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Un centenar de funcionarios abuchea a Griñán y pide la dimisión de Aguayo

Los manifestantes portaban pancartas que decían: "La Junta no se vende" o "La Junta no es el cortijo del PSOE".

Efe

19 de noviembre 2010 - 13:25

Alrededor de un centenar de funcionarios han abucheado este viernes al presidente andaluz, José Antonio Griñán, y a varios miembros del Ejecutivo, entre ellos la titular de Hacienda y Administración Pública, Carmen Martínez Aguayo, a la han reclamado que dimita, como rechazo al decreto del sector público andaluz.

La protesta se ha producido a las puertas del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBIS) que ha inaugurado el presidente y horas después de que la Junta, junto con CCOO y UGT, hayan acordado en la Mesa de Función Pública la aplicación del controvertido decreto ley que modifica las condiciones laborales de más 20.000 empleados de empresas públicas en Andalucía.

Con la presencia en el edificio de una numerosa dotación policial y de seguridad privada, los funcionarios se apostaron frente a la puerta principal del mismo para expresar su malestar contra el decreto y corear consignas y esgrimir pancartas como "La Junta no se vende" o "La Junta no es el cortijo del PSOE".

Los abucheos, que duraron al más de media hora, fueron dirigidos contra miembros del Gobierno como el consejero de Economía, Antonio Ávila; la consejera de Salud, María Jesús Montero, y muy especialmente contra la consejera de Hacienda y Administración Pública, Carmen Martínez Aguayo, a la que reclamaron a voz en grito que dimitiera.

El momento más tenso se produjo con la llegada del presidente, al que esperaban los consejeros en la puerta del edificio bajo el incesante griterío y el ruido de pitos y bocinas.

La presencia del presidente hizo que los funcionarios rompieran el cordón de seguridad policial para ubicarse en la valla próxima a la entrada del edificio, donde a pocos metros de Griñán, volvieron a corear las consignas ("Por una Junta sin enchufes") y a reclamar, sin que se produjeran incidentes, la derogación del decreto.

Pasado el trance las autoridades entraron en la sede del Instituto de Biomedicina, cuyas puertas fueron cerradas.

Tras el acto de inauguración, el presidente Griñán ha declinado hacer declaraciones a los periodistas.

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