Y ahora nos acordamos incluso de 'Arrayán'

Moreno Bonilla llegaba al plató de Canal Sur con los oropeles demoscópicos, con la púrpura imperial por adelantado, pero al comparecer en la cadena autonómica de su responsabilidad, con protestas, pudo darse cuenta de la inacción y mala gestión que ha sufrido una corporación que es necesaria para los andaluces.

¿Qué otro programa de actualidad, de real interés informativo para los andaluces, recuerda usted en el prime time a lo largo de este complicado año? El debate de este lunes ha sido un verso suelto (incluso el de TVE fue emitido por el escondido Andalucía TV) pero ha revelado el talento y experiencia con que cuenta la maltratada plantilla de la RTVA por una dirección tan autoritaria como desorientada.

Macarena Olona, la despistada y faltona candidata de Vox, otro verso suelto, llegó a rectificarse sobre su prometido cierre de Canal Sur: Canal Sur no se cierra, sólo va a despedir a "los enchufados, los activistas" ¿Pasamos del cierre a un ERE de represalias como en Telemadrid?

Teresa Rodríguez aludió en ese aspecto de una cadena sojuzgada refrescando la memoria con las señas de identidad de La Banda, Arrayán... una RTVA que entonces el PP, partido que sabe bien poco de televisión de calidad, menospreciaba. Ahora, que apenas la ven un 8% de los andaluces es cuando Canal Sur mola. En general, mola. El Canal Sur de las películas franquistas.

Moreno Bonilla inició su discurso felicitando a unos trabajadores cuyos sindicatos le han montado una huelga y a continuación Juan Espadas le puso en su sitio. Si el gobierno bipartito quiere presumir de gestión lo tiene que hacer de otra cosa porque lo que es con Canal Sur se han lucido. Le han dado el negocio a las productoras de fuera de Andalucía con tal de dañar al tejido andaluz y han entregado los contenidos a la visión más casposa de nosotros mientras los informativos se han centrado más que nunca en el oficialismo. Lo dicen los colectivos de profesionales de la casa.

Los trabajadores de Canal Sur se han autoafirmado con la emisión electoral de este lunes, un plató bien planteado e iluminado, un decorado con pantallas LED que representaban un tablado, con franjas del logo, y un luminoso temático creado mediante realidad aumentada. Pantallas partidas con recuadro en color según el candidato y dos moderadores bien ajustados a su papel. Un acierto contar Blanca Rodríguez y Fernando García. Resultado: un necesario programa de una cadena pública en su sitio.

Pero no, Juan Marín habla de la necesidad de Canal Sur por los "toros, los caballos, Lances, las fiestas populares", la Andalucía de postal viejuna que se ha afanado en retratar el actual gobierno. La Andalucía cortijera concebida por los sonrientes. Un Canal Sur más anticuado y de posguerra que el que heredaron del desastre de Susana Díaz. La plantilla de la RTVA da para mucho más y es injusto dejar la sospecha de un cierre prometido y un ajuste de cuentas con "los enchufados".

El debate de este lunes mejoró al de RTVE, con unas instalaciones más trabajadas y unos candidatos que en este segundo episodio tenían más claro cómo jugar. La izquierda con intervenciones más incisivas (insistiendo en la mala gestión de los servicios públicos, como hizo Inmaculada Nieto, la mejor ponente de anoche, tan Yolanda Díaz); los toreros al alimón del gobierno, Marín y Moreno Bonilla, de tancredismo; y Macarena "Iberdrolona" (Teresa Rodríguez, también faltona, e indignada cuando le mencionaron a su marido Kichi) hojeando libros, soltándose el pelo, tan dicharachera, pidiendo a gritos un prime time en Canal Sur. Van a tener que darle algún show, porque lo que es un programa de actualidad política y de interés social para los andaluces habrá que aguardar, quizá, a otra década.