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El consultorio: sobre separaciones, sobrepeso y depresión

PREGUNTE A LOS EXPERTOS

06 de octubre 2008 - 00:00

Si mi marido no le pasa la pensión alimenticia a mi hija y hace ya un par de años que nos separamos, ¿puedo negarme a que vea a la niña? No se preocupa de ella económicamente para nada, ahora creo que está sin trabajo y sólo la llama de vez en cuando. Teresa Ruiz.

SI se trata de una separación judicial y no de hecho, estamos ante un supuesto de incumplimiento de sentencia, por lo que puede usted instar una demanda de ejecución dineraria. Si el padre ahora no tiene trabajo, puede embargársele el subsidio por desempleo o cualquier bien que posea para garantizar el abono.

Sin embargo, el impago de pensiones alimenticias no es a priori causa de privación del derecho de visitas, el cual está considerado como un derecho que tienen tanto el progenitor no custodio como los hijos menores. Usted dice que el padre sólo llama de vez en cuando, lo que evidencia que este señor también está incumpliendo su obligación de visitar a la hija, lo cual puede dar lugar a modificar ese régimen e incluso a privarle de él al padre por su reiterado incumplimiento según el artículo 776,3 de la LEC. SOLEDAD BENÍTEZ-PIAYA, abogada

Desde pequeño tuve problemas de sobrepeso, hasta el punto que con 30 años llegué a pesar 125 kilos. Ahora tengo 43 años y hace unos cuatro años me dio por hacer ejercicio y adelgazar. Estaba irrecononocible, pesaba 80 kilos. Pero al poco tiempo me despidieron del trabajo, entré en una depresión y me obsesioné con adelgazar más. Alterno el paro con algunas chapuzas. Deseo trabajar, pero cuando consigo algo vuelvo a deprimirme, me agobio y no consigo aguantar la presión. ¿Por qué me ocurre esto? ¿Cómo puedo compaginar la depresión con el trabajo?. Jacinto

Por lo que usted cuenta no parece que los trabajos que logra le satisfagan. El deporte, independientemente de aportarnos salud, trae consigo ventajas como aumentar las sensaciones de bienestar y placer en el individuo, que ve cómo su cuerpo reacciona de forma más adecuada, se torna esbelto y todo puede ser llevado a cabo con menor dificultad. En su caso usted parece estar centrándose en adelgazar, cuando lo que debe hacer es buscar qué le hace feliz y utilizar el deporte y tener un peso adecuado como un medio, no como un fin en sí mismo.

No debe usted plantearse compaginar, es decir, soportar o vivir con la depresión. Debe usted buscar qué le hace sentirse deprimido para superarlo. Tiene usted una edad en que suele coincidir con un replanteamiento global de la vida. Si a esto le sumamos un evento vital tan serio como la pérdida del trabajo, la suma puede hacerse insoportable y lograr que sus pensamientos le hagan plantearse la vida desde un enfoque erróneo, lo que le empuja a la depresión. Coja papel y lápiz y escriba qué se está usted diciendo, cómo analiza los problemas a los que se enfrenta día a día. Verá que sus pensamientos se han vuelto negativos, muchos de ellos no son más que anticipaciones catastrofistas de hechos que jamás ocurrirán. Si se escucha a sí mismo comprobará que siempre está repitiéndose estas afirmaciones. El trabajo de superar una depresión parte de cambiar todo eso, de esforzarse por no ver todo desde un punto de vista que no le aporta nada, de buscar lo hermoso, aún cuando parezca minúsculo. Y, desde allí, comenzar a subir. JOSÉ MANUEL AGUILAR CUENCA, psiquiatra y forense

Me acabo de mudar a una ciudad capital de provincia y desde que vivo aquí hablo más en voz alta, como contándome a mí misma las cosas que debo hacer o acabo de hacer. Desde pequeña me he hablado a mí misma mentalmente. ¿Me estoy volviendo loca? ¿A qué se puede deber? Catalina.

El diálogo interior es un instrumento que todos disfrutamos y que, desafortunadamente, muchos no aprovechan. Sirve para razonar, organizar nuestra conducta, permite detenernos cuando nos lanzamos sin razón a hacer las cosas, es un buen compañero para los momentos de soledad, ya que con él nos preguntarnos a nosotros mismos, buscando respuestas a quiénes somos, por qué hacemos las cosas como las hacemos, lo que resulta tremendamente útil siempre que adoptemos una posición de curiosidad y crítica constructiva, que no es sino aquella que busca cambiar las cosas para mejorarlas.

No se está usted volviendo loca o, mejor, no más loca que la gente que tiene usted alrededor. En mi opinión su forma de comportarse se debe a que, debido a la nueva situación en la que se encuentra, está buscando seguridad, control, y ello lo logra llevando a cabo esta conducta. Esto en sí mismo no es malo, pero debería de ir sustituyéndola por llevar a cabo cierta reflexión a primera hora de la mañana, en donde le recomiendo se organice el día, plantee lo que tiene que hacer y cómo va a llevarlo a cabo. Sea exigente pero no ambiciosa o ilusa. Es mejor hacer tres cosas bien que plantearse cinco y no lograr llevar a cabo ninguna. Cuando logre llevar a cabo lo que se ha planteado otórguese a sí misma un momento para contemplar lo que ha alcanzado. Esto le ayudará a comprender que poco a poco está tomando la medida a la nueva situación, el nuevo escenario de su vida. Si se equivoca tampoco pasa nada. También contemple lo que ha ocurrido. Si aprende y no vuelve a equivocarse en ello tornará en positiva una situación que a primera vista era nefasta. Con el tiempo, poco tiempo, verá que aumenta su seguridad, su confianza en sí misma. JOSÉ MANUEL AGUILAR CUENCA, psiquiatra y forense

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