La ventana
Luis Carlos Peris
Perdidos por la ruta de los belenes
Elecciones andaluzas
Las elecciones en Andalucía se celebrarán el próximo 2 de diciembre. La presidenta de la Junta, Susana Díaz, ha adelantado los comicios tres meses, ya que éstos se hubiesen celebrado en marzo si la legislatura se hubiese agotado. Sin embargo, la ruptura de la alianza parlamentaria con Ciudadanos ha llevado a Díaz a tomar esta decisión. Este lunes firmó el decreto de disolución de la décima legislatura, que será afectivo este martes 9 de octubre.
La presidenta ha reunido a su Consejo de Gobierno, y después ofreció una rueda de prensa en la que aportó tres razones para la convocatoria: la necesidad de contar con un nuevo Parlamento antes de fin de año que sea capaz de aprobar los Presupuestos de 2019, acortar la precampaña electoral que se había abierto en Andalucía después de la ruptura con Ciudadanos y asegurarse que los comicios autonómicos no coincidiesen con las generales.
Susana Díaz ha explicado que la primera persona con la que habló para comunicarle su decisión ha sido Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno ya sabía este fin de semana de la convocatoria, pero Susana Díaz también conoció de él que no tiene intención de hacer coincidir en diciembre estas elecciones con sus generales. A Sánchez le hubiese gustado una coincidencia, pero a partir de marzo de 2019. Desde Ferraz, sede del PSOE federal, se ha mostrado el apoyo a Susana Díaz en su decisión y en esta nueva campaña electoral. Será la segunda vez que se presente como candidata. No obstante, ha marcado sus distancias con Sánchez: "Mi tierra no merece tener la inestabilidad que hay en el resto de España".
Una vez que Ciudadanos rompió la alianza, el Gobierno andaluz aseguró que no era posible alcanzar un acuerdo de Presupuestos ni con el PP ni con Podemos. Díaz lo ha repetido ahora, y su argumento es que ninguno de los dos partidos quiere “asumir esa responsabilidad”. Podemos se ofreció, formalmente, pero el PSOE lo rechazó por falta de confianza.
Para Izquierda Unida, su antigua aliada, Susana Díaz ha tenido palabras de desdén. Dijo de ellos que no cuentan porque “aritméticamente, son irrelevantes” y porque “están confundidos dentro de Podemos”.
La segunda razón que ha dado es que había que acabar con una campaña que se iba a prolongar “cinco o seis meses”. En efecto, una vez rota la alianza con los naranjas, todos los partidos se han puesto en modo campaña, pero también el PSOE. Hubiese bastado que Susana Díaz anunciase que las elecciones se iban a convocar cuando tocasen para que el clima se hubiera calmado, aunque, claro, los acuerdos a varias bandas ya se hacían imposible.
Susana Díaz ha estado reflexionando en las últimas semanas sobre la fecha electoral, pero pocos, ni en su partido ni en su Gobierno, le aconsejaban que se fuese al mes de marzo. Los sondeos le auguran una victoria y una gran probabilidad de repetir la alianza con Ciudadanos. El PSOE tiene, actualmente, 47 escaños, y los naranjas, ocho. La mayoría absoluta está en los 55 escaños. El único peligro para el PSOE sería que PP y Ciudadanos sumasen esa mayoría absoluta, pero es muy complicado porque las dos formaciones actúan como vasos comunicantes. El PP tiene 31 escaños, pero Ciudadanos debería subir al menos hasta 25, y eso es imposible sin quitarle electores a los populares.
Susana Díaz no ha realizado, por otra parte, ningún acercamiento a Podemos. Con ellos podría gobernar, pero el PSOE andaluz se encuentra más cómodo con Ciudadanos. Pero tampoco hay que descartar que, pasado el 2 de diciembre, la alianza de izquierdas cambie de estrategia y se ofrezca a los socialistas para gobernar.
El nuevo Parlamento andaluz deberá constituirse el 27 de diciembre; ese día se elige la Mesa y al presidente de la Cámara, y a partir de ahí comienzan las rondas de consulta para elegir al presidente. En Andalucía no hay un plazo para que se celebre esa primera votación, pero a partir de ésta, sí hay un límite de tres meses para elegir al presidente. Si no fuese así, se repetirían las elecciones.
Al poner en diciembre los comicios, Susana Díaz se asegura que las siguientes elecciones, que son las autonómicas, quedan muy lejos, a finales de mayo. No hay, por tanto, un riesgo de que los partidos prefieran esperar a otros resultados para negociar en Andalucía. Ahora bien, si Pedro Sánchez convocase para marzo de 2019, lo que se sabría en enero o febrero, se daría otra colusión de intereses; quizás Ciudadanos no querría mover ficha en la comunidad hasta saber qué pasa a nivel nacional.
Más que una campaña “con acento andaluz”, que es lo que reclama Susana Díaz, el riesgo es que la negociación del Gobierno de la Junta se contamine de las expectativas nacionales.
Los cuatro partidos con representación parlamentaria tienen a sus candidatos. Susana Díaz debe someterse a un proceso de primarias, pero sólo habría elecciones internas si lo pidiese más del 40% del comité director. No es el caso. Juanma Moreno será la apuesta del PP, Juan Marín, la de Ciudadanos, y Teresa Rodríguez, la de Adelante Andalucía, confluencia de IU y de Podemos.
La convocatoria entierra toda actividad parlamentaria; lo que no se ha aprobado, decae, que es lo que le ha ocurrido a la comisión de investigación de las tarjetas de la Faffe, la extinta fundación de la Consejería de Empleo. En la rueda de prensa, Susana Díaz no ha querido pronunciarse sobre este caso, que involucra al anterior gerente, Fernando Villén, en gastos de 31.969 euros en prostíbulos con tarjetas de crédito de la institución. La presidenta se remite a las declaraciones de su vicepresidente, en el sentido de que es la Junta la que envía documentación al juzgado que lo investiga.
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