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Una veta de esperanza para la biodiversidad de Doñana

La Junta espera tener cerrado en febrero o marzo de 2024 la compra de las 7.500 hectáreas de Veta la Palma para destinarlas a reforzar la protección de la avifauna del espacio natural

Veta la Palma, el último refugio para las aves acuáticas

Doñana: imágenes de un mosaico de ecosistemas único

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Doñana, imágenes de un mosaico de ecosistemas único / Antonio Pizarro
P. Jiménez

16 de septiembre 2023 - 17:22

Las buenas noticias relacionadas con Doñana escasean. Y aún más que sean reconocidas como positivas por todos los actores implicados en su conservación, técnicos, científicos, responsables políticos y ecologistas. Es lo que ha ocurrido esta semana con el anuncio del Gobierno andaluz de un principio de acuerdo para adquirir 7.500 hectáreas de la finca Veta la Palma a la arrocera Hisparroz, propiedad del grupo Ebro Foods, en La Puebla del Río (Sevilla) por 70 millones de euros con el objetivo de inscribirlas como suelo público y reforzar con su inclusión en el Parque Nacional la conservación de la avifauna del entorno natural, que ha encontrado en las 3.5000 hectáreas de balsas artificiales dedicadas a la acuicultura de esta finca el último refugio ante la falta de agua en el parque nacional.

En convulso escenario político en torno a Doñana, el Gobierno andaluz ha logrado un frágil consenso al optar por esta operación ante el riesgo de que el cese de la actividad de la acuicultura que mantenía la empresa en la zona sur de la finca signifique el fin de las inundaciones de las más de 40 balsas de 70 hectáreas cada una y la pérdida de un espacio que llega a albergar en algunos momentos del año hasta 300.000 aves, un 61% del censo de aves del entorno natural.

Ante este escenario, la Administración comenzó en 2021 un periodo de conversaciones y negociaciones con la empresa, que ha hecho compatible todo este tiempo su actividad empresarial con un uso medioambiental de su finca -hasta el punto de que ofreció su compromiso de mantener inundados los terrenos mientras se encontraba una alternativa-, y ha optado por adquisición como el mejor modo para desarrollar las potencialidades de conservación que tienen estos terrenos para las aves del parque nacional.

Doñana, imágenes de un mosaico de ecosistemas único / Antonio Pizarro

La Administración confía en tener completada el proceso de adquisición de los terrenos a finales de año y estima que a partir de febrero o marzo pueda haber disponibilidad para comenzar los primeros trabajos técnicos.

El director del Parque Nacional de Doñana, Juan Pedro Castellano, reconoce que “la pregunta que hay que hacerse no es ya qué se gana, que es mucho, sino qué se perdería” si no se acometiese este proceso. Y tiene claro que el acuerdo sobre Veta la Palma es beneficioso “desde ya, porque se garantiza la disponibilidad de agua”, pero lo será más en el futuro por las “enormes potencialidades” de los terrenos ahora que se dedicará en exclusividad a la conservación. “Desde el primer minuto pusimos en la mesa a las autoridades el interés para la avifauna, para la capacidad de adaptación del cambio climático”.

Es en este escenario en el que hace más hincapié Castellano. “Si Veta ya es importante ahora, lo es aún más de cara el escenario que tenemos por delante, con la evidencia del cambio climático, que nos muestra que la tendencia a 50 años es que tendremos menos agua, los otoños más secos, las lluvias serán más tardías. Cobra más relevancia cuanto más problemas tenemos de inundación dentro del parque nacional. A la avifauna de Doñana el mantenimiento de una zona con agua garantizada le supone un plus en su capacidad de futuro ante el cambio climático”, considera Castellano.

En este sentido, el director del Parque Nacional destaca el valor medioambiental que aporta la adquisición de estos terrenos. “En las 7.500 hectáreas que se ha optado por adquirir hay dos zonas bien diferenciadas. Una al sur, que es la más llamativa porque la presencia de aves es mayor y que es la que se tiene unas 3.200 hectáreas de balsas que se han dedicado hasta hace poco a la acuicultura. Pero tenemos otra zona, al norte, de unas 2.600 a 3.000 hectáreas que son de un gran valor ecológico porque se trata de las marismas no transformadas más importantes que hay fuera del Parque Nacional y que creemos que una potencialidad medioambiental muy grande”.

Doñana, imágenes de un mosaico de ecosistemas único / Antonio Pizarro

La primera intención de la Administración es garantizar la funcionalidad que mantienen las balsas en la actualidad. Para esto, habrá un periodo de transición en el que los técnicos de la empresa que manejan esta gran infraestructura, con una red de más de 300 kilómetros de canales y compuertas y un sistema de sensores de control de la calidad del agua, acompañarán y trabajarán junto a los profesionales de la Consejería de Medio Ambiente y del Parque Nacional.

Con posterioridad, los técnicos ya tienen previstas una serie de actuaciones a corto plazo para mejorar puntos concretos de la finca, que faciliten la inundabilidad de la zona más naturalizada, al norte de los terrenos que se adquieren. De todas estas actuaciones y de los objetivos que se plantean para Veta la Palma a medio y largo plazo está previsto informar y someter a consultas en el primer pleno del Consejo de Participación que se produzca, aún sin fecha.

La operación ha generado consenso en el convulso escenario político sobre el parque

En cualquier caso, Castellano asegura que el planteamiento en estos momentos es abordar esta intervención “con cautela, sin entrar como un elefante en una cacharrería”. “Tenemos planteadas acciones de renaturalización y revegetación de algunos taludes, de reconexión de balsas y para favorecer isletas, que es algo que la empresa ya ha ido haciendo con nuestro asesoramiento todo este tiempo para potenciar el uso medioambiental de la finca. Pero no podemos perder funcionalidad. Hay que actuar con cautela, sin dejar de ser ambiciosos, porque la Veta da juego para el manejo hidráulico y para muchas otras cosas. Queremos hacer un seguimiento de las zonas de mayor naturalización y ver cómo responden los hábitats”.

Los terrenos que ha adquirido la Junta ya tienen un nivel de protección ambiental porque forman parte de preparque desde el año 1978, pero la intención de la Junta es que en un futuro formen parte del Parque Nacional. Al respecto, Castellano reconoce que ahora todo el interés está centrado en “definir este periodo transitorio y desarrollar las primeras actuaciones. En paralelo, realizaremos un informe técnico de las necesidades de Veta y comenzaremos a hablar con los responsables de Parques Nacionales antes de ver si se incluye todo el terreno adquirido o sólo una parte”.

Doñana, imágenes de un mosaico de ecosistemas único / Antonio Pizarro

Veta la Palma es una finca de más de 11.000 hectáreas de las que más de 10.000 estaban en parque natural “y, de éstas, 7.500 ya eran desde 78 preparque natural, que es la que se apuesta por comprar”.

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