“Adelante se ha erigido como principal oposición a la Junta”
Toni Valero | Coordinador General de IU Andalucía
El nuevo líder de IU se enfrenta al desafío de reactivar la izquierda, lejos del poder desde 2014
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Toni Valero (Madrid,1981) vuelve a la primera línea política para sustituir a Antonio Maíllo. El profesor de latín, que se fue a Aracena para "no jugársela", da el testigo a un profesor de Historia que dejó sus cargos en IU para poder conciliar con su vida familiar. Y vuelve convencido de que podrá hacerlo. Dicen de él que es una de las cabezas mejor amuebladas de la izquierda, pero ahora tiene que demostrarlo en un momento complicado para su organización.
–¿Es muy distinto el partido al que vuelve como líder que el que dejó como número dos?
–Ha habido una renovación indudable. Tengo la suerte de que me los encuentro con una experiencia sobrada y con una cohesión interna que hace que me sienta muy cómodo. Ha habido una asamblea de por medio, que Antonio [Maíllo] utilizó muy sabiamente para incorporar gente nueva.
–¿Se encuentra cómodo en ese nuevo equipo?
–Estoy rodeado de gente mejor que yo en muchas facetas de las cuales yo voy a aprender. Eso me da tranquilidad y seguridad.
–¿Si está rodeado de gente mejor que usted, por qué es usted quien dirige IU y no ellos?
–Teníamos que elegir un coordinador o una coordinadora y quienes han pilotado ese proceso tenían que buscar una persona que diese garantías en cuanto a la línea política aprobada en la asamblea y que fuese fruto de un amplio consenso. Se trataba de que no hubiese ni perdedores ni ganadores, sino que todo el mundo se sintiese parte de la solución, del relevo. Para el objetivo que nos habíamos marcado, que era un relevo cohesionado, yo podía jugar ese papel. Pero no me siento mejor que el resto.
–Ha sido elegido coordinador con el 88% de los apoyos. Es más de lo que logró Antonio Maíllo. ¿Qué lectura hace de ese dato?
–El buen trabajo de Maíllo, que ha dejado una organización muy cohesionada y en un momento de cambio. Hemos cambiado de coordinador con una resaca electoral, que siempre es una situación complicada en el terreno de la dialéctica. En eso ha tenido mucho que ver la capacidad de Ernesto Alba pilotando el proceso. Ese 88% no es mío, es el 88% de todos los que están detrás de esa detrás de esa apuesta
–¿Qué le ha faltado al 12% restante para sumarse al consenso?
–En el debate no hubo un rechazo a mi nombre. Tenían dudas en torno a por dónde va IU y las focalizaron en una asamblea extraordinaria. No tenía que ver conmigo.
–La asamblea será en 2020.
–No tiene fecha puesta. El mandato termina bien entrado 2021, pero ya hemos dicho que tenemos que celebrar una asamblea. Una vez se resuelva la situación en el país, con la investidura, y una vez que IU federal ponga fecha a la suya. Debe ser un debate tranquilo y sosegado, donde pongamos las luces largas . No va a pasar mucho tiempo. Ciertamente se puede hablar de asamblea extraordinaria, pero bien hecha.
–¿No le da eso a su mandato un carácter interino?
–He sido interino en el ámbito educativo y, buscando esa comparación, diría que no. Soy coordinador a todos los efectos. Esta dirección va a tomar decisiones para el corto, el medio y el largo plazo. No estamos pensando en qué va a pasar mañana, si no construyendo la organización que tiene que estar pasado mañana así. El papel que yo pueda jugar podrá ser más corto o más largo.
–¿No tiene un proyecto a cuatro u ocho años, como tenía Maíllo?
–Ese proyecto no lo marco yo. Lo tiene que marcar el conjunto de la militancia. Yo me vinculo al proyecto de cuatro años de la última asamblea. Y me vincularé al proyecto que surja de la próxima asamblea con la tarea que me toque cubrir. Creo que la dialéctica tiene que ser la inversa: primero hablamos de proyecto y después vemos cuál es el mejor liderazgo. Yo no soy un dirigente para cualquier tesis política.
–Pero el proyecto no va dar la vuelta como un calcetín, ¿no? Lo lógico es que pueda seguir.
–Me gustaría que la próxima asamblea avanzase en posiciones políticas ya aprobadas la anterior. Para eso voy a trabajar, pero no puedo hacer un análisis diciendo que soy el mejor coordinador para la próxima asamblea.
–¿Será entonces el momento de que IU la dirija una mujer?
–Hay que trabajar para una mujer se abra paso en nuestra organización. Ahora hemos dado un paso que hay que valorar. Veníamos de tener un hombre como coordinador y como portavoz. Ahora un hombre es coordinador y una mujer portavoz en el Parlamento. Inmaculada Nieto va a potenciar la imagen de IU en clave de mujer.
–¿La bicefalia es positiva?
–Absolutamente. Estoy muy tranquilo. Por la capacitación de Inma Nieto y porque creo que es una persona brillante. Va a ocupar más espacio en lo mediático y lo social de lo que nos dan los votos
–La situación ya se vivió con Concha Caballero y Diego Valderas
–Ahora hay una sintonía política que en aquel momento no estaba tan bien cuajada.
–¿No le preocupa que el hecho de que no sea parlamentario le reste visibilidad?
–Es cierto, pero eso me permite no tener una hipoteca institucional. Puedo dedicar toda mi energía y mi esfuerzo en las cuestiones prioritarias para la organización, como patearme los territorios, reconstruir el espacio de izquierda, poner la oreja para escuchar a la gente y estar en conflicto social.
–¿Esta ahora mismo IU alejada del conflicto social?
–En absoluto. IU forma parte de innumerables movilizaciones. En el último año la conflictividad social ha sido muy alta pero no se han dado movilizaciones unitarias. Hemos visto muchos conflictos sociales que han tenido su reflejo en las calles. Nosotros tenemos que ayudar a vertebrar todo eso. Es la mejor manera de presionar a las instituciones para que hagan cambios.
El análisis de la confluencia
–¿No está el proceso de confluencia con Podemos demasiado asociado a Antonio Maíllo?
–Lo que está por encima de todo es un acuerdo honesto y sincero que se sustenta en la convicción, tanto de IU como de Podemos, de ir juntos. Qué duda cabe de que la relación de Antonio Maíllo y Teresa Rodríguez fue un catalizador, pero la confluencia no habría sido posible sin una convicción política de unidad que traspasa a los dirigentes. Eso llega sobre todo a nuestro electorado, que es el que nos ha puesto aquí. Antonío [Maíllo] dice que tenemos que estar a la altura de nuestro pueblo.
–La sensación, durante su conformación, es que era una cosa que iba de arriba a abajo.
–Por mucha sintonía que hubiera entre las direcciones políticas, si por abajo no hubiese habido una predisposición, no habría sido posible. Esa predisposición se estaba dando en algunos movimientos sociales, donde nos hemos encontrado personas de IU y de Podemos de forma natural. Cuando las direcciones lanzan esa apuesta, las bases la interpretan fácilmente. La confluencia ha ido como la seda porque tenía un sustrato. Nuestros activistas ya estaban trabajando juntos muchos frentes.
–¿Con quien tiene mejor interlocución en Podemos?
–Políticamente yo tengo plena sintonía con los acuerdos a los que llegamos Podemos e IU. Esté quien esté en la dirección de Podemos.
–Antes de las andaluzas de diciembre, los números favorecían a Podemos en el equilibrio de fuerzas de la confluencia. ¿Cómo es ahora la situación?
–Tenemos que pensar como conjunto y, a partir de ahí, ver cuáles son las fortalezas. IU tiene una fortaleza que ha quedado plasmada en las municipales, que es su arraigo territorial. No quiero cuantificar eso porque yo quiero pensar como conjunto. IU ha estado a la altura de lo que tenía que hacer y Podemos va a estar a la altura delo que tiene que hacer para aportar al conjunto.
–¿La izquierda en Andalucía está descabezada?
–La izquierda está muy viva y está dando ejemplo. Teresa Rodríguez está de baja maternal y, por lo tanto, está dando una lección. Antonio Maíllo ha dado otra lección dando un paso atrás por una cuestión absolutamente respetable, pero que nos lanza un mensaje: la necesidad de hacer compatible de la política con lo que él ha llamado el buen vivir. Es una referencia moral para mucha más gente de la que vota a IU o a Adelante.
–Pero con el centroderecha en el Gobierno por primera vez y Vox acaparando la atención, igual no ha sido un buen momento para cambiar de referentes.
–Adelante Andalucía ha conseguido, en el tiempo que llevamos de legislatura, erigirse en la principal oposición al Gobierno, aunque los escaños no se lo pongan así sí en cuanto a cómo se ha podido contrarrestar el discurso de la ultraderecha y a Ciudadanos y PP, que los blanquean continuamente.
–¿Quién es el contrincante de Adelante Andalucía, el PSOE o el Gobierno?
–Los poderes fácticos que se enriquecen en nuestra tierra a costa de nuestro pueblo. Se sirven de políticas que desarrollan PP, Ciudadanos y, en muchas ocasiones, el PSOE. El enemigo es quien lleva a condiciones de miseria a los trabajadores y tienen a sus representantes sentados en el Consejo de Gobierno:el PP, Ciudadanos y, aunque no tenga silla, Vox, que tiene mando en plaza.
–¿Qué diagnóstico hace de los primeros seis meses del cambio?
–Mucha insolvencia y poca regeneración. Están haciendo una política fiscal profundamente injusta. El problema que están con Vox y les sacan los colores, pero tienen un programa económico coincidente y van a querer llevarlo hasta al final de la legislatura
–¿Estaban mejor con el PSOE?
–Lo que está haciendo en educación y sanidad no difiere de lo que ya empezó a hacer el PSOE, una externalización y una privatización encubierta. Se están sirviendo de lo que ya abrió el PSOE. Pero la entrada de la ultra derecha y el blanqueamiento de sus discursos por parte del Gobierno genera un caldo de cultivo para políticas muy peligrosas que podemos decir que son de fascista. Como el cuestionamiento de la existencia de la violencia de género.
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