La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La Sevilla fina en la caja de Sánchez-Dalp
Francisco Carrión Méndez, director del equipo de cinco arqueólogos de la Universidad de Granada que ha llevado a cabo la excavación de Alfacar, fue el encargado de presentar los aspectos más técnicos del informe preliminar, que se convertirá en definitivo cuando se envíe a la Junta de Andalucía.
Carrión recordó que para comenzar a trabajar en la zona se basaron en "informes de historiadores y en estudios geofísicos" y que estos últimos detectaron "seis anomalías" que podían corresponderse con otras tantas fosas. Pero eso, como se encargó de recalcar Carrión ayer, era únicamente una posibilidad. De antemano no se podía determinar a qué correspondían.
Una vez sobre el terreno, mediante la excavación manual - "la zona no la ha pisado ni una máquina", recalcó- el resultado fue que esas anomalías eran sólo los alcorques de una muy antigua plantación de viñedos. "No han aparecido restos óseos humanos ni ningún otro indicio", dijo. La conclusión es clara: allí nunca hubo enterramientos.
Precisó que los trabajos constaron de cuatro sondeos, uno de ellos justo al lado del monolito que recuerda a Lorca, donde algunos investigadores situaron el lugar exacto del enterramiento. Pero sólo se encontraron, allí y en los demás, alcorques de viñedos "y acometidas de agua y luz para el parque Federico García Lorca".
"No hemos dejado escapar ni un solo gramo de información, pero no ha aparecido ni una esquirla", prosiguió el especialista, que, puestos a precisar, detalló que en el tercero de los sondeos sí que se encontraron restos, pero del último tercio del siglo XX. Por ejemplo, chapas de botellas de cerveza.
El informe de Carrión y su equipo se extiende en otras consideraciones que posiblemente no son fundamentales para el caso pero que sí pueden considerarse un buen complemento. Entre otras, que en todas las áreas de excavación se han constatado "numerosas alteraciones antrópicas" y que éstas son recientes, datan de los últimos veinte años, y corresponden a la edificación del parque Federico García Lorca o a las ya citadas acometidas de agua y luz para esa instalación.
"Todo eso ha supuesto un cambio drástico del paisaje histórico", señala el informe, pero nada sirve para pensar que debajo haya nadie enterrado. La conclusión es totalmente opuesta: no ha habido enterramientos allí. "Sorprende la escasa potencia de niveles sedimentarios, donde se localizarían hipotéticamente fosas o restos humanos", menciona.
Sí se localizó, en una roca caliza que afloraba, un impacto de bala "del que no puede determinarse el momento histórico en el que se produjo ni la clase de arma con la que se realizó, si de caza o de otro tipo", explicó Carrión.
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