Andalucía es la región más empobrecida de toda la Unión Europea, según un estudio

La brecha económica entre el norte y el sur de España es una realidad palpable en las condiciones de vida de sus ciudadanos. En concreto, Andalucía tiene la mayor tasa de pobreza del país (30,5%), tres veces mayor que la del País Vasco (10,2%) y mayor que la de cualquier país de la Unión Europea. La desigualdad entre ricos y pobres es un factor que, más allá de la clase social, el nivel de renta o la educación, está determinada por la región en la que vivimos, según un informe de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN-ES).

El XIV informe del Estado de la Pobreza. Pobreza y territorio. Comunidades Autónomas y Unión Europea analiza y compara los principales indicadores de pobreza y exclusión social entre regiones de España y Europa. El documento esclarece que la cohesión territorial continúa siendo una de las cuentas pendientes del Estado, la cual tiene además un "carácter estructural", sin que las sucesivas crisis hayan sido un factor decisivo.

En este sentido y, según datos de 2023, la tasa de pobreza en Andalucía (30,5%) se sitúa más de diez puntos por encima de la media estatal (20,2%) y casi dobla la europea (16,5%). De hecho, Andalucía es la región más empobrecida de España, con unos niveles de pobreza que duplican a los de las comunidades del norte (15,4%) y, además, superan a los de cualquier país europeo (Estonia es el más pobre, 22,5%).

Uno de cada diez andaluces sufre carencias materiales severas

La dinámica no varía con respecto al indicador de riesgo de pobreza y/o riesgo de exclusión social (AROPE). Esta tasa alcanza el 37,5% en Andalucía, siendo nuevamente el territorio peor parado, no obstante, el número de personas en riesgo de inclusión social en Andalucía se ha reducido en un 6,1% desde 2015. Las regiones del sur (27,4%) vuelven a doblar los datos de las del norte (14,6%). Este indicador mide, además de la pobreza, la privación material y social severa (PMSS) y la baja intensidad en el empleo (BITH), sobre los que Andalucía arroja tasas del 12,6% y 12,1% respectivamente.

La privación material y social severa se mide en base a una lista con 13 ítems, entre los que se encuentra, el poder permitirse comer carne o pescado cada dos días (el 10% no puede), mantener la vivienda a una temperatura adecuada en invierno (24,2%) o verano (38,2%) o practicar regularmente actividades de ocio (18,8%), entre otros aspectos determinanes para la calidad de vida. La media española es del 9%.

Además, el 15,6% de los andaluces reconoce retrasos en el pago de los gastos relacionados con la vivienda principal, el 14% se ha retrasado en el abono de la hipoteca o el alquiler en el último año y el 44% reconoce no poder permitirse irse más de una semana de vacaciones.

En lo que respecta a la pobreza severa, Andalucía es de nuevo la comunidad autónoma con el indicador más alto (12,9%), con cuatro puntos más que la media española. Este indicador determina el porcentaje de hogares cuyos ingresos son inferiores a los dos tercios del umbral de pobreza (10.989€), es decir, 7.326 euros anuales.