Las otras 'corralas Utopía' que no fracturaron el Gobierno
En mayo de 2013, siete familias ocuparon un bloque de la Junta en Granada y en invierno más de 10 se apoderaron de otro edificio
El hilo de cristal sobre el que ha descansado durante esta semana el pacto de gobierno entre PSOE-IU en Andalucía a cuenta de la reubicación de las familias de la Corrala Utopía de Sevilla pudo romperse en otras muchas ocasiones.
La situación se ha repetido en otros puntos de Andalucía en los últimos años sin que en estas ocasiones se desestabilizara el futuro del Gobierno andaluz. El caso que desvela más contradicciones políticas (al menos a priori) lo encontramos en mayo de 2013 en Granada, cuando una chica de 21 años, con su hija de 4 y otras siete familias deciden ocupar una vivienda en un edificio de Almanjáyar ante una situación de desesperación y sin tener a dónde ir. Tras varios intentos de negociaciones a través de la Empresa Pública de Suelo de Andalucía (EPSA) y después de que cuatro de las familias abandonaran, la joven fue denunciada por ocupar la vivienda. Por aquel entonces el delegado de Fomento en Granada (IU), Manuel Morales, dejó muy claro que "no se puede permitir que las familias ocupen viviendas sin ningún tipo de documento que las autorice a ello. No se pueden ocupar viviendas porque sí", dijo.
Una firmeza que choca con la ligereza con la que la consejera de Fomento (IU) Elena Cortés, repartió pisos esta semana entre los okupas desalojados en Sevilla del edificio propiedad de Ibercaja: la conocida como Corrala Utopía. Para el delegado de Fomento en Granada, Manuel Morales, las diferencias entre los casos "son evidentes". De un lado, "a las 8 familias realojadas en Sevilla les precede un informe de Asuntos Sociales acreditando su situación de emergencia social, cosa que no ocurría con la chica de Granada que tenía adjudicada una vivienda pública, pero no le gustaba el sitio".
En segundo lugar, Morales destaca el hecho de que los okupas sevillanos hubieran tomado un edificio vacío privado propiedad de una entidad bancaria, mientras que la joven de Granada se metió en una vivienda pública. "Aunque se parezcan, son casos opuestos", apunta el delegado de Fomento, quien sí ve en el caso de la Corrala del Triunfo un ejemplo idéntico al sevillano.
La ocupación de la Corrala del Triunfo se remonta al mes de noviembre de 2013, cuando doce familias granadinas sin recursos se apoderan de un edificio vacío propiedad de Cajamar y Caja Rural situado en la calle Cardenal Mendoza. El edificio, llevaba cinco años vacío y está todavía a medio terminar ya que la constructora dejó parado el edificio.
Los moradores intentaron llegara un acuerdo con la entidad que permitiera un alquiler social en el edificio o en cualquier otro de los que posee la entidad financiera. No fue posible, pero los okupas no perdieron el ánimo y, después de quedarse sin agua decidieron organizarse para llenar cubos por las fuentes cercanas.
Recibieron la visita del delegado de Fomento, quien se interesó por el proyecto" de convivencia comunitaria" y puso a su disposición todas las herramientas de la Junta en materia de vivienda.
Mientras, los okupas siguen en la corrala. Harán falta dos años para que, como en el caso de la Corrala Utopía, la justicia determine si hay que desalojarlos. Entonces se verá si el criterio del Gobierno autonómico sigue siendo el mismo que se hizo valer la semana pasada en Sevilla. De momento, tras el desalojo de las cuevas de San Miguel, los moradores siguen esperando un techo.
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