Susana Díaz, investida presidenta a la cuarta
La socialista tomará posesión el domingo tras recibir el 'sí' del Parlamento. El acuerdo de 72 puntos con Ciudadanos se perfila como hoja de ruta de la legislatura. El débil saludo de manos con Teresa Rodríguez evidencia cómo ha quedado la relación.
Ochenta días después y tras cuatro votaciones en el Parlamento, Susana Díaz fue elegida ayer presidenta de la Junta por 56 síes frente a 51 noes. En el lado del Gobierno, el PSOE y los nueve parlamentarios de Ciudadanos y en la oposición, el PP con Podemos e IU. Faltaron dos parlamentarias del PP a causa del fallecimiento de una de sus colaboradoras. Ochenta días después de que se celebrasen las elecciones anticipadas, Susana Díaz pudo esbozar una amplia sonrisa y abrazar con efusividad al hombre que ha llevado el peso de las negociaciones durante estos meses: Juan Cornejo, su secretario de Organización. El líder del PP, Juan Manuel Moreno Bonilla, se levantó de su asiento para saludar a la presidenta en un gesto sincero entre ambos. Poco después, Susana Díaz se dirigió hacia la bancada de sus aliados, donde Juan Marín la esperaba con el resto de Ciudadanos. Un beso al coordinador de IU, Antonio Maíllo, y un apretón de manos, casi de refilón, a la líder de Podemos, Teresa Rodríguez. Díaz ha conseguido lo que se planteó al adelantar las elecciones: dejar a Podemos en un plano secundario.
La próxima semana se constituye la mesa de seguimiento entre Ciudadanos y el PSOE que analizará periódicamente los 72 puntos que integran el pacto de investidura y que se perfila como la hoja de ruta de toda la legislatura. Susana Díaz ha podido encontrar en el partido de Juan Marín el socio fiable y estable que no fue para ella IU. Ciudadanos presume de una garantía de regeneración y una política más liberal que ahora se pondrá a prueba. Juan Marín descartó ayer que su partido vaya a firmar un acuerdo de legislatura en un futuro. "Ciudadanos ya no hará más pactos", mantuvo al término de la votación, aunque estos 72 puntos bien deben entenderse casi como un acuerdo de Gobierno. En cualquier caso, habrá que esperar a las elecciones generales para que este partido emergente e inexistente en Andalucía hace cuatro meses concrete otro tipo de alianzas.
Susana Díaz tomará posesión el próximo domingo, y el martes tendrá un nuevo Gobierno, su segundo Ejecutivo desde que recibió el mando de manos de José Antonio Griñán. "Tengo 80 días que recuperar -explicó la presidenta-, saben que me dejo la pie, pero ahora voy a tener que trabajar el doble para recuperar esos 80 días". La presidenta adelantó que la primera medida que adoptará será instaurar la gratuidad de los exámenes obligatorios de idiomas en la universidad. El presidente de la Cámara, Juan Pablo Durán, llevará hoy el acuerdo de la investidura al Rey para que lo refrende y se publique en el BOE.
Antonio Maíllo declaró al término de la sesión que el acuerdo con Ciudadanos se vislumbra, en efecto, como un pacto de legislatura que él entiende como un proceso de derechización del Ejecutivo. Fueron, precisamente, las desavenencias entre IU y Susana Díaz las que provocaron el adelanto electoral que se resolvió ayer con un mes de retraso. "He oído que se preguntaban si el adelanto electoral fue un acierto o un error, y se lo preguntaban quienes hoy están sentados en esta Cámara", dijo Díaz en relación a Podemos, un partido que hace tres meses era extraparlamentario en Andalucía. Con el adelanto, y el acuerdo alcanzado, Díaz cumple con sus tres objetivos: gobernar sola, detener a Podemos y aislar al PP. La elección de Susana Díaz se produce a sólo dos días de la constitución de los ayuntamientos. En muchos de ellos, el PSOE logrará las alcaldías gracias a IU y a las candidaturas de Podemos, dos partidos que no apoyaron a los socialistas en el día de ayer. Ambas formaciones se han marcado como objetivo desalojar a los alcaldes populares, pero no han extendido ese acuerdo a un apoyo expreso a Susana Díaz. El PSOE ha buscado durante estos 80 días el apoyo de todos los grupos de la oposición, en especial el de Podemos y el PP, además de Ciudadanos. Finalmente, el decálogo anticorrupción de Ciudadanos permitió el primer avance y también el principal escollo: el apartamiento de cualquier imputado de sus cargos públicos. El ex presidente Manuel Chaves, que declaró en el Supremo como imputado por el caso de los ERE, anunció que no volvería a optar al cargo de diputado, pero eso no fue suficiente en un principio para Ciudadanos. Finalmente, la formación aceptó la palabra de Susana Díaz de que solicitará su dimisión.
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