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El sentido común... y sin guantes para el plan de desescalada

Coronavirus Andalucía

Los expertos en enfermedades infecciosas insisten en las medidas de higiene y precaución durante las semanas de desconfinamiento

Las mascarillas son necesarias en los lugares cerrados

Dos mujeres descansan en un banco público en una calle de Sevilla. / José Ángel García
Miguel Lasida

02 de mayo 2020 - 20:57

El plan de desconfinamiento ya está aquí y, como estaba anunciado, se va a desarrollar asimétrica y gradualmente, por provincias y por etapas. España está en medio de la primera de las cuatro fases, que se prolongarán, si la realidad epidemiológica no se tuerce, durante el periodo de un mes y medio, a razón de dos semanas por cada fase. Si y sólo si la evolución de la pandemia, insisten las autoridades, no se tuerce la curva en pico obliga a otro encierro.

El Ministerio de Sanidad, la más alta autoridad durante el estado de alarma, prescribe, regula e interpela a la sociedad: prudencia, responsabilidad y, sobre todo, respeto a la norma. Mientras no haya una vacuna ni exista el tratamiento seguro que mitigue los efectos más graves de la Covid-19, el único remedio sigue siendo el más antiguo de todos, la distancia a la tribu vecina, el distanciamiento social.

Sobre ello lleva insistiendo la autoridad sanitaria desde hace semanas. Los médicos también, citando a la autoridad. Cuando se le pregunta al infectólogo del Hospital Virgen Macarena de Sevilla, Ángel Domínguez, sobre las precauciones que deben tomarse durante el vigente proceso de "desescalada", alude a las indicaciones de Sanidad. Es sentido común.

"Esencialmente, mantener la distancia de seguridad de uno a dos metros" y, en el caso de los niños, quienes dan paseos desde el fin de semana pasado, "no tener contacto con otros niños, no utilizar columpios u otro mobiliario de juegos" y, en general, para todos los paseantes, "lavarse las manos al volver a casa", "sobre todo eso".

Guantes sí o guantes no

Las manos generan dudas. ¿Guantes sí o guantes no? "Sólo deben usarse en el ámbito hospitalario", afirma Domínguez sin dudarlo. "Dan una falsa sensación de seguridad, pues si nos tocamos la cara hay el mismo riesgo con guantes que sin ellos". Entre los médicos especialistas, en ese sentido, hay no poca indignación por el hábito de ciertos políticos de usar el guante de látex como quien lleva uno de terciopelo en una fiesta de etiqueta.

El asuntos de las mascarillas ha sido uno de los debates de la cuarentena. Ahora que, poco a poco, la sociedad va a ir ganándole terreno a la naturaleza que se asoma entre los adoquines, es conveniente recordar el correcto uso de los recursos disponibles, siempre mirando por evitar un rebrote antes de tiempo.

Sin mascarillas al aire libre

Al aire libre, mientras sea posible mantener la distancia de uno a dos metros, "no es necesario" el uso de mascarillas. Sí en los en los sitios cerrados, en general. En "supermercados o en el transporte público", por ejemplo, dice el médico. Las peluquerías podrían ser otro ejemplo. En estos lugares debe limitarse el número de clientes, "tener disponibilidad de un gel hidroalcohólico para asegurar una buena higiene de manos y extremar la limpieza frecuente del local". En el caso de los bares, que Domínguez entiende que son casos especiales, "la seguridad se basará en el límite del aforo".

El español medio ha añadido a su repertorio de saberes aptos para la tertulia diaria el género de la mascarilla. Todos conocen con profundidad qué es el FFP1, el FFP2 y el FFP3. Según el especialista infectólogo, las quirúrgicas "son para evitar la transmisión" si estamos contagiados pero no hay síntomas. Es una de las claves del éxito del coronavirus. "Los sintomáticos no deben salir a la calle", recuerda Domínguez.

En cuanto a la obsolescencia, las mascarillas quirúrgicas no se pueden lavar, las de tela sí, dice. ¿Y las FFP2 y las FFP3? Son las únicas que "protegen de la infección", pero "son para uso sanitario" exclusivamente.

Sin vacuna y el rebrote

Así será parte de la "nueva normalidad" a la que hizo referencia el presidente del Gobierno y a la que habrá que acostumbrarse hasta que haya una vacuna que genere la inmunización contra el SARS-CoV-2. Para Domínguez es "poco probable" que "antes de fin de año" haya una vacuna eficaz y que pueda usarse "masivamente" entre la población.

Hasta entonces, hasta bien entrado 2021, habrá pues que seguir siendo prudentes y temerosos del virus. Domínguez, además, cree que estas precauciones van a ser más necesarias en Andalucía, cuyo "problema", según sostiene en su cuenta de Twitter, es haber tenido pocos casos "en esta supuesta primera ola". "No hemos conseguido inmunidad de grupo y podemos tener un otoño caliente", supone.

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