Tribuna Económica
Gumersindo Ruiz
La casita de Jesús
Las asistencia sanitaria es uno de los pilares del estado del bienestar. Que esta asistencia resulte satisfactoria para los ciudadanos requiere de un notable esfuerzo en materia de gestión y de presupuestos por parte de las administraciones sanitarias. Y para atender la demanda ciudadana, no es infrecuente que las comunidades autónomas firmen acuerdos de concertación con las empresas privadas del sector, fundamentalmente con el objetivo de reducir las saturaciones. Los conciertos con la salud privada en Andalucía se han incrementado casi un 5% en el periodo comprendido entre 2018 y 2022. Es deseable que efectivamente este gasto sirva para que haya una reducción real de las listas de espera, agente que causa un dolor de cabeza crónica y a la vez aguda en el Gobierno de la Junta de Andalucía.
El gasto que la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía dedica a la concertación con las entidades privadas ha variado desde los 424 millones de euros de 2018 a los 580 millones en 2022, que son los últimos datos que registra la Estadística de Gasto Sanitario Público publicada por el Ministerio de Sanidad de las que dio cuenta ayer Europa Press. En esas partidas, aparte de emplearse para tratar de despejar los tapones que suceden de común en las consultas de Atención Primaria, en la realización de pruebas diagnósticas y en las intervenciones quirúrgicas se ha incluido en 2022 un recibo de 25 millones de euros para abonar una deuda pendiente con “las clínicas Pascual”, según señalaron a este periódico fuentes de la Consejería de Salud.
Relacionar estas cifras millonarias con el presupuesto total de las consejería del ramo, medido ejercicio por ejercicio, ayuda a aportar un contexto y a efectuar una comparativa con el resto de las comunidades autónomas más ajustada a la realidad presupuestaria. De ese modo, el gasto de la concertación en Andalucía se incrementó del 4,2% en 2018 al 4,4% en 2022, de cuya diferencia (0,2%) resulta el aumento del 5%. La concertación con las empresas sanitarias privadas en Andalucía, sin embargo, siguen estando por debajo de la media de las comunidades autonómicas si se atiende a la foto fija de 2022, que el último dato que refleja el Ministerio de Sanidad.
Así figura en las cantidades del informe ministerial destinadas a los conciertos en el conjunto de las comunidades autónomas, que fue del 8,8% en 2022. La cuantía para los conciertos ha disminuido con respecto a 2018, que fue del 9,3%.
Del análisis del gasto en ese capítulo de concertación en relación al presupuesto total, comunidad autónoma por comunidad autónoma, se extrae que la relación con las empresas privadas de salud en Andalucía es en 2022 la séptima por debajo. Disparan la media regional la proporción del gasto en conciertos de Cataluña (22,6%), históricamente alta –aunque a la baja desde 2018–, y la de Madrid (12,3%), que supera el 10% desde 2012.
Para explicar los motivos del gasto ascendente en conciertos entre 2018 y 2022, la Consejería de Salud apunta al aumento “significativo” del coste de los tratamientos –23% de los diálisis, el 31% del transporte sanitario o el 31% en terapias respiratorias– y de las pruebas diagnósticas (27%). Salud expone además que “en diciembre de 2022 el SAS acordó con las clínicas Pascual el cierre de los procedimientos judiciales abiertos por la prestación en los cinco hospitales de la empresa”. “De los 125 millones con los que se cerró el acuerdo, 25 millones se pagaron en diciembre de 2022 y 100 millones, en 2023”. Además, la renovación de dos conciertos con sendos centros de la empresa Pascual: el Hospital San Rafael en Cádiz y el Hospital Virgen de la Bella en Lepe. Con el primero es un concierto de 30 millones y con el segundo, de 40 millones.
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