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Ucrania rechazó la basura industrial que está llegando a Nerva

Las autoridades ucranianas encontraron elementos peligrosos en unas arenas que, según Valgo, no contenía este tipo de productos

Inspectores de la Consejería de Medio Ambiente y el Seprona visitan la planta

Camiones tirando sólidos este miércoles en Nerva. / CD

La empresa francesa Valgo comenzó en 2018 la descontaminación del astillero de Bijela, en la bahía de Kotor, en Montenegro. Buena parte de los primeros residuos fueron enviados desde Montenegro hasta un puerto del mar Negro en Ucrania para que quedasen depositados allí, pero las autoridades descubrieron que las "arenas no peligrosas" que transportó Valgo sí contenían sustancias que son tóxicas. Los análisis indicaron una fuerte presencia de metales pesados. La empresa local Arka, contratada por los franceses, tuvo que retirar unas 4.000 toneladas de residuos del puerto de Kherson, después de que el caso creará una fuerte polémica en el pasís eslavo.

Este hecho explica parte de la causa por la que Valgo haya tenido que buscar tan lejos, en Huelva, al otro lado del Estrecho, un vertedero para depositar las 120.000 toneladas de arenas de granalla que ha sacado de la bahía montenegrina. El depósito de Nerva es un depósito autorizado para tratar residuos tóxicos y peligrosos. Según explica Valgo de modo oficial, en los Balcanes no se encontró ningún vertedero con estos requisitos, de ahí que se envíen en buques desde el Adrático a la desembocadura del Guadalquivir, en el Atlántico, y suban hasta el puerto de Sevilla. Ya por carretera, se trasladan hasta Nerva.

Ubicación del Astillero de Bijela. Fuente: elaboración propia y Google Earth. / Dpto. de Infografía

El coste de toda la operación es muy alto, pero el Gobierno montenegrino ha conseguido ayudas del Banco Mundial para descontaminar una bella bahía adriática que es Patrimonio de la Humanidad. Los buques que envía Valgo desde Kotor a Sevilla también bordean otra zona natural con la misma calificación: Doñana.

A las autoridades ucranianas le quedó la duda de si Valgo los había engañado. Cuando solicitaron explicaciones a la empresa francesa, respondió que las arenas procedían de Porto Montenegro, en Vivat, y no de los astilleros de Bijela, aunque habían sido trasladados a ese lugar, motivo por el cual se habrían contaminado con sustancias peligrosas.

La autorización que tiene tanto el transporte como Nerva es para tratar los residuos peligrosos de Montenegro son de dos tipos, los de códigos LER 12 01 16 y LER 17 05 03. Son, respectivamente, "residuos de granallado o arenado que contienen sustancias peligrosas" y "piedras y arenas con sustancias peligrosas". Tanto el granallado como el arenado son operaciones muy comunes en los astilleros, se emplean para limpiar cascos y depósitos, por lo que las bolas metálicas y las arenas empleadas para el arrastre se convierten en una mezcla donde también se encuentran hidrocarburos, metales pesados y pinturas tóxicas desincrustantes.

Los residuos de Montenegro contienen, según informa la propia empresa en su página digital, tributilo de estaño, que es un biocida tóxico que proviene de las pinturas. Pero en esa información, que es oficial, Valgo también haya restos de asbesto, que es cancerígeno, aunque en pequeñas cantidades. Esto no se refleja en la autorización española.

Además del tributilo y el asbesto, se detectan productos de todos los metales pesados, menos de mercurio, e hidrocarburos.

El tratamiento de estos residuos en Nerva está autorizado por el Ministerio de Transición Ecológica. La Junta de Andalucía, por medio de su Dirección General de Medio Ambiente, autoriza la apertura del depósito, su funcionamiento y ejerce la vigilancia. Inspectores de la Consejería y agentes del Seprona han visitado este jueves la planta para asegurarse de la legalidad de la operación.

En 2019 ya fueron tratadas en esta localidad de Huelva cerca de 40.000 toneladas de residuos clasificados como aceites minerales de mecanizado que contienen halógenos y varios metales pesados. El Gobierno español no autorizó inicialmente la importación de las 70.000 toneladas restantes, las que están llegando ahora, pero, con el consentimiento de la Junta, acabó autorizando en la primavera de 2021 que se entierren 30.000 nuevas toneladas de las mismas características a las ya tratadas en 2019, y otras 40.000 toneladas de tierra y piedras que contienen sustancias peligrosas, las de código LER 17 05 03.

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