Más del 80% de los adolescentes creen que deberían perder peso

La preocupación por perder peso se acentúa cuando llega el calor, ya sea porque las prendas de ropa con las que hay que vestirse en verano son mucho más pequeñas que las de invierno, o porque en la playa se va muy ligerito de ropa. El problema llega cuando esta inquietud se trasforma en obsesión o en ansiedad y se convierte en una enfermedad relacionada con los trastornos alimenticios. Los últimos datos aportados por el Consejo de la Juventud son tan llamativos como inquietantes.

Según el último estudio realizado por dicha institución, el 80% de los jóvenes tienen intención de querer adelgazar y un 50% se ve gordo. Ante estas cifras, la función que desde hace años desarrolla Adaner (Asociación en defensa de la atención a la anorexia nerviosa y bulimia de Granada) sigue siendo necesaria, y probablemente hoy día más que nunca. Los índices de edad de los problemas relacionados con la alimentación continúan descendiendo, y los pacientes masculinos siguen en aumento cuando en su origen estas enfermedades afectaban casi en exclusividad al sexo femenino. Sin ir más lejos, ayer se conoció el último caso en Granada.

María Luisa Cabrera se vio obligada a recurrir a los medios de comunicación para que la situación de su hijo, enfermo de anorexia, cambiara y pudiese ser ingresado (primero en urgencias y luego en psiquiatría) a pesar del cierre del ala de endocrinología del Hospital Clínico de Granada que mandó a casa al adolescente.

Por todo ello, Adaner se mantiene firme en su idea de ayudar y recuperar a todas las personas enfermas de anorexia, bulimia, vigorexia... De hecho, hoy comienza la undécima edición del campamento terapéutico de verano (que finaliza el 15 de agosto) y que tiene lugar en la granja escuela de la Sierra de Almijara.

El denominador común es la constancia para salir del túnel y superar su afección, las ganas de luchar. Esta asociación granadina es pionera en la realización de campamentos terapéuticos de verano e invierno, y es la única que la realiza en toda Andalucía.

Además, también son los primeros que han incluido a voluntarios como monitores en estas experiencias estivales, lo que sin duda ayuda a comprender y mejorar la situación emocional y psicológica de los participantes. "Es esperanzador ver como estos jóvenes se recuperan de sus enfermedades y después trabajan a nuestro lado", afirma Eduardo Oblaré, director de Adaner. Algunos de ellos están en una fase de recuperación más avanzada que otros, incluso varios llegan directamente del hospital por expresa recomendación médica.

Esta iniciativa se realiza desde el año 1999 y está financiada desde el primer momento por el Instituto Andaluz de la Juventud. Su coordinadora, Olga Manzano, comenta que trabajan sobre todo "desde el punto de vista de la prevención en materia de salud para evitar las enfermedades". Pero cuando la afección existe "se pasa a apoyar a las asociaciones que cuenta con los profesionales adecuados para solucionar los trastornos alimenticios, y Adaner es una estas instituciones".