Los consejeros que salen del nuevo Ejecutivo van encontrando su sitio

Tres de los seis consejeros salientes ya tienen perfilado un futuro inmediato: dentro del partido, con las miras puestas en la cita electoral municipal de 2011 o con vínculos con lo que hace el Gobierno andaluz.

Después de que los sucesores juraran el cargo y de la foto de familia, la primera cartera en entregarse fue la de Cultura. Rosa Torres no perdió un minuto en pasar el testigo a Paulino Plata. Antes de abandonar el monasterio de Santa María de las Cuevas, Torres ya estaba lista para dedicarse full time a su nuevo cargo de presidenta del PSOE-A.

La que seguirá de alguna manera vinculada al Ejecutivo autonómico es Begoña Álvarez. Griñán no escatimó elogios a la labor que ha desempeñado en el último año, en el que, "sin pisar a nadie" ha adoptado decisiones "difíciles", como las relativas a la memoria histórica o el plan de tardes para desatascar los juzgados. Sin "ni una pega" a su trabajo, no era de extrañar que se le encontrara un hueco rápido. En el mismo Consejo de Gobierno posterior a su cese, se acordaba su nombramiento como consejera electiva de la Comisión Permanente del Consejo Consultivo de Andalucía.

A los cambios en el Ejecutivo autonómico seguirán mañana en el Grupo Parlamentario. Griñán informará de su propuesta para la dirección del grupo, cuya portavocía recaerá en el secretario provincial del PSOE de Huelva, Mario Jiménez. Este sustituirá a Manuel Gracia, que ocupará el vacío que deja en la vVcepresidencia primera del Parlamento el nuevo consejero de Educación, Francisco Álvarez de la Chica.

El resto de cambios afectan a un segundo nivel, y el diputado del PSOE por Sevilla José Muñoz relevará a la onubense Antonia Moro en la portavocía adjunta del Grupo Socialista en el Parlamento y como secretario general. La diputada gaditana Regina Cuenca será una de las cinco secretarias y viceportavoces adjuntas en lugar de la sevillana Susana Díaz, nueva secretaria de Organización.