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El PP utiliza la falsa contratación del hijo de Pizarro por el arquitecto que ha diseñado el PGOU de Marbella en una estrategia de erosión personal contra el 'segundo' del PSOE

Luis Pizarro, en una rueda de prensa.
Redacción / Sevilla

10 de enero 2009 - 05:04

Si el PP de Andalucía aplicara los criterios de incompatibilidad que ahora exige al vicesecretario general del PSOE andaluz, Luis Pizarro, es posible que muchos de sus dirigentes y alcaldes no pudieran dedicarse a la política. O lo que es peor, mejor que no lo hicieran, a no ser que, caso harto improbable, carecieran de familiares.

Tanto el secretario general del PP-A, Antonio Sanz, como el presidente de este partido en Málaga, Elías Bendodo, han tachado de "enchufismo" e "intrusismo" de la Junta de Andalucía en Marbella la contratación -desmentida y falsa- de un hijo de Luis Pizarro por parte del arquitecto Manuel González Fustegueras, redactor del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de esta localidad de la Costa del Sol.

El hijo mayor del vicesecretario general del PSOE andaluz, Luis Pizarro Ruiz, es un joven arquitecto que comparte estudio con otros compañeros de edades similares en la provincia de Cádiz. El PP esgrimió una información que mantenía que González Fustegueras había contratado a Pizarro Ruiz para elaborar el PGOU de Marbella como prueba del "intrusismo" de la Junta en el urbanismo de esta localidad y como un ejemplo más de enchufismo. Antonio Sanz anunció a las 24 horas que preguntaría en Parlamento al Gobierno andaluz por esta contratación, y el presidente del PP malagueño vio los hechos como la pistola humeante de la implicación del PSOE en el caso Malaya.

Los hechos, sin embargo, no son tales, y revelan la intención de los populares de erosionar personalmente a Luis Pizarro, una persona que últimamente utiliza una dialéctica muy áspera contra Javier Arenas, aunque sin abordar asuntos personales. "Podría decir -explicó ayer el propio Pizarro- que mi hijo también tiene derecho a trabajar en Andalucía, pero es que, encima, todo es falso", dijo, y puntualizó que es la tercera vez que se inventa un "montaje" en su contra. "Pero como antes, lo he desmontado con los hechos y la realidad", advirtió.

El arquitecto Manuel González Fustegueras ha elaborado algunos de los PGOU más importantes de Andalucía -Sevilla, por ejemplo-. En los años noventa fue concejal de Urbanismo del andalucista Pedro Pacheco, alcalde de Jerez, pero desde que dimitió y dejó la política ha trabajado, a través de la empresa Territorio y Ciudad, para muchos ayuntamientos andaluces, algunos de ellos del PP, como Barbate. Considerado como uno de los mejores urbanistas del país, fue elegido por la Junta para elaborar el nuevo PGOU de Marbella después de que el anterior Ayuntamiento quedara disuelto. Él mismo ha explicado que nunca ha contratado ni a Luis Pizarro Ruiz ni a ninguno de sus compañeros de estudio. Es más: asegura no conocerlo personalmente.

Sin embargo, Territorio y Ciudad encargó a una consultora, de Francisco Javier Toledo, una asistencia técnica para la elaboración del catálogo de protección de inmuebles de interés arquitectónico y zonas de protección arqueológica de Marbella. Es muy normal que en el diseño de un PGOU se encarguen trabajos a empresas sectoriales especializadas. Francisco Javier Toledo realizó, eso sí, unas consultas con Luis Pizarro Ruiz, que ha trabajado en temas de protección de patrimonio, sin que mediara contrato o pago, lo que ambos han definido como una colaboración entre colegas. El caso es que Luis Pizarro fue incluido en el avance del PGOU marbellí como un profesional colaborador.

En eso quedó todo, pero el PP ha creído encontrar un filón mediático o parlamentario que quizás no aguante más de una semana, pero que daña en lo personal a un contrincante político. No es la primera vez que los asuntos familiares son utilizados en los últimos meses en la política andaluza. Javier Arenas, por ejemplo, defendió en un mitin que se hablara también de la memoria histórica en la ciudad de Ceuta, donde nació el presidente Manuel Chaves y donde su padre ejerció durante un largo período como militar. Aquello sentó bastante mal en la sede de la Presidencia y supuso un grano de arena más en la cortina de hormigón que separa a Javier Arenas de los dirigentes socialistas andaluces.

Aunque se aparente lo contrario, la dureza de la dialéctica empleada en el Parlamento en los debates y en las sesiones de control al Gobierno rara vez influyen en las relaciones entre ambos partidos. Siempre hay vías abiertas e, incluso, buenas relaciones personales, pero el recurso a la denuncia familiar sin fundamento o con escasa base está terminando por arruinar el entendimiento mínimo que se le debe a exigir al Ejecutivo y a la oposición.

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