La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El rey brilla al defender lo obvio
Despeñaperros bien abajo. Las cárceles de Cádiz, lógicamente por su lejanía del País Vasco, han sido tradicional destino de los presos más incombustibles del frente de los makos, el colectivo de los presos etarras en prisión. En la actualidad, más de medio centenar de etarras cumplen condena entre rejas en las cuatro cárceles gaditanas, 56 en total, repartidos entre la algecireña de Botafuegos, donde a día de hoy hay 15; en Puerto 1 (otros 15), Puerto 2 (11) y Puerto 3, con otros 15.
Es en esta última cárcel en la que están los más tristemente conocidos. No es casualidad. Porque Interior decidió aprovechar la inauguración de la prisión, hace poco más de dos años, para un singular experimento, trasladando allí a históricos dirigentes con mando en plazo todavía en el frente de los makos o a los presos con historiales más sanguinarios. Por eso está en Puerto 3 Juan Lorenzo Lasa Mitxelena, Txikierdi, ex jefe militar de ETA, que continúa siendo portavoz del denominado colectivo de presos políticos vascos. O el temido Henri Parot, al que se le han acreditado 82 asesinatos, por los que suma 26 sentencias condenatorias con las que acumula casi 4.800 años de prisión.
También a Puerto 3 fue enviado, y sigue allí, José María Dorronsoro Malaxeteberria, ex responsable del aparato político y financiero de ETA. Preso también de calibre es considerado Xabier Alegría Eloinaz, Talibán de Lezo, detenido en 2001 como miembro del gune (núcleo) de Ekin.
En las otras dos cárceles de El Puerto hay también reclusos etarras de renombre, aunque oficialmente no forman parte del experimento de Interior en Puerto 3. Así, en Puerto 2, de los 11 presos que están cumpliendo condena allí, destaca sin duda Iñaki Bilbao, famoso por simular que disparaba al tribunal que le juzgó por amenazar al juez Garzón. Junto a él, está Agustín Almaraz Larrañaga, uno de "los listos de ETA", uno de los matriculados en la universidad cuyo historial académico investigó la Fiscalía tras descubrirse los chanchullos y el trato de favor que recibían otrora poco formados etarras convertidos de la noche a la mañana en licenciados cum laude.
Y en el listado de Puerto 1, sobresale José Antonio López Ruiz, Kubati, interlocutor en las negociaciones de Argel de 1999. Cumple 900 años de condena por seis asesinatos, entre ellos, el de la ex etarra Yoyes.
Todos ellos acostumbran a seguir a rajatabla las directrices de la banda, la última, secundar una huelga de patio. En concreto, en la cárcel de Puerto 2, hasta hace dos semanas, cuando protagonizaron su particular tregua. Se acercaba el sábado, cuando toca comunicar con familiares. Y como las normas de la prisión impiden a los que realicen alguna protesta "comunicar", dejaron la huelga.
Muchos de ellos, desde hace poco, padecen una condena extra, una suerte de celibato al no disfrutar de vis a vis. Y es que, para ello, sus parejas debieran someterse a los palpamientos a conciencia que hace dos meses ordenó Interior que se realizara a los visitantes de los etarra, para evitar que les pudieran pasar documentación de la banda. Y en su mayoría, se niegan a que el personal les toque.
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