Una batalla ganada tras un duro combate
Bretón muestra con una sonrisa que está satisfecho con la última sesión
José Bretón consiguió ayer por primera vez en once días expresar una emoción. Y lo hizo con una sonrisa. No fue fingida, era de esas que salen del alma, después de sentirse ganador en un combate en el que muy pocos estaban de su parte.
En su cara esa sonrisa permaneció hasta el momento en el que abandonó la sala de vistas, en la que se le juzga por el presunto asesinato de sus dos hijos, para volver a prisión. Minutos antes su abogado había conseguido echar por tierra una de las pruebas clave de la jornada con la que la defensa y el Ministerio Fiscal querían dejar bien claro ante el Jurado que los niños no llegaron al Parque Cruz Conde en la tarde del 8 de octubre. Pero, finalmente, la exposición del experto del Observatorio Astronómico de la Universidad de Valencia Vicent Peris, que elaboró unas conclusiones tras visionar las imágenes, no pudo concluir que con "certeza" los niños no llegaron al parque. Y todo ello pasó a pesar de que el experto no escatimó en medios para mostrar cómo realizó el análisis de las imágenes.
A través de la pantalla de plasma explicó a los miembros del Jurado cómo se logra quitar "el ruido" a las imágenes, llegando incluso a tomar como ejemplo una fotografía de la galaxia. En una pizarra también dejó claro cómo se identifican los datos más importantes ante una prueba como la que él analizó.
Pero las explicaciones se quedaron en agua de borrajas después de que el ayudante de Sánchez de Puerta, el letrado Miguel Ángel Oliva, con ciertos toques de película americana, desmontara la validez de las reconstrucciones efectuadas por la Policía. Ni había la misma luz, ni el coche iba a la misma velocidad.
Todo esto era observado al detalle por el propio José Bretón, que por primera vez en lo que va de juicio se sentía vencedor, al no existir una prueba que desmontara su versión de que los niños sí iban con él en el coche. Quizás hoy, las declaraciones de los antropólogos vuelvan a apagar su sonrisa.
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