El ex abogado de Ruiz-Mateos dice que Lanzas sólo cobraba el 10% de los 600.000 euros de cada ERE

Asegura que la familia pidió a Lanzas y a Gaspar Zarrías, al que llamaban el "virrey de Andalucía", que intermediaran para arreglar el conflicto por los pleitos de la antigua Rumasa contra el Estado.

Jorge Muñoz

21 de abril 2014 - 19:17

Sevilla/Joaquín Yvancos Muñiz, ex abogado de la familia Ruiz-Mateos, ha asegurado este lunes a la juez Mercedes Alaya que el conseguidor de los ERE y ex sindicalista Juan Lanzas Fernández “sólo se quedaba con el 10%” de los 600.000 euros que recibió por su participación en cada uno de los cinco ERE del grupo Nueva Rumasa, porque Lanzas tenía luego que “repartir esa cantidad”.

El letrado, que ha comparecido a declarar en calidad de imputado ante la juez Alaya, ha explicado que el empresario jerezano José María Ruiz-Mateos le explicó en el año 2011, cuando ya estaba “tocado” mentalmente por su enfermedad que Lanzas recibía esos 600.000 euros por cada uno de los cinco ERE en los que medió –Hotel Cervantes, Complejo Bodeguero Bellavista, Vinícolas Soto, Zoilo Ruiz-Mateos S. L. y Dhul S.L.-, pero que su comisión era sólo del 10%, sin especificar a dónde iba a parar el resto del dinero.

La declaración del letrado concuerda con la que realizó en octubre de 2013 el empresario Jorge Andrés Morell Villete, presidente honorífico de la sociedad Aglomerados Morell, quien llegó a asegurar que Juan Lanzas le exigió una mordida de 1,2 millones de euros para conseguirle financiación para un ERE y una subvención para trasladar su empresa a otra localidad. Según dijo entonces Morell, el conseguidor de los ERE justificó la exigencia de la cantidad porque tenía que “repartirlo entre gente de la Junta”.

Joaquín Yvancos ha dicho ahora a la juez Alaya que José María Ruiz-Mateos y su hijo Zoilo le presentaron a Juan Lanzas y le pidieron que le informara de “todas las negociaciones” que se habían llevado con los gobiernos de José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero para retirar los pleitos de la antigua Rumasa contra el Estado a cambio de recibir una indemnización –se habló de 270.000 millones de pesetas o 18.000 millones de euros-, con la idea de ver si “Juan Lanzas y Gaspar Zarrías podían realizar algún tipo de presión sobre este tema”.

El empresario jerezano, según el ex abogado de la familia, le contó que el entonces vicepresidente de la Junta, Gaspar Zarrías, le había pedido que comprara la fábrica de yogures Yoplait de Sevilla, que finalmente se la quedó Clesa, y después le pidió que hiciera una fábrica en la antigua Primayor de Jaén, ya que “Zarrías era de Jaén y quería hacer algo en dicha localidad”. A cambio, Zarrías podía “echar una mano en el PSOE para ver si se arreglaba el tema de la vieja Rumasa”, ya que había una relación “fluida” entre la familia Ruiz-Mateos y el ex vicepresidente.

Yvancos precisó a la juez que presenció una conversación de la familia con Gaspar Zarrías, al que saludó en primer lugar el propio José María Ruiz-Mateos, que le dijo “cuatro piropos”, entre ellos “eres el más grande, eres el Virrey”, ya que, según el imputado, el empresario llamaba a Zarrías como “el virrey de Andalucía”. Tras ese saludo inicial, le pasó el teléfono a su hijo José María para que le indicara los detalles de la operación, y éste le contó que finalmente sería la empresa Dhul la que compraría Primayor para hacer una fábrica de platos precocinados, una empresa que se llegó a hacer a falta de la maquinaria.

El letrado añadió que un yerno de José María Ruiz-Mateos, el marido de su hija Nuria, es un alto funcionario de la Junta de Andalucía que es quien “solucionaba a los Ruiz-Mateos muchas cosas a nivel de contactos, ya que cuando tenían un problema acudían a él”.

Yvancos señaló que hubo una operación con Aglomerados Morell, en la que se llegó a contactar a través del marido de Nuria Ruiz-Mateos, en el que los Ruiz-Mateos se limitaron a realizar “un pase y luego se la quitaron de en medio”, por lo que Ruiz-Mateos “hizo un favor” a la Junta y con este pase la familia salió “beneficiada porque logró refinanciar determinados créditos que tenían con el Monte”. Ruiz-Mateos vendió a Morell unas instalaciones denominada Corchera, pero Morell “nunca llegó a pagar” a la familia Ruiz-Mateos, que tampoco reclamó nunca la deuda a pesar de que se quedó más de la mitad sin pagar.

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