El adelanto electoral de Sánchez desplaza la crisis en el PSOE al 23-J
Casi todos los consultados creen que el ciclo electoral del verano puede acabar en un congreso federal extraordinario
Varios dirigentes se muestran descontentos por que Noel López, investigado en el caso Maracena, sólo se haya apartado del puesto número tres del PSOE-A
La pérdida de la Diputación de Huelva abre la brecha entre María Eugenia Limón y quienes fueron apartados de la dirección provincial
La rebelión de Alfonso Guerra y los del Colectivo Fernando de los Ríos no prende en el partido
Pedro Sánchez zanjó la crisis interna que se iba a abrir en el PSOE este lunes con el único botón rojo que poseen los presidentes del Gobierno: la disolución de las Cortes y la convocatoria electoral para el 23 de julio. Aún no se habían entrecruzado las llamadas de los móviles tras la debacle de las municipales y autonómicas, aún no habían salido los dirigentes del bajón anímico que anticipa la reacción, cuando Pedro Sánchez comunicaba al Rey el final de la legislatura. Como si hubiesen sido reseteados, todos los dirigentes locales, autonómicos y federales se pusieron en modo elecciones, todo quedaba postergado, incluso el balance sosegado de lo ocurrido, lo urgente pasaba a ser la elaboración de las listas y la necesidad de quedar lo mejor posible en las generales de julio.
Celebradas éstas, se abrirá una crisis "imprevisible" que dependerá de cómo quede el PSOE en estos comicios de julio. Pero sean buenos, malos o regulares, casi todos los consultados creen que habrá un congreso federal extraordinario, bien para poner en marcha un relevo si Pedro Sánchez perdiese de modo estrepitoso, aunque no se debe descartar que el secretario general quisiese seguir, incluso, en la oposición. También en ese caso, apuntan varios socialistas consultados, habría congreso, porque es de suponer que Sánchez querría reorganizar la dirección socialista, tanto si se queda como si tiene opciones de ser presidente del Gobierno.
Hablamos, explica un ex dirigente socialista andaluz, de una persona de "carácter y personalidad compleja, todo es posible con él, quiso ser presidente con 90 escaños".
A los secretarios provinciales del PSOE andaluz le costó entender la decisión de Pedro Sánchez ese lunes, según han explicado algunos de ellos, pero estaban convencidos, al menos de modo aparente, a las pocas horas. Mantienen que se hubiese abierto una crisis durante los seis meses que restaban para diciembre y acusaban el cansancio de Pedro Sánchez con la oposición, un argumento un tanto débil si se considera que el presidente del Gobierno fue igual o más duro con Mariano Rajoy y que no es nuevo en política. En Andalucía, la crisis iba por provincias. En Huelva, hay un malestar grave con la secretaria provincial, María Luisa Limón, porque se ha perdido la diputación por primera vez en la historia y el ayuntamiento de la capital, pero sobre todo la corporación provincial, donde se cobijan cargos intermedios, ex dirigentes y militantes, un desastre en toda regla.
Los críticos con Limón le achacan que sólo ha contado con quienes fueron sus partidarios en el recambio de la Ejecutiva provincial, que no supo medir el impacto de la caída de votos en las partidos judiciales, que son los que deciden las diputaciones, y que dejó solo al alcalde de Huelva, Gabriel Cruz. Es la típica reacción que ocurre en un partido cuando pierde todo el poder y todas las instituciones que le sustentan. En Cádiz, donde aún se está pendiente de qué pasará en la diputación, si caerá de parte del PP o del PSOE, también hubo quien cuestionó al secretario provincial, Juan Carlos Ruiz Boix, por mostrar más interés en liderar la lista de las generales que por negociar el futuro de la institución provincial.
En este tipo de crisis, las razones de cada cual no son lo importante, sino cómo se aborda una situación de erial institucional. En Córdoba y Granada, donde no ha habido pronunciamientos, se han perdido los sustentos de las diputaciones.
Caso Maracena
Uno de los consultados, sin embargo, ha mostrado su extrañeza por la escasa repercusión que el caso de Maracena -el intento de secuestro de una concejal socialista por parte del ex novio de la alcaldesa- ha tenido en la dirección regional. Noel López, secretario de Organización y número tres del partido, se aparta de modo temporal, pero no dimite, dejará que pase la campaña electoral y esperará a la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA). Con ello, la dirección cree que la campaña de las generales estará a a salvo de la actuación de los jueces, pero el caso es muy goloso para que no vuelva a suceder algo parecido a lo de la semana pasada: todos los informativos nacionales rendidos a este vodevil con serias implicaciones políticas. "No se va de nada, no ha dimitido de nada", explica un socialista con escaño en Madrid.
En lo que sí coinciden los consultados es que la nacionalización de la campaña de las municipales perjudicó a todos, y eso fue una decisión que la factoría de Moncloa tomó a mitad de la carrera. Los candidatos habían solicitado que Pedro Sánchez, como Juan Espadas, líder del PSOE-A, participase en las ciudades donde las agrupaciones lo solicitasen, pero el presidente del Gobierno optó por convertirse en el referente. "La campaña debía haber sido más local, no menos PSOE, que es una estupidez lo de borrar al partido de los carteles, pero más local y menos nacional", apunta otro parlamentario autonómico. "Esto ha sido un desembarco de ministros sin sentido, porque más allá de María Jesús Montero o Calviño, que cae bien, a los otros ni se les conoce", indica otro dirigente.
El ruido que se temía antes de la campaña desembocó en estruendo por voluntad de Sánchez. Y de la oposición popular, que encontró en el filón de las listas de Bildu un modo de voltear los resultados.
Los ocho secretarios provinciales mostraron el martes su apoyo a la decisión de Sánchez en una reunión que mantuvieron con Juan Espadas, antes de que éste se viese con la Ejecutiva. A pesar de perder tres diputaciones provinciales y Sevilla, el PSOE andaluz aporta a las elecciones más votos que ninguna otra federación, con una población andaluza que no llega al 18% de la nacional, los socialistas del sur suman el 20% del global nacional. Eso encapsula cualquier crisis y cierra los cuestionamientos a Juan Espadas.
Guerra, Susana y los Fernando de los Ríos
Sin embargo, sí hay críticos en el PSOE que ya se mueven contra Pedro Sánchez. El ex vicepresidente Alfonso Guerra publicó el jueves un duro artículo contra el presidente del Gobierno en el diario digital The Objetive. Guerra se pregunta si el PSOE no debería cuestionarse si Sánchez es un buen candidato para las próximas elecciones, critica la radicalización del partido y aboga por romper las alianzas con independentistas y populistas. Casi a la vez que el sevillano publicaba esta tribuna, volvían a reunirse para cenar en Madrid los miembros del Colectivo Fernando de los Ríos, capitaneados por Nicolás Redondo Terreros. De éste forman parte guerristas históricos como Rafael Fali Delegado y Alfonso Garrido, pero muchos ministros que trabajaron en los gobiernos de Felipe González, también viejos barones como Juan Carlos Rodríguez Ibarra y José Rodríguez de la Borbolla.
Es la segunda vez que los de Fernando de los Ríos comen en Madrid, ya lo hicieron el 25 de marzo, y asistieron algo más de un centenar de notables del socialismo del Antiguo Testamento. Para algunos de los dirigentes actuales, estos no responden más que a la "melancolía", pero vienen de todas las comunidades y de distintas sensibilidades. Algunos de ellos, como el ex ministro José Luis Corcuera y Joaquín Leguina, enfrentados desde hace años con Sánchez y casi con un pie fuera de la organización.
La crítica general de estos ex dirigentes, sin embargo, conecta con una opinión que sí tienen muchos de los líderes actuales del PSOE en los niveles regionales y provinciales, y es que Pedro Sánchez y sus alianzas han terminado por radicalizar al partido, muy lejos de la centralidad de los tiempos de Felipe González. El Pedro Sánchez que intervino este miércoles en la reunión de los grupos socialistas del Congreso y del Senado era el mismo personaje herido y furioso que fue desalojado de la secretaría general en 2016, cuando culpó de ello a los grandes medios de comunicación y al Ibex.
Sin participar en este grupo, los movimientos de Susana Díaz son cada vez más notable. Ha hecho campaña de las municipales allí donde había candidatos que le apoyaron en su día, sin demasiada trascendencia, pero la ex presidenta está construyendo un personaje mediático, gracias a la plataforma que ha encontrado en el grupo Atresmedia. Nunca ha dejado de ser una eterna contrincante de Pedro Sánchez y se está colocando en situación por si el presidente del Gobierno cayese después de las elecciones de julio. No optará a las sucesiones, pero sí quiere estar en el magma que impulse el cambio.
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