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"Tenemos que replantearnos el modelo de gestión de Doñana"

Medio ambiente

Juan Pedro Castellano, director del Espacio Natural de Doñana, atribuye a la sequía la sequedad en la Marisma pero alerta de los efectos del cambio climático

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La laguna de Santa Olalla, la más grande de Doñana, se seca

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Juan Pedro Castellano, director del Espacio Natural de Doñana / Antonio Pizarro
Á. B.

25 de septiembre 2022 - 06:00

Los periódicos europeos publicaron recientemente las fotos de la laguna de Santa Olalla seca. Junto a ella, que es la laguna más grande de Doñana, respondió a las preguntas de los periodistas el director del Espacio Natural de Doñana, Juan Pedro Castellano, sobre los efectos de la sequía en el humedal. "Cuando hay agua, la de Santa Olalla es un ambiente muy interesante, porque viven muchas especies. Pero está claro que la fauna no tiene siempre ese óptimo. En un año medio de precipitaciones, Santa Olalla estaría inundada, pero cuando llega el verano pierde agua y puede llegar a secarse. Cuando hay elementos tendenciales, claro, afecta a la fauna que depende directamente de la laguna. Y se ve también cómo la vegetación lo pasa mal, pero es algo bastante recurrente en la historia de Doñana y en su variabilidad climática. Siendo un elemento negativo para muchas especies que dependen de la laguna, no es algo anormal. Las especies que viven en este entorno están bastante aclimatadas".

Lo que sí comparte Castellano es la preocupación de los investigadores y los ecologistas de que no es sólo la sequía más o menos esporádica la causante del actual estado de extrema sequedad en la Marisma: "Estamos bastantes acostumbrados a tener periodos húmedos y periodos secos, pero hay elementos que nos preocupan. Parece que vamos hacia un escenario con cada vez menos lluvias y con lluvias cada vez más distantes, y eso nos tiene que preocupar y tiene que hacer replantearnos las cosas, no sólo por la gente que usa el agua sino por el modelo de gestión. Pues esto es así, el cambio climático lo tenemos ya delante".

Sobre la fauna que permanece en Doñana a pesar de la acusada escasez del agua, Castellano informa de la existencia de un número de especies adaptadas a los periodos secos, periodo en el que "las lagunas absolutamente llenas son pocas". "Encuentran el agua donde la encuentran. Es difícil para ellos. Y provoca problemas, porque aparecen problemas de fecundación en los mamíferos. Pero es bastante recurrente en un periodo complicado de sequía, al margen de que tengamos además el añadido del cambio climático. Evidentemente, si la sequía se prolonga, la vegetación de la laguna cambiará, el fondo cambia..."

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