El cambio femenino protagoniza las últimas cuatro décadas de autonomía
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La incorporación al mercado laboral de las mujeres marca el cambio experimentado por la mayor parte de una población que vive más, estudia más y trabaja más que nunca
Sevilla/En los más de cuarenta años de vida autonómica, la evolución social marca un camino de imposible vuelta atrás. En los tradicionales recuerdos de manifestaciones, procesos electorales, sociales y políticos que han marcado el camino que el martes se celebra en el teatro de la Maestranza, la presencia de mujeres en todos ellos ha adquirido un protagonismo más que notable.
El paso del tiempo ha producido un salto en el nivel de vida de toda la población, pero donde más se ha notado ha sido en el papel de las mujeres; de acompañantes a líderes; de una presencia casi testimonial a ser las protagonistas de un cambio radical con un papel clave en el desarrollo de la sociedad andaluza. La incorporación al mercado laboral ha sido determinante a la hora de conseguir su independencia y el jugar ese papel determinante, dueñas de sus propias vidas que ha supuesto una conquista por un derecho inherente.
Poco o nada tienen que ver las mujeres andaluzas de ahora con las que iniciaron un camino con toda la población, pero sin que hasta ese momento fueran dueñas de su propio espacio. Las listas paritarias chocan todavía con la escasa presencia entre los puestos directivos. Sirva como ejemplo de que de los siete presidentes de la Junta, tan solo una de ellas fue mujer; dicho de otra manera, desde 1978 hasta la fecha, desde Plácido Fernández Viagas hasta Juanma Moreno, en 45 años de andadura autonómica, solo en seis fueron regidos por una presidenta.
Con motivo de la celebración del 28 de febrero, el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA) ha hecho públicos una serie de indicadores que marcan la evolución de la sociedad andaluza desde el comienzo de la autonomía hasta nuestros días y que marcan el devenir de la sociedad en su conjunto.
Según el IECA, el PIB per cápita ha crecido desde 1995 a 2022 algo más de 13.600 euros para situarse por encima de los 22.000; el precio del metro cuadrado de la vivienda libre ha pasado de 276 a 1.411euros el metro cuadrado; se ha producido un incremento significativo de la cabaña porcina y un descenso de la ovina, o han aumentado el número de afiliaciones a la Seguridad Social hasta superar ampliamente los 3,2 millones. En educación, casi 2 millones de andaluces han alcanzado estudios superiores, multiplicando casi por 9 a los que disponían de estos estudios en 1980.
Entre los datos, destaca la propia evolución natural de la población, que desde comienzos de la década de los años 80 hasta la actualidad, ha pasado de contabilizar menos de seis millones y medio de habitantes a más de ocho millones y medio. Entre los indicadores demográficos sobresalen varios que indican la modificación radical del rol de las mujeres en la sociedad. Así, el número medio de hijos por mujer, ha descendido en más de la mitad, ya que ha pasado de 2,7 a 1,3, inentendible si no se analiza la progresiva incorporación al mercado laboral que, junto con la falta de medidas efectivas plenas a la hora de establecer parámetros de conciliación, se encuentran detrás de este descenso.
Mercado de trabajo
Buena prueba de ello es que las mujeres ocupan el 66% de los nuevos empleos creados en Andalucía, un total de 86.700 según los datos de la Encuesta de Población Activa. En la actualidad, hay 1.835.700 mujeres que trabajan lo que supone el 45,63% de las personas activas en la comunidad, y la tasa de actividad femenina ha crecido más de dos puntos porcentuales, hasta situarse en el 50,89%.
No obstante, a pesar de que de en los últimos quince años la población activa femenina ha crecido en Andalucía un 21,40%, su participación en el mercado laboral sigue siendo menor que la de los hombres, aunque aumenta conforme lo hace su cualificación, de modo que en los estratos con mayor formación el peso de la población femenina en el mercado se equipara a la masculina.
Otra prueba de ello es el salario medio que a pesar de que se ha más que duplicado en lo que llevamos de siglo (pasa de 7.606 a 15.292 euros anuales), todavía sigue siendo notablemente inferior al de la población masculina que llega a 4.000 euros más al año, justificación más que pertinente a la hora de determinar las políticas de igualdad salarial.
Hay otro dato que da buena prueba de la conquista del empleo como uno de los cambios más sustanciales que han dado las mujeres en estas últimas cuatro décadas. En 1977, el 78% de todos los parados eran hombres y apenas el 22% restante correspondían a las pocas que llegaban a unos empleos que parecían reservados para sus cónyuges de manera casi exclusiva. En la actualidad, el número de paradas es superior al de parados, la tasa de paro femenina duplica a la masculina y se queda tres puntos por encima de la media.
Los indicadores poblacionales también refrendan la tendencia de que las mujeres tienen una esperanza de vida superior a la masculina. Además del índice de fecundidad y de una pirámide que se estrecha en los nacimientos y comienza su tránsito hacia la inversa fruto de un envejecimiento por la mayor esperanza de vida, las mujeres viven siete años más que los hombres que no logran superar las ocho décadas de expectativa vital. En concreto, las primeras superan los 84 años y la población masculina no llega a los 77 y medio. El aumento, no obstante en los últimos cuarenta años ha sido más que notable, toda vez que ha crecido en seis años para cada uno de ellos. La edad media de la población andaluza es de 33,2 años entre los hombres y más de una década superior entre las mujeres.
Otro de los aspectos en los que se nota la evolución social en la comunidad autónoma en los últimos años. Los estudios y la formación cada vez adquieren una mayor importancia. Mientras que hace cuatro décadas eran una mera etapa en la que se buscaba acortar los plazos para aportar un salario que era imprescindible para el sostenimiento de las familias, en la actualidad la tasa de abandono escolar se ha desplomado. Entre los hombres, se ha pasado del 43,5% al 18,4%, mientras que entre las mujeres el descenso es todavía más significativo, toda vez que en el año 2002 estaba en el 30,3% en 2022 se quedó en el 12%. Los datos respaldan que la constancia en los estudios también es mayoritariamente femenina.
La denominada tasa de idoneidad a los 15 años, es decir el porcentaje de alumnos que se encuentra matriculado en los cursos que les corresponderían por edad, es notablemente superior entre las mujeres que roza el 70% (ha crecido en más de 16 puntos en las últimas dos décadas), mientras que en el caso de los hombre no llega al 60%.
Tal vez una de las consecuencia de esta constancia en los apartados formativos, derriba en un incremento más que apreciable entre las autoras que solicitan derechos de propiedad para sus trabajos creativos. Desde el 2010 hasta el 2021 apenas se ha movido en números absolutos en toda la comunidad autónoma. Lo que sí lo ha hecho es en la participación de las mujeres que ha pasado de un 29,3% del total a más de un 36%, porcentaje que han perdido sus equivalentes masculinos.
La dependencia sigue siendo un apartado en el que las mujeres también hacen valer la mayor esperanza de vida, ya que son más del 63% de sus usuarios, con un porcentaje que se mantiene casi invariable desde 2014.
Uno de los datos más reveladores de lo que queda por hacer en materia de la violencia de género, lo es el hecho de que a lo largo de la última década el número de centros de atención a las mujeres víctimas de malos tratos se ha disparado en la comunidad andaluza. De los apenas siete que existían en 1995, se ha pasado a 31 en el año 2021. En Andalucía había 122 centros de atención a las mujeres, mientras que en la actualidad son 219, de ellos la mayoría corresponden a los puestos en marcha por los ayuntamientos para el asesoramiento general (180), a los que hay que añadir los uno por cada una de las provincias gestionados por las distintas diputaciones.
Hay que recordar que en lo que llevamos de año, tres mujeres han perdido la vida en Andalucía en crímenes confirmados como violencia de género, casi la mitad de los contabilizados en toda España. Y es que ese tal vez sea el principal logro que queda por conseguir por parte de las mujeres andaluza, no tanto lo que han logrado, sino que se les reconozca que lo han hecho.
Principales indicadores de cada provincia
En la comparación de datos provinciales, Almería es la provincia con mayor peso de su sector primario y mayor PIB per cápita; mientras que Cádiz tiene el mayor volumen de exportaciones con una cifra por encima de los 10.000 millones de euros, destacando su tráfico marítimo de mercancías que supera los 113 millones de toneladas, así como el porcentaje de renovables en su producción eléctrica; Córdoba destaca por la mayor esperanza de vida al nacer, aspirando las mujeres cordobesas a la edad de 85 años; Granada encabeza el ranking de bienes inmuebles del Patrimonio Histórico, así como el número de visitantes a museos y conjuntos monumentales y arqueológicos; Huelva es la provincia con mayor peso de su sector industrial y la que dedica más superficie a la agricultura ecológica con cerca de 200.000 hectáreas; Jaén lidera el número de empresas inscritas en la Seguridad Social en el sector de la agricultura; Málaga ha experimentado el mayor incremento de población pasando de 1 millón de personas en 1980 a más de 1.700.000 en la actualidad, siendo también es la provincia con mayor actividad turística superando ampliamente los 8 millones de turistas; y por último, Sevilla es la provincia con mayor número de afiliados a la Seguridad Social superando los 560.000 y cuenta con el con mayor número de establecimientos de 20 o más trabajadores, aunque respecto al total de establecimientos Málaga ocupa el primer lugar.
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