La asimetría en el cambio de fase ahonda la disputa
Coronavirus Andalucía
Bendodo defiende el control de la pandemia en Málaga y Granada, Marín avisa de la economía, pero Sanidad opta por la precaución
Polémica por la desescalada en Andalucía
De las insistentes quejas de la Junta en relación a la asimetría en el cambio de fase en las provincias andaluzas se deduce que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y el consejero de Salud, Jesús Aguirre, no se entienden.
Uno debe de estar hablando en chino y el otro, en senegalés, por decir algo. Ambos han mantenido una negociación en los últimos días para contrastar cifras y datos –de eso ha informado este sábado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su habitual comparecencia semanal–, pero ni el ministro debe de estar comprendiendo los criterios del consejero en cuanto a la evolución de la pandemia y a la preparación para la contención en las provincias de Málaga y Granada, ni el consejero andaluz debe de haber entendido una de las máximas del Gobierno en la gestión de la desescalada –la tan traída asimetría– ni, por descontado, las respuestas de la autoridad sanitaria a las reclamaciones de la homogeneización en el tránsito a la normalidad todas las provincias andaluzas.
La cúpula del Ejecutivo andaluz insiste en sus críticas. El Gobierno de España no se queda atrás en sus mensajes, el erre que erre sobre la duración mínima de dos semanas por fase y la prudencia ante un posible e indeseable descontrol o rebrote de la pandemia. La salud prima. El resultado es una fractura que se ahonda casi semanalmente entre ambas administraciones. "Sí", ha venido a decir Sánchez, "seguro que mañana [por el domingo], durante la conferencia de presidentes autonómicos, Juanma Moreno me volverá a pedir que Málaga y Granada pasen a la misma fase que el resto de las provincias andaluzas".
El presidente del Gobierno ha dicho que "empatiza" con el sector turístico de Granada y Málaga, pero insistió en que "deben permanecer" una semana más en la fase 1 por "un principio de prudencia y precaución". Lo sabido. Con todo, fuentes cercanas al Gobierno central creen que, más tarde o más temprano, toda Andalucía se encontrará en un mismo estado de desescalada.
Bendodo pide explicaciones sanitarias
Por el momento, la Junta sigue presionando. Por la mañana ha sido el consejero de Presidencia, Elías Bendodo, y por la tarde lo ha hecho el vicepresidente, Juan Marín. Bendodo rechazó ayer, como también lo rechazó la última vez, que exista una "explicación sanitaria" que justifique que las provincias de Málaga y Granada tengan que continuar la próxima semana en la fase 1.
El titular de Presidencia, en una entrevista en la Cadena SER, citado por Europa Press, aludió de nuevo al agravio y afirmó que el Gobierno central "no está manteniendo los criterios con todas las comunidades autónomas por igual ni los mismos parámetros". Navarra, expuso el también consejero portavoz, ofrece peores números en el número de contagios por 100.000 habitantes que Málaga y Granada, donde la evolución de la pandemia en estos últimos días ha sido "muy buena".
Marín presiona con el turismo y la economía
No deben pensar igual los técnicos del Ministerio de Sanidad ni el ministro, quien no acabó convencido, a tenor del anuncio del cambio de fase, por las cifras y los parámetros blandidos por el consejero Aguirre. Según las palabras del presidente del Gobierno, en las reuniones entre los dos dirigentes sanitarios se produjo "una negociación bilateral, donde se han compartido desde el punto de vista experto, científico y epidemiológico, la situación epidemiológica en las dos provincias". Pero nada.
Marín, consejero de Turismo, abundó en la "discriminación absoluta" sobre estos territorios eminentemente "turísticos". El paso a la fase 2 se fundamenta, por tanto, en causas económicas. Es lo opuesto que defiende La Moncloa, que sigue atendiendo a criterios de salud.
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