanzados ante unos datos que no son "para tirar cohetes". "Las cifras bajarán previsiblemente, pero la gente se sigue yendo de vacaciones aunque lo haga de otra manera. Los viajeros gastan menos, son cada vez más precavidos y procuran controlar el consumo" asegura a este periódico Miguel Sánchez, responsable de turismo de la Confederación de Empresarios Andaluces (CEA).
El problema no es sólo que los turistas escatimen en gastos, sino que además, la guerra de ofertas provocará que baje la facturación final en el sector.
En el Hotel Playa de la Luz de Rota (Cádiz), por ejemplo, "la ocupación se va a mantener durante la temporada alta fruto de la bajada de precios", afirma su director, Juan Sañudo, quien explicó que, aunque los hoteles estén llenos en la misma proporción, "la sensible bajada de precios hará que la facturación baje este año en torno a un 10% con respecto a 2008". "Este año el precio es el mejor argumento para elegir destino" apuntilló en una conversación telefónica.
Desde la Federación de empresarios de hostelería de Cádiz (Horeca), su presidente Antonio de María Ceballo, opinó en una entrevista que "hay incluso más intención de viajar estas vacaciones porque la gente está muy cansada de un año muy duro y necesita olvidarse de que el mundo está como está".
Hay dos factores en los que confían tanto los empresarios del sector privado como las administraciones públicas: el turismo nacional y Andalucía como destino con una de las mejores ofertas en el segmento de sol y playa, el más tradicional y demandado, especialmente durante las vacaciones de verano.
Así lo manifestó Miguel Sánchez, quien mostró su confianza "en que el mercado nacional responda, tendencia que se apreció el pasado mes, cuando se recuperó bastante el turismo español en la comunidad".
Además, el litoral depende bastante del turismo nacional en temporada alta según Sañudo, quien afirma que "la mayor parte de los viajeros que llegan a Cádiz en verano son españoles", que son también los turistas que reservan sus vacaciones con menos tiempo.
Es posible que, ya bien empezada la temporada alta, los hosteleros aún reciban alguna sorpresa nacional que ayude a paliar la situación. "Para la primer quincena de julio ya estamos un punto por encima de 2008 y teniendo en cuenta la afluencia de clientes indecisos, calculamos que la última hora puede subir la previsión hasta diez puntos", según Sañudo.
Desde la Consejería abanderan la lucha por el turismo patrio. Conscientes de que la tendencia es moverse cerca de casa, la Administración ha puesto gran parte de su esfuerzo en intentar captar al viajero español y al andaluz. Por eso la Junta ha realizado numerosas campañas de comunicación y de acción directa al público con la esperanza de que los vecinos sepan apreciar la calidad de las playas de la comunidad.
Los touroperadores también han notado que se "acortan las distancias". Así lo explicó el presidente de la Federación andaluza de agencias de Viajes, Antonio Távora, quien aseguró que la situación económica ha propiciado que las personas se muevan menos y elijan destinos más cercanos".
La mayor parte de las instituciones y empresarios, aunque optimistas, se muestran reacios a hacer previsiones. Lo que sí auguran son menos turistas extranjeros y más nacionales, viajes más cortos y cercanos, escapadas sin planear y clientes que tirarán de ofertas. En conclusión, playas llenas de bañistas que este verano aguantarán el calor a la sombra de la crisis.
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