La ventana
Luis Carlos Peris
Reventa y colas para la traca final
El turismo es la principal industria en Andalucía no sólo por el volumen de trabajadores que emplea o de empresas que genera sino por el impacto que tiene el resto de los sectores productivos andaluces. El año pasado, el último ejercicio cerrado, generó unos ingresos de 20.847 millones de euros, un crecimiento en términos reales del 13,9% que aportaron una producción total de 25.337 millones de euros en Andalucía. Y de éstos, el 20% se produce fuera del sector terciario en el que típicamente desarrolla su actividad. Así lo revela un informe que este martes pasó por el Consejo de Gobierno con los datos de los diferentes observatorios que tiene la Empresa Pública para la Gestión del Turismo en Andalucía, dependiente del departamento que dirige Arturo Bernal.
El informe arroja información relevante sobre el impacto que tiene para la economía autonómica. Durante el año pasado, el turismo generó 2.435 millones de euros sólo en la actividad inmobiliaria. En este capítulo se engloba la compra, la venta y también el alquiler de viviendas así como la rehabilitación y la construcción de viviendas asociadas al turismo.
El sector de transporte, por su parte, tuvo una actividad económica de 1.271 millones de euros por el impacto del turismo, mientras que el comercio andaluz fue el sector que logró más beneficios de los visitantes que acuden hasta Andalucía, un total de 3.004 millones de euros.
La actividad turística en la comunidad autónoma tiene repercusión directa en 81 actividades económicas no relacionadas directamente con la misma. Según los datos de este informe, aporta 1.416 millones de euros de impacto total en el sector primario, 3.045 millones de euros en el sector secundario y 20.468 millones de euros en el sector terciario.
Si los grandes datos son llamativos, es interesante poner la lupa en el impacto directo que tiene en la economía regional. Porque por cada euro que consume la industria del turismo en la comunidad, la economía andaluza produce por valor de 1 euros y 51 céntimos. Este incremento se debe al aumento del número de visitantes pero también por elmayor gasto medio diario realizado en el destino andaluz, superior en más de cinco euros al del ejercicio anterior y estimado en 77,83 euros por turista y día.
Además, según este informe, tres de cada cuatro trabajadores empleados en este sector tienen ya un contrato indefinido, un dato relevante ya que tradicionalmente, el turismo ha tenido una tasa de temporalidad del 40%. Tras algunas variaciones, influidas por las reformas laborales aprobadas, en 2022 y 2023 se redujo considerablemente hasta situarse en el 27,0%, su nivel más bajo hasta la fecha. El turismo ha dejado de ser una actividad estacional y la estabilidad laboral es una de las principales consecuencias positivas y uno de los principales argumentos del Gobierno andaluz para defender su política en este sector y, sobre todo, frente a los movimientos que están rechazando el exceso de turismo en las principales capitales andaluzas o en los enclaves particularmente sensibles a esta presión.
En cuanto al tipo de contratación, la proporción de población ocupada por cuenta propia en turismo supera la media del sector servicios y la del conjunto de la economía andaluza. Durante 2023 se alcanzó una media de 416.900 empleados en actividades turísticas en Andalucía, un 0,9% más que en el año anterior (3.800 más en términos absolutos). Así, la población ocupada representó el 12,3% de los 3,38 millones de ocupados de Andalucía.
Y, contrariamente a lo que sucede en otros sectores, fuertemente masculinizados como la industria o feminizados como sucede con la dependencia, el turismo cumple con la igualdad de géneros. Porque la ocupación en la industria turística de Andalucía en el año 2023 se compuso por un 51,6% de hombres (214.900 ocupados) frente a un 48,4% de mujeres (202.000 ocupadas).
Respecto al año anterior, las mujeres ocupadas registraron un crecimiento del 6,4%, frente al descenso del 3,7% de los hombres ocupados. El turismo es una de las actividades con mayor intensidad en la contratación de trabajadores jóvenes. La distribución por edad de la población ocupada en la industria turística andaluza en 2023 se compuso de un 24,7% de ocupados y ocupadas jóvenes (con edades entre los 16 y los 29 años), un 35,7% con edades de entre 30 y 44 años, y un 39,7% de mayores de 44 años, siendo el de 16-29 años el colectivo que más aumentó en términos absolutos.
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