La anguila europea sigue en serio peligro y está casi extinta en el Guadalquivir
Un estudio alerta del estado de una especie que es víctima de la pesca furtiva
Alertan de la proliferación de petaqueros en los ríos andaluces
Un equipo científico de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) y el Parc Natural del Delta de l'Ebre ha analizado en un nuevo estudio la evolución a largo plazo de la abundancia en el Delta del Ebro de la anguila europea (Anguilla anguilla). Los resultados revelan una situación “muy preocupante” y demuestran que, desde 2008, año en el que la especie se clasificó “en peligro crítico de extinción” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, su estado de conservación “está empeorando gravemente de forma muy rápida”. El artículo acaba de ser publicado en la revista científica Aquatic Conservation: Marine and Freshwater Ecosystems.
La anguila europea realiza una de las migraciones más asombrosas de la naturaleza. Este animal llega en forma de angula a las costas europeas y norteafricanas unos dos años después de haber nacido a miles de kilómetros de distancia, en el Mar de los Sargazos, en el norte del océano Atlántico. Antaño lo hacía en tanta abundancia que las anguilas que se desarrollaban a partir de esas angulas eran consumidas por todas las comunidades humanas, costeras e interiores, y sustentaban pesquerías que devinieron industriales durante el siglo XX. Pero en torno a 1980 la especie no dio más de sí y colapsó. El derrumbe fue brusco e implicó una reducción en la llegada de angulas de en torno al 95%. Es decir, por cada cien angulas que culminaban en viaje desde los Sargazos antes de 1980, en el siglo XXI lo hacen unas cinco. Tras ese colapso, la población no se ha recuperado.
Un declive más rápido y agudo que en los 80
Los datos que maneja el equipo científico mostraron un pronunciado declive histórico en la abundancia de la anguila, iniciado en torno a 1980, que coincide con las tendencias generales observadas en el área de distribución de la especie. En el Delta del Ebro, informa una nota remitida por el equipo de comunicación del CSIC Andalucía, las capturas de anguila se redujeron un 77% entre la década de 1970 y la de 1990. “La información generada en las lagunas del Delta es muy valiosa, porque el uso de una estructura de pesca fija, la pantena, hace que el esfuerzo de pesca sea relativamente constante a lo largo del tiempo”, apunta Nati Franch, técnica del Parc Natural del Delta de l'Ebre y autora principal del estudio.
“Pero el resultado más preocupante de nuestro trabajo es el espectacular declive que está experimentando la especie en los últimos años, de una magnitud similar al de la década de 1980 y aún más rápido”, señala Miguel Clavero. Entre 2015 y 2017 la abundancia de anguila comenzó a reducirse en todos los ambientes estudiados en el Delta del Ebro, y de igual forma para las pesquerías tradicionales y el seguimiento científico. La pérdida de abundancia en los últimos años ha sido superior al 80%, pero, apunta Clavero, “en esta ocasión la drástica reducción no afecta a una población abundante, como ocurrió a finales del siglo XX, sino a una especie que ya está en riesgo extremo de desaparecer”.
La drástica reducción en el Guadalquivir
La población de anguila europea en la cuenca del Guadalquivir ha descendido un 98% en las tres últimas décadas y un 88% su hábitat, según la información disponible de la organización ecologista WWF. Las anguilas europeas, que entran en el estuario como angulas, alevines del adulto, procedentes del mar de los Sargazos, están en una "situación extrema" en el Guadalquivir. WWF ha asociado este declive a las presas de los municipios sevillanos de Alcalá del Río y Cantillana, que hacen de doble tapón, impidiendo que remonten el río.
La especie, sostiene WWF, ha sido además "esquilmada" debido a las capturas de angulas en el Guadalquivir de los furtivos durante décadas ante la pasividad de las administraciones.
La Junta de Andalucía dio a conocer en 2010 un plan de gestión que establecía una serie de medidas que, según WWF y de acuerdo con los datos existentes, "son insuficientes para salvar a la especie". WWF ha considerado imprescindible "permeabilizar" las dos presas del Bajo Guadalquivir, que permitiría también recuperar especies extintas como el sábalo y el esturión.
WWF también reclama un aumento del control y la vigilancia de la pesca furtiva de la angula, la restauración de los antiguos hábitats de la anguila como los arroyos o los entornos marismeños de Doñana y medidas en toda la cuenca del Guadalquivir que permitan aumentar los aportes de agua dulce al estuario y reducir la llegada de sedimentos y pesticidas.
Los furtivos cazan angulas porque hay salida en el mercado, es decir, porque hay aficionados a la gastronomía alrededor del alevín del pez. La asociación Ecologistas en Acción ha llamado la atención sobre este consumo con una pregunta: "¿Te comerías un lince ibérico o un oso pardo en una cena de Navidad?" Una bandeja de angulas de aproximadamente 100 gramos puede alcanzar los 80 euros.
La anguila europea era una especie muy abundante en Europa y el Norte de África y se consumía en casi toda España. La reducción de su área de distribución a causa del efecto barrera de los embalses, ha mermado considerablemente su población en un 95%. Ecologistas en Acción apunta también a la pesca que se destina al tráfico ilegal internacional.
El control de la Guardia Civil en la desembocadura del Guadalquivir
La pesca de la angula está prohibida en los ríos y las aguas costeras de Andalucía, como medida excepcional para la recuperación de esta especie en peligro de extinción. No son pocas las acciones que han de acometer las autoridades para hacer cumplir la normativa. En 2020, la Guardia Civil efectuó dieciocho denuncias e inutilizó dieciséis artes de pesca de las denominadas brazos de hierro en la segunda fase de la operación Ave Fénix para evitar la reactivación de las capturas ilegales en la desembocadura del río Guadalquivir.
La Guardia Civil ha informado en repetidas ocasiones de que esta actividad ilegal representa una seria amenaza para la vida, la biodiversidad, la pesca lícita y regulada, el tráfico y la seguridad de la navegación y en ocasiones fomenta el tráfico de drogas.
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