Veta la Palma, el último refugio para las aves acuáticas
Con los otoños cada vez más secos y las lluvias más tardías, las balsas inundadas de manera artificial destinadas a la acuicultura de Veta la Palma, en el corazón de la marisma de Isla Mayor, se han ido convirtiendo en el último refugio de muchas aves acuáticas, en especial de flamencos, patos, fochas y limícolas, hasta el punto de que llega a acoger en algunos momentos del año a más de 300.000 aves.
En cualquier caso, la importancia que ha cobrado esta gigantesca masa de agua salobre regulada de forma permanente en la conservación de la avifauna del parque va más allá de los números. “Es también una cuestión cualitativa, porque hay especies singulares, vulnerables o en peligro que allí tienen un nicho importante”, reconoce el director del Parque Natural, Juan Pedro Castellano. Así, los censos avícolas recogen que más de 1.200 parejas de 17 especies de aves amenazadas, raras o vulnerables se reproducen habitualmente en la zona.
Las red de más de 45 balsas y 300 kilómetros de canales de la zona de piscifactoría extensiva de la finca acogen el 61,4% de las parejas reproductoras de la especie “en peligro crítico” de la cerceta pardilla (Marmaronetta angustirostris) en Doñana. Además, se reproducen en la zona cuatro especies “en peligro”, destacando la malvasía (Oxyura leucocephala), con el 29,4 % de las parejas reproductoras en Doñana, y el aguilucho lagunero (Circus aeruginosus), con el 27,6 % de las parejas que se reproducen en espacio natural.
Asimismo, se reproducen otras seis especies vulnerables, entre la que destacan la presencia del 24,8 % de las parejas de pato colorado (Netta rufina) y del 95% de las parejas de pagaza piconegra (Geochelidon niotica). Y se encuentran poblaciones reproductoras de otras especies en categoría de riesgo menor, casi amenazada, entre las que destacan la gaviota picofina (Chroicocephalus genei), el 100% de las parejas reproductoras en Doñana, y, tarro blanco (Tadorna tadorna) con el 77% de las parejas.
También es muy significativa la presencia de flamencos, que llegan a los 40.000, y que se alimentan en las aguas de la finca antes ir a reproducirse a la laguna Fuente de Piedra, principalmente, o la marisma del Odiel.
Con todo, en sus terrenos también hay presencia de otro tipo de animales como zorros, gamos, ciervos o jabalíes, estos últimos considerados como un problema por su alta presencia en las marismas y por ser un depredador avícola.
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