El acoso escolar se enquista en las aulas andaluzas
Informe sobre convivencia escolar
Tres de cada diez alumnos sufren acoso escolar en el colegio.
Los agresores aumentan en los institutos.
Los centros carecen de medidas suficientes para controlar el 'ciberbullying'.
Sevilla/El acoso escolar se enquista en las aulas andaluzas. Este problema que sufren los alumnos no parece menguar, a tenor del informe realizado por la profesora de Psicología de la Universidad de Córdoba (UCO), Eva Romera, para el Centro de Estudios Andaluces, ente perteneciente a la Consejería de la Presidencia y Administración Local de la Junta. Dicha encuesta desvela que tres de cada diez alumnos de Primaria sufren bullying en los colegios de la comunidad autónoma. Esta situación disminuye en el instituto, aunque el paso a Secundaria entraña otro problema: se incrementa el número de agresores.
El uso de internet y las redes sociales provoca que el acoso se extienda fuera del aula. El informe también presta atención a los adolescentes que confiesan haber sufrido algún tipo de violencia física durante sus primeras relaciones sentimentales. La autora del estudio propone para atajar este fenómeno una formación específica del profesorado para actuar en dichos casos y el desarrollo de planes de trabajo en el aula para concienciar al alumnado de la importancia del respeto y la tolerancia.
El referido estudio ha consistido en una encuesta realizada durante el pasado curso en 35 centros educativos de Andalucía. De ellos, 20 son colegios y 15 institutos, según mencionó ayer su autora en la presentación del informe que se llevó a cabo en el Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla (Cicus). En los cuestionarios han participado 3.000 alumnos del último ciclo de Primaria y de los cuatro cursos de la ESO. La muestra se realizó en dos ocasiones, una en octubre y otra en mayo, con el fin de comprobar la evolución del acoso durante el curso.
La muestra concluye que tres de cada diez alumnos andaluces de Primaria son víctimas del bullying, una cifra que permanece casi inalterable desde que comienza el curso hasta que finaliza. En esta etapa el papel de agresor lo desempeña un 2,6% de los escolares, mientras que el de agresor victimizado supone el 15,7% del alumnado. Este rol lo desarrollan aquellos menores que son víctimas de acoso y a la vez también acosan, por lo que asumen esta situación como un fenómeno "normal" en el colegio. Por su parte, la mitad de los estudiantes encuestados reconocen ser espectadores de casos de bullying.
En Secundaria (a partir de los 12 años) el acoso escolar disminuye. Romera incide en que hay una edad (los 15 años) que supone un punto de inflexión en el comportamiento de los adolescentes. En esta etapa obligatoria el número de los alumnos que son víctimas de acoso en el instituto suponían el 17,6% cuando fueron encuestados en octubre, porcentaje que creció hasta el 23,3% en mayo, cifras, en todo caso, menores que las registradas en Primaria. Se mantienen, en cifras similares a la del colegio, los agresores victimizados (un 17,6%). Por contra, aumentan los agresores, hasta suponer el 6,7% de los estudiantes encuestados. Este incremento, según la profesora de Psicología de la UCO, es una "mala señal", pues "teóricamente" los alumnos, a medida que crecen, tienen "un mejor criterio moral", principio que no se evidencia con dichos datos.
Por sexos, las alumnas presentan porcentajes más altos en los roles de víctima y espectador en Primaria y ESO, aunque en los dos últimos cursos del instituto las chicas aumentan su implicación como agresoras.
En cuanto a las formas de acoso, la más utilizada es la verbal, aunque en los colegios también está muy presente la violencia física. En el instituto se repite dicho patrón, aunque destacan las agresiones "relacionales", basadas en la difusión de rumores falsos y en los insultos a terceras personas que no están presentes. En este punto, el informe destaca que las alumnas muestran "mayor habilidad en el uso de formas sutiles para hacer daño".
Otro fenómeno analizado en el estudio es el ciberbullying, esto es, el acoso mediante el uso de dispositivos digitales con acceso a internet. El porcentaje de víctímas en este caso -tanto en los colegios como en los institutos- alcanza el 9% del alumnado encuestado, mientras que el de los agresores victimizados llega al 7%. En el caso del agresor, resulta destacable su presencia en los últimos cursos de la ESO, etapa en la que el alumno ya dispone de dispositivos digitales propios y de un mayor manejo de herramientas tecnológicas. Estos roles se mantienen a lo largo del curso, lo que -según el informe- lleva a pensar que los centros no cuentan con medidas suficientes para prevenir estos casos. En el ciberacoso destacan los perfiles falsos en las redes y las fotos comprometidas que en ellas se cuelgan.
Por último, se analiza el dating violence, los comportamientos violentos en las parejas adolescentes. Entre los encuestados, un 3% afirma haber sufrido alguna agresión física leve de forma ocasional y un 1%, de manera frecuente. Un 5% confiesa haber recibido una agresión grave en alguna ocasión y un 1,5%, de forma reiterada.
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