Las adopciones internacionales caen a registros de finales de los años 90

Tras más de una década en la que las familias andaluzas vieron en la adopción internacional la alternativa para tener hijos, los últimos años constatan el fin del auge de este fenómeno. Las primeras adopciones procedentes de otros países comenzaron en la comunidad autónoma en 1993 y la tendencia fue en aumento hasta que en 2004 se llegó a la cifra récord de 811 menores extranjeros acogidos por familias andaluzas.

Como consecuencia, las solicitudes para adoptar a un menor se dispararon hasta las 1.394 peticiones aprobadas por los servicios de la Junta de Andalucía en 2006, aunque justo en ese momento el boom comenzaba a remitir. Porque desde entonces las expectativas de las familias no han hecho más que descender, en un retroceso continuado, hasta el punto de que el pasado año, según los datos aportados a esta redacción por la Consejería andaluza de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, sólo se culminaron con éxito 130 adopciones, el registro más bajo desde 1998. Y lo que es igual de significativo: la saturación de expedientes en lista de espera obligó a los servicios de la Junta a aceptar únicamente 77 solicitudes de nuevas familias, algo que se remonta al estreno de la historia autonómica en materia de adopción internacional.

Aunque la crisis haya provocado que muchas familias abandonen su proyecto de adopción, las causas principales del descenso para Isabel Machado, jefa del Servicio de Adopción Internacional de la Consejería, residen en los países de origen por una doble causa: han incrementado las medidas de protección de los menores dentro del país y, al mismo tiempo, han endurecido los criterios de admisión de solicitudes.

Un claro ejemplo es China, que a partir de 2006 estableció para las familias un determinado nivel de formación, de renta y patrimonio, que muchas familias no pueden alcanzar. "En los tiempos del boom una adopción en China de una niña pequeña tenía un tiempo estimado de seis meses. Ahora son unos ocho años de espera y ha cambiado el perfil", explica Machado.

El mayor número de adopciones en Andalucía sigue llegando del país asiático, 51 el pasado año, pero fueron 33 niños y 18 niñas.

Otro de los países prioritarios en los últimos cinco años fue Rusia, que también ha endurecido sus condiciones y con quien se mantiene suspendida la vía por libre. El año pasado se concretaron de este país 15 adopciones.

Le siguen Malí (12), Vietnam (11) o Etiopía (5). Los países de América Latina de los que se nutrió la adopción andaluza a principios de los 90 asignan ahora un número de menores prácticamente residual.

El número de expedientes en curso ha desincentivado a muchas familias. "Tenemos un número de expedientes elevados, muchos pendientes de resolver, y la situación no va a variar en un horizonte cercano. El tiempo de espera en países como Etiopía, por ejemplo, es de diez años. Y en otros países ni se sabe", describe la jefa del servicio de Adopción Internacional, que prevé que "las solicitudes todavía van a caer un poco más en los próximos años". Sí que está abierta la vía para adoptar a menores con necesidades especiales en países como China o Etiopía.

También desde 2011 y después de 12 años cerrada se abrió la bolsa para solicitar a menores nacionales que se hallan bajo la tutela de la Administración andaluza. En 2014 hubo 134 niños, 41 de ellos en Cádiz, que salieron en acogimiento preadoptivo para tramitar una adopción nacional posteriormente. Aproximadamente el 50% de estos menores presentan algún tipo de necesidad especial, donde la bolsa está abierta permanentemente.

Así las cosas, las familias con intención de adoptar han dirigido la mirada a Bulgaria, que ha reiniciado el procedimiento tras un tiempo ausente, y de la que están comenzando a tramitarse adopciones, aunque todavía a un ritmo lento. Este país recibió el 25% de las solicitudes el pasado año (19 de las 77), seguido de Filipinas (11), Rusia (8) Honduras o Polonia (7). Son las nuevas esperanzas que se abren a las familias que desean adoptar a un hijo.