La conquista almeriense del mercado de las renovables en el Cono Sur de América
Presidente de la empresa TCI Gecomp
El ingeniero Mario Gómez es un referente internacional de parques solares y proyectos de hidrógeno verde. Se fue a Perú con 2.000 euros en 2012 y hoy tiene 1.500 trabajadores y oficinas en cuatro países
Cuando el ingeniero Mario Gómez completaba a finales de 2008 una planta solar en el paraje de La Partala en su localidad natal de Benahadux, la primera del país en conectar en alta tensión, no podía imaginar ni por asomo que quince años después se habría convertido en un referente internacional de las renovables al frente del Grupo TCI Gecomp. Aquellos primeros 11,6 megavatios (MW) en la instalación promovida por la murciana Gestamp Solar, que después pasaría a denominarse X-Elio, dieron paso a un legado energético que ha superado los 1,2 gigavatios (GW) con 117 proyectos fotovoltaicos y otros 50 MW más en infraestructuras eólicas que se concentran principalmente en España y el Cono Sur de Latinoamérica. En la última década su empresa ha participado activamente en la construcción y operación de las centrales solares más importantes de Chile, Perú, Uruguay y Argentina gracias a una visión de negocio y capacidad de emprendimiento sólo al alcance de unos pocos empresarios andaluces. Y la clave de su éxito, según reconoce, consiste en ser pertinaz. Un adjetivo que define lo terco y obstinado, pero también lo que es duradero y persistente como su cruzada en defensa de las energías limpias para descarbonizar, reducir las emisiones y buscar soluciones a un calentamiento global que es peor y más rápido de lo que esperábamos.
Cuando el reto de la transición energética andaba algo más avanzado en España que al otro lado del Atlántico, este benaducense decidió exportar su conocimiento al extremo meridional de América del Sur evangelizando entonces sobre la importancia de las fotovoltaicas frente al cambio climático y desde hace algunos años sobre el crecimiento exponencial y necesario que tendrán las tecnologías del hidrógeno verde en el corto y medio plazo. Una trayectoria jalonada de sacrificios en tierra ignota que comenzó cuando hizo las maletas para trabajar en su primer proyecto lejos de casa. "Nos fuimos para dirigir una planta fotovoltaica y cuando vimos que nadie sabía hacerlas nos pusimos nosotros a construir". Fue en 2012 cuando se marchó a Perú para poner en funcionamiento Tacna Solar de 20 MW para la misma empresa que le había encargado la de su pueblo en Almería. "Me fui con 2.000 euros en el bolsillo, no me daba ni para el billete de vuelta. Ahora tengo a 1.500 trabajadores que pueden sostener a sus familias gracias a nuestra empresa", argumenta Mario Gómez. Al año siguiente ya estaba edificando su primera instalación en Chile, que ha sido su principal mercado, y en 2014 desembarcó en Uruguay para poner en marcha la planta fotovoltaica La Jacinta de 60 MW para OHL-FRW. Allí también levantaría después el parque eólico Kiyú promovido por el Grupo Cobra.
En 2016 emprendió uno de sus principales retos con la construcción de la instalación Cauchari y su subestación eléctrica para Power China a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar en 600 hectáreas de la provincia de Jujuy en Argentina. En ese momento era uno de los mayores parques solares de Latinoamérica con 1,2 millones de paneles fotovoltaicos que generan 315 MW, capacidad suficiente para abastecer a más de 100.000 familias. Por su orografía y porque estaba en medio de la nada, a cuatro horas de la ciudad más cercana, fue todo un desafío al que no pudo negarse. Tuvieron que improvisar un poblado para el personal desplazado. "Lo importante para emprender es no tener miedo a equivocarte", reconoce este empresario con una colosal capacidad para autoprogramarse ante necesidades que se iban recalibrando de manera frenética en un terreno de juego desconocido y largas jornadas de trabajo hasta la extenuación a más de 10.000 kilómetros de su hogar. "Los primeros años fueron muy complicados, de aprendizaje y sufrimiento, tuvimos que crear la empresa desde cero en lugares con una legislación y cultura distinta a la nuestra".
Los parques Rubí (180 MW) para Prodiel-Enel GP en Perú y Bolero (160 MW) para Biosar-EDF en Chile fueron incrementando la potencia instalada hasta lo más alto del ranking de esos países en su momento siendo el principal hito el que asumió durante la pandemia en la región de Atacama, 62 kilómetros al noroeste de Copiapó, con el proyecto fotovoltaico Campos de Sol para Enel Green Power de 375 MW que permite reducir la emisión anual de 900.000 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera. Después han empezado a trabajar en la segunda fase de 397 MW en Guanchoi, también en Atacama, que supera a todas las anteriores en una extensión de casi mil hectáreas. "Cuando llegamos quisimos hacer un recorrido para comprobar el terreno y nos llevó casi cinco horas en coche. No podía dejar de pensar que por cada metro tienen que pasar los técnicos", añade. El desierto chileno le recuerda al de Tabernas y también ha encontrado chiringuitos en la playa, pero sin gamba roja de Garrucha, ni espetos de sardinas ni puntillitas de Huelva.
Son ya más de once años en Chile, que se ha posicionado como uno de los países con mayor potencial renovable del mundo, y en el que tiene previsto lanzar HOASIS para generar hidrógeno verde en un ecosistema de economía circular. Es su segunda casa, su centro principal de operaciones en el que ha llegado a movilizar a una plantilla con picos de hasta 1.300 trabajadores, pero nunca se planteó instalarse con su familia. Mario Gómez suele volver a su pueblo, de alrededor de 4.500 habitantes en el Bajo Andarax, cada mes y medio para estar con sus dos hijos, Ana y Mario. "Mi familia son los artífices, los que han hecho posible todo esto, sin su apoyo no lo habría conseguido porque yo era el que se marchaba fuera, pero estaba haciendo lo que me gusta. Es duro porque como padre me he perdido momentos y etapas importantes para poder alcanzar una meta", asegura. Hijo de una familia humilde aprendió, al igual que su hermana, valores y principios que le han acompañado siempre como el afán de superación, el esfuerzo y a no rendirse nunca ni cuando vienen mal dadas. Su padre tenía una pequeña empresa de construcción y su madre un bar de barrio, al igual que su abuela. Siendo adolescente, confiesa, prefería poner ladrillos que cervezas.
TCI Gecomp tiene hoy cuatro oficinas en Almería, Chile, Perú y Argentina y se ha convertido en socio promotor de la Asociación Chilena del Hidrógeno (H2 Chile) en 2018 y también de la Asociación Española (AeH2) en 2020, además de integrarse en el Clúster Andaluz del Hidrógeno e Hydrogen Europe. La empresa almeriense fue pionera en ingeniería, construcción y operación de parques solares en Latinoamérica y ahora vuelve a serlo con el desarrollo de proyectos propios y de terceros de generación de hidrógeno verde por una potencia eléctrica superior a los 4 GW. Uno de ellos en la República Democrática del Congo. Pero entre todos destaca HOASIS que empleará el hidrógeno como elemento vertebrador de un sistema de economía circular en el que no faltarán los invernaderos tan característicos de Almería que Mario Gómez quiere exportar a otras zonas del mundo. Porque siempre ha sido embajador de su tierra y en los últimos años también ha querido colaborar activamente con la UD Almería y luce en la equipación del equipo y en los soportes del Estadio Power Horse.
Patrocina a la UD Almería e instalará placas solares en la cubierta del Power Horse
El grupo TCI Gecomp colabora desde hace ya tres años con el club de su tierra, la Unión Deportiva Almería, a través del patrocinio principal del conjunto femenino y desde esta temporada también en la equipación del primer equipo, además de tener presencia en los soportes publicitarios del interior del Power Horse Stadium y otros activos y publicaciones digitales. La empresa almeriense lideró una de las principales iniciativas de responsabilidad medioambiental y social del club este verano con la plantación de un árbol por cada abonado, dentro de la estrategia de asesoramiento de la UDA para impulsar uno de los estadios más verdes del mundo y desde hace ya algunos meses viene trabajando en un proyecto para la instalación de placas solares fotovoltaicas en la cubierta del Power Horse con las que pretende conseguir hasta 1,6 MW para autoconsumo en las propias instalaciones. Sólo faltan los últimos trámites municipales para que se pueda llevar a cabo la actuación con la que contribuir al reto de la transición energética.
Desde el primer año de pandemia han intensificado actividad en España con la construcción de seis plantas en Tabernas (300 MW), dos en Ciudad Real (90 MW) y ahora en Cádiz otra instalación de 50 MW. En proyecto tienen varias más en la comarca almeriense de Los Filabres que incrementará su cartera energética en otros 330 MW. El ingeniero explica que en nuestro país hay más restricciones normativas en torno a la protección del territorio que en Latinoamérica y también constata una mayor dificultad en España a la hora de encontrar mano de obra cualificada y sin cualificar. "Aquí es impensable dedicar mil hectáreas a un parque solar y allí que empezaron más tarde el reto pasaba en solventarlos problemas de evacuación". En este sentido, Mario Gómez reflexiona sobre los beneficios de las renovables ahora que se están generando ciertos recelos entre los ecologistas ante la proliferación de instalaciones fotovoltaicas. "Las renovables tienen una mínima incidencia sobre el terreno porque en 40 años se desmonta la planta y no hay contaminación ni degradación del suelo. Su contribución a la descarbonización del planeta y a aliviar la dependencia energética es mucho mayor que su impacto ambiental", argumenta este experto que pone el foco en las grandes perspectivas que ofrecerá el hidrógeno verde.
HOASIS, hidrógeno verde y economía circular
El almeriense Mario Gómez lleva años trabajando en la puesta en marcha del mayor proyecto de hidrógeno verde como elemento vertebrador de la economía circular del mundo en la región de Antofagasta en Chile. La ambiciosa iniciativa HOASIS ha suscitado el interés de las grandes multinacionales del sector energético porque no existe nada parecido ni de lejos. Sobre una extensión de 12.000 hectáreas creará un complejo ecosistema (agua, hidrógeno, energía y alimentos) con el que se potenciarán los recursos y la economía local a través de una producción sostenible a gran escala del hidrógeno verde y oxígeno, fertilizantes, reforestación, agricultura de precisión y valorización de residuos de las industrias de la zona. Son más de 80.000 puestos de trabajo los que conllevará su puesta en funcionamiento en un plazo de entre 3 y 4 años. HOASIS consta de una planta fotovoltaica de 4 GW y electrolizadores para la producción de hidrógeno (133.000 toneladas año) con las que contribuir a la autosuficiencia energética y desarrollo económico local.
Emplear el hidrógeno para la descarbonización de las industrias próximas, principalmente minería, además de generar amoníaco para potenciar otros mercados como el de los fertilizantes. El resto de los subproductos que se generan serán oxígeno, calor y excedentes energéticos que serán derivados al sector agropecuario porque está prevista la construcción de 2.000 hectáreas de invernaderos ‘made in Almería’ y piscifactorías, además de la reforestación del área perimetral con 100 hectáreas de cultivos arbóreos. Una auténtica revolución que va a posicionar inicialmente a Chile como líder de las tecnologías del hidrógeno verde, pero que su precursor Mario Gómez pretende replicar en otras zonas del mundo, incluida la provincia de Almería. De hecho, el CEO de TCI Gecomp, que ya ha desarrollado cuatro proyectos de hidrógeno verde, cuenta con la colaboración de la Universidad de Almería, Cajamar y algunas de las principales empresas del campo en su intento de exportar el modelo de la agricultura intensiva dentro del ecosistema de economía circular con el que fue concebido HOASIS.
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