Salud confía en comenzar a vacunar a la población de riesgo en enero
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Aguirre calcula que Andalucía contará con no menos de 250.000 dosis del producto de AstraZeneca a finales de año
España espera disponer de 31 millones de viales
Sin vacuna no hay certezas. Es lo que los epidemiólogos y especialistas en Salud Pública llevan repitiendo desde el inicio de la pandemia. Sin un tratamiento específico, hasta que la vacuna no genere la deseada inmunidad de grupo que rompa definitivamente las cadenas de transmisión del SARS-CoV-2 –han recordado los médicos semana sí semana también– seguirá el miedo, la incertidumbre y esta normalidad que llaman nueva a modo de eufemismo.
Con los datos de contagios disparados y las cifras de hospitalizados en un incesante crecimiento, la Junta de Andalucía optó ayer por mostrar la cara de la moneda y anunció la recepción de entre 250.000 y 300.000 dosis de vacuna contra el Covid-19 a finales de diciembre. Con ellas, añadió el consejero de Salud, Jesús Aguirre, la estimación es comenzar a vacunar a la "población de mayor riesgo" a principios de enero.
Se trata del producto desarrollado por la plataforma de la Universidad de Oxford y la empresa farmacéutica AstraZeneca, la misma vacuna de la que el Ministerio de Sanidad se ha asegurado una provisión de 31 millones de viales tras adherirse al procedimiento de compra centralizada activada por la Comisión Europea. Ayer mismo, fuentes comunitarias consultadas por Europa Press aseguraron que los países europeos tendrán acceso en noviembre a la vacuna de AstraZeneca, con la que ha firmado un contrato que garantizará el acceso el acceso a al menos 300 millones de dosis.
Al distribuirse entre los países por criterios poblacionales, el cálculo de Aguirre de no menos de 250.000 viales para Andalucía deriva de la atribución del 20% de la población de España.
Al mismo tiempo que el anuncio del consejero, el ministro de Salud de Austria informó ayer del inicio de la administración de la misma vacuna en su país también en enero. La coincidencia de las fechas no es fruto de la casualidad. "Todos los países europeos contarán a la vez con la autorización de la vacuna", explica la farmacéutica Raquel Carnero. Distinto será ver a quiénes se les administrará en primer lugar.
Prioridad en las residencias
Aguirre mencionó ayer que la prioridad será la población de "mayor riesgo". Para más detalles, afirmó que en la Junta tienen "perfectamente estipulados quiénes van a ser los primeros en vacunarse, dónde vamos a ir a las residencias y cómo se van a hacer esas primeras vacunaciones".
No todos tienen tan claro los extremos de esta posible vacuna, al menos hasta que no concluya la fase 3 en la que está actualmente inmerso el producto de la empresa y la universidad británicas.
Sobre la población diana a la que se enfocará esta vacuna, Raquel Carnero afirma que no será posible saberse con exactitud sin que esté especificado en la ficha técnica, es decir, hasta que finalicen los ensayos y las autoridades regulatorias hayan analizado los datos de todos los ensayos.
El objetivo de toda vacuna, con todo, es lograr la inmunización entre la población de riesgo –mayores de 65 años, personas con factores de riesgo añadidos e inmunodeprimidos– aunque, tal como están desarrollándose los ensayos actuales con la de AstraZeneca, en el receptor indicado podría incluirse al personal sanitario y a las fuerzas y cuerpos de seguridad.
Prudencia hasta el final de los ensayos
Pero es a la finalización de los ensayos en la fase 3 cuando podrá compararse en un gran número de personas si los vacunados adquieren menos la infección que los no vacunados y apreciarse su seguridad "de forma más fehaciente", explica Jesús Rodríguez Baño, jefe del servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Virgen Macarena de Sevilla.
"Teóricamente –añade– debería ser posible disponer para el final de año de una información preliminar relevante sobre la seguridad de la vacuna y la protección a corto plazo", pues la inmunización que proporciona a largo plazo requerirá de "un seguimiento más largo de los vacunados".
Por tanto, sólo al término de esta fase 3 pueden las autoridades reguladoras –como la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (Aemps)– dar el visto bueno para la fabricación y la distribución de la vacuna, unas autoridades que están dando "facilidades", siendo "flexibles" y procurando la reducción de los "tiempos de ensayos clínicos", dada la situación de la pandemia, explica Carnero, farmacéutica y autora del libro de divulgación Vacunando, ¡dos siglos y sumando.
Por ahora el proceso está lejos de culminar. El Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EEUU informó el martes de la búsqueda de 30.000 voluntarios para la fase 3 del ensayo clínico. Cabe ser prudentes hasta entonces.
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