Susana Díaz ya está dispuesta a estar "en la cabeza o en la cola" del PSOE
La presidenta andaluza insinúa por primera vez que se ofrecerá a liderar el partido. Los críticos sostienen que ganarán a Sánchez en el Comité Federal por más de 50 votos.
El camino que han iniciado los críticos del PSOE contra el actual secretario, Pedro Sánchez, es irreversible, no hay vuelta atrás y si hay alguien que puede liderarlos es Susana Díaz. Hasta ahora, la presidenta andaluza había esquivado todas las preguntas sobre si se presentaría, en un futuro, a la Secretaría General del PSOE en un congreso. Su respuesta siempre fue la misma: estaba en Andalucía. Pero ayer, en Puerto Real, donde acudió a la inauguración de un centro tecnológico, indicó: "Siempre, cuando haya un proceso y un congreso del partido, estaré donde crean mis compañeros que yo sea útil, en la cabeza o en la cola, allí estaré y siempre buscando lo mismo, un PSOE unido, cohesionado y ganador, que gane elecciones". Toda una declaración de intenciones. A un colaborador cercano se le preguntó si eso significaba un paso adelante: "Ddejo a tu juicio la interpretación". Ya el lunes pasado, su hombre en el PSOE andaluz, Juan Cornejo, al ser preguntado por lo mismo, contestó: "No sé lo que hará, ya se verá".
Susana Díaz se ha lanzado a la arena socialista para disputar el liderazgo, aunque su primera intención y la de los críticos no pasa ahora por ahí, sino por impedir que haya un congreso en diciembre y unas primarias en octubre, lo que se decidirá este sábado en el Comité Federal, y abortar la celebración de unas terceras elecciones generales. Sánchez ya ha confesado que prefiere la repetición de los comicios a que Mariano Rajoy sea presidente, ésa es su prioridad.
Si salen sus planes, el PSOE celebraría un congreso de refundación después de que España tuviese un Gobierno, de tal modo que Díaz no tendría que decidirse hasta dentro de unos meses y preparar una sucesión en la Junta, si fuera necesario.
Para detener el congreso que Sánchez quiere convocar, los críticos deben tener la mayoría del comité del sábado. Están seguros de que eso será así, de que pueden obtener de 50 a 60 votos más que los oficialistas de un total de 300. Pero todavía no se puede descartar que antes intenten la defenestración de Pedro Sánchez mediante la abstención masiva en su Ejecutiva Federal. Si la mitad más uno de los 35 miembros le dimite a la presidenta del partido, Micaela Sánchez, el secretario general debe dimitir de acuerdo con los estatutos, De momento, no tienen esa mayoría, pero se está trabajando en ese sentido.
A los críticos han terminado por estallar después de que Pedro Sánchez retase a Susana Díaz, sin citarla, a defender su alternativa de partido "subalterno" del PP. "El PSOE está en una situación mala y difícil. Cuando todas las alternativas que hay son malas, ninguna es buena, creo que alguna responsabilidad tiene que tener la dirección", añadió desde Puerto Real. "La salida no es nunca acusar a unos compañeros u otros de ser subalternos del PP, me parece que ningún socialista lo es, ni nadie quiere serlo y, mucho menos, el PSOE de Andalucía", siguió.
El grupo del Congreso se rebela contra Sánchez
Pedro Sánchez ha perdido el control de su grupo parlamentario, el compuesto por los 85 diputados socialistas que deberían votar la supuesta alternativa que él está buscando. En una reunión que celebraron los diputados ayer en la sala Clara Campoamor del Congreso, quedó patente la división y, al menos entre los que hablaron, la mayoría estaba del lado de los críticos. Quince parlamentarios solicitaron la palabra para una reunión que, en principio, iba a ser técnica, y de esos 15, 11 se posicionaron en contra de la celebración del congreso en octubre y de que las primarias para elegir secretario general sean el 23 de octubre. Había otros 10 turnos de palabra solicitados, de los que seis correspondían a voces críticas. Y no sólo hablaron los hispalenses. Además del sevillano Antonio Pradas, secretario de Política Territorial de la Ejecutiva, hablaron Salvador de la Encina (Cádiz), Miguel Ángel Heredia (Málaga), José Antonio Torres Mora (Málaga) y Elvira Ramón (Granada). Otros diputados andaluces explicaron que ésa es la posición mayoritaria entre los 85 escaños. "Desde luego, somos los 22 andaluces, pero hay castellanos, manchegos, extremeños y hasta catalanes", dijo uno de ellos. Antonio Pradas sostiene lo mismo. El ex presidente manchego José María Barreda abogó, además, por una abstención como modo de acabar con la crisis de ingobernabilidad. También tomó la palabra en contra de los planes de Sánchez el pacence Ignacio Sánchez Amor, el ex alcalde Odón Elorza, el valenciano Cipriá Ciscar y el manchego Pablo Bellido. A favor del secretario general, tomaron la palabra Rafael Simancas, Pere Joan Pons y el navarro Jesús María Fernández. Patxi López defendió al secretario, aseguró que votaría a favor del congreso, pero a la vez consideró que no era el momento de su celebración. La posición del grupo parlamentario es decisiva, es la más importante, aunque hasta ahora no se hubiese expresado. Y es que son esos diputados los que, finalmente, tendrían que votar, si Sánchez lo consiguiese, una investidura de un socialista con los votos de Podemos, ERC y la antigua Convergencia. Algunos de ellos han confesado, en privado, que se les harían muy difícil respaldar un Gobierno con los independentistas, aunque fuese de un socialista.
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